El hombre lobo, revisitado por autores modernos, es el motivo de esta antología que, como casi todas, resulta algo dispar. En general, creo que no abunda la originalidad salvo, quizá, en el mejor relato del volumen, Loba menguante, de Pilar Pedraza, que sabe recrear una peculiar atmósfera barroca, de extraños seres y circo ambulante. Luego cabe destacar algo Guerrilla de Ismael Martínez Biurrún, situando a la bestia en la Guerra de la Independencia y a Bef con Homio homini lupus, mientras que José Angel Mañas hace un ejercicio de quiero y no puedo en su El regreso del hombre lobo. Por otra parte el libro está muy bien presentado, -una elegante edición de 451editores-, y el tipo de letra facilita la lectura.