LA NUEVA AMENAZA FANTASMA: EL ASTEROIDE 2005 YU55

11_8_11_2Cuando estamos empezando a asimilar la posible amenaza del famoso asteroide Apofis, algunos alertan sobre otro pedrusco potencialmente peligroso para nuestro planeta, quizás con menos romanticismo en el nombre aunque más grande y cuya llegada se anuncia más temprano, en concreto para el 8 de noviembre de 2011, otra fecha a anotar para los catastrofistas.

El asteroide en cuestión, descubierto en diciembre de 2005, permanece en gran medida en el misterio. Porque, hablando de tamaños, ni siquiera esto se sabe a ciencia cierta.  El objeto fue controlado un total de 42 veces entre el 28 de diciembre de 2005 y el 23 de enero de 2006 pero desde entonces ha desaparecido de nuestra vista a causa de su órbita alrededor del sol. La siguiente oportunidad de contemplar al YU55 sucederá en menos de un año, sobre el 19 de abril de 2010, ya que según las estimaciones pasará en algún punto entre la Tierra y la Luna.

2005YU55OrbitCuando regrese el 8 de noviembre del siguiente año, se acercará bastante a la Tierra pero se piensa que no nos causará ningún problema. Pero esas estimaciones están basadas en un período muy corto de observación y para el mejor de los escenarios, aunque no hay que apurarse ya que parece que en el peor de los casos su impacto provocaría un cráter cuatro veces mayor que el famoso de Arizona, lo suficiente para provocar serios daños en una amplia zona pero no acabaría con el planeta.

El problema con este asteroide es que las estimaciones ofrecidas para su tamaño son demasiado alejadas entre la mayor y la menor, y por otra parte, lleva demasiado tiempo fuera de nuestra vista. Casi cuatro años sin avistarle en los que tal vez, -es una posibilidad lejana pero…-, podría haber colisionado con otro objeto más pequeño durante ese lapso de tiempo y haber variado su órbita. ¿Podría llegar a afectarnos?

Sin duda alguno de estos molestos pedruscos acertará en este planeta pero, como diría más o menos aquel el cielo no caerá sobre nuestras cabezas mañana, así que esperemos que sea algún día muy muy lejano….

Fuente: Vorchester

MAGOS Y ADIVINOS AZTECAS

BreveHistoriaAZTECASTraigo aquí un capítulo del libro Breve Historia de los Aztecas de Marco Cervera

CIENCIAS DE LO OCULTO: MAGOS Y ADIVINOS

Los seres humanos podían acceder a una comunicación directa con lo sobrenatural por otros medios, además del sacrificio. También existía una serie de técnicas que podían llegar a establecer contacto con lo divino. Este tipo de acciones del hombre son una serie de saberes y técnicas que permiten una comunicación directa con ese mundo poco accesible, pero este conocimiento era sobre todo oculto, no podía acceder cualquiera a este saber, que si embargo era un conocimiento que ponía al hombre en una situación de subordinación respecto a lo sobrenatural; nos referimos a la magia y la adivinación.
Una de las principales fuentes de investigación en torno a la magia mexica es, por un lado, la fuente escrita, pero sobre todo la gran cantidad de conjuros que durante el siglo XVII Ruiz de Alarcón pudo recobrar de diversos estados de México como son Guerrero, Puebla y Morelos, y que se publicó bajo el nombre de Tratado de supersticiones…
La magia, por una parte, debe ser considerada como una técnica para acceder a lo sobrenatural en una acción personalizada dirigida a convencer, amedrentar o engañar, mientras que la adivinación es una acción dirigida solo a conocer. De esta manera, los magos del mundo mexica conocían por lo menos dos técnicas básicas para convencer a las fuerzas sobrenaturales: el nahualatolli o lenguaje de lo oculto, lenguaje que solo ellos podían conocer, en el cual intervenían el cliente, sus colaboradores y los agresores. Parte de este lenguaje incluía el conocer el nombre secreto de las cosas, de manera que permitiera a los magos una acción directa de estos seres en su forma secreta. Este tipo de lenguajes
puede también ser conocido como conjuro.
La segunda técnica registrada es a través del consumo de psicotrópicos, que permitían acceder al mundo de los dioses. La magia estaba muy conectada con otras actividades de gran importancia como la medicina, y pese a que la magia era un acto solo para especialistas, había quien podía conocer algunos conjuros para activarlos en la vida cotidiana, como durante la pesca, la siembra, la caza o incluso la tala de un árbol, como afirma López Austin, una de las principales autoridades en este tema. Imaginemos por un momento, como puede suceder en el México actual en las comunidades indígenas, a un joven leñador que antes de actuar para poder derribar un árbol sabe que este ser de la naturaleza está formado por una materia pesada y mundana y solo necesita utilizar su hacha para derribarlo, pero a su vez sabe que una parte de ese árbol está formada por una pequeña parte de sustancias divinas, por lo que antes de cortarlo pronuncia un conjuro para evitar ser dañado por el árbol. Este tipo de actitudes era común en el México antiguo dentro de la vida cotidiana, pero cuando la acción era más importante, como inaugurar una casa o desarrollar algunas técnicas adivinatorias y medicinales, era necesario recurrir al especialista.
De esta misma forma se podía ejercer la magia medicinal mexica. Por un lado se actuaba sobre la naturaleza y se ejercía también una acción dirigida a los aspectos sobrenaturales que empeoraban la lesión, la enfermedad o la cuestión patológica que se tratara. Se concebían de esta forma dos tipos de enfermedades: la enfermedad mágica y la sobrenatural. La mágica se distinguía porque estaba causada por hombres como chamanes o brujos y podía curarse por la intervención humana; mientras que en la segunda es necesaria la petición de la cura a los seres sobrenaturales. Así, los mexicas mezclaban técnicas que debemos decir “científicas”, mágicas y en ocasiones religiosas para curar las enfermedades. De esta forma, los mexicas consideraban que una
buena parte de las enfermedades eran causadas por objetos mágicos, por humanos o por seres naturales que se infiltraban en el cuerpo. Los
médico-brujos utilizaban parte de sus conjuros, llamados nahuallatolli o discurso de los brujos, que producían un efecto de tipo placebo sobre
los pacientes. Además, suministraban sustancias y medicamentos que eran los que en realidad les curarían las enfermedades. Por ejemplo, cuando se daba la picadura de un escorpión se chupaba el veneno, se administraba tabaco sobre la herida y se invocaba el mito del origen de los escorpiones. Mucho se relacionaban las características del medicamento para curar enfermedades con características similares. Por ejemplo, con la Flor de corazón “yoloxochitl” trataban de curarse enfermedades cardíacas, con la hierba llamada tzotzoca tzihuitl, “hierba verruga”, se curaban las verrugas, etc. Pero las enfermedades no solo podían curarse con hechizos y conjuros y la asociación simpática de la cura y la enfermedad, sino que también existía un fuerte conocimiento de la medicina herbolaria con una larga tradición que aún se utiliza en el México actual y que está reconocida por la medicina científica. Esta herbolaria, de la que existe una gran abundancia en los recursos naturales mexicanos, fue sobre todo entendida por los antiguos mexicanos y fue uno de sus principales recursos para curar realmente sus malestares. Muchos de estos medicamentos naturales presentan propiedades curativas reales, que con una buena administración pueden ayudar a contrarrestar varios malestares. En alguna ocasión una mujer mazahua del estado de México me comentó que a su madre le habían hecho una brujería, pues recordaba que desde su ventana todos los días veía cómo un burro se paraba frente a su casa e inclinaba la cabeza y el cuerpo frente a esta. En otra ocasión, decía que constantemente veía cómo un perro de color negro también se acercaba a la puerta de su casa, tomando la misma actitud que el burro. Ella explicaba esto y lo justificaba diciendo que un brujo que vivía cerca de su pueblo estaba intentando lanzar una serie de hechizos malignos sobre su casa y su madre.
En el lenguaje popular de muchos pueblos de casi cualquier parte de la República Mexicana es también común encontrar narraciones de gente que dice observar a lo lejos luces brillantes que vuelan por los cielos, luces que generalmente se observan en lo alto de los cerros y que son solo explicables a ojos de los habitantes de estos pueblos como “brujas” que están rondando las casas para chupar la sangre a los niños. Dicen que estas “brujas” son mujeres como cualquier otra y que por las noches suelen quitarse los brazos y las piernas y dejarlos en un fogón para que el calor conserve las partes y se transformen en pavos para salir volando a buscar a sus víctimas. Argumentan diversas formas mágicas para evitar que entren a las casas, como colocar unos pantalones del revés en la puerta, un vaso con agua o unas tijeras. La larga tradición de la magia precolombina explica todas estas narraciones fantásticas por la conservación de muchos de estos rasgos mágicos.
Se sabe de la existencia en tiempos mexicas de un tipo de magos malvados, conocidos en lengua náhuatl como nahuales, cuyas características son precisamente las mismas que se manejan en las sociedades indígenas de ahora y que se contemplan bajo este tipo de narraciones fantásticas. Existían en tiempos mexicas diversos tipos de magos malvados que tenían una infinidad de procedimientos para hacer el mal a sus enemigos, como soplar el maleficio sobre la gente, quemar las efigies de sus víctimas o dormir a sus enemigos con pases mágicos para robarles. Se creía en un tipo de magos llamados teyolocuani que comían el corazón de sus enemigos. Pero de todos los magos, los más característicos y que se ajustan a las descripciones actuales eran los llamados mometzcopinque, los cuales, como ha registrado López Austin, “se arrancaban las piernas, colocaban en los huecos unas patas de pavo y salían volando con propósitos maléficos”. Hechiceras que podríamos identificar como las famosas brujas de sitios como Peña de Lobos en el Estado de México. Y por supuesto, los nahuales, quienes tenían la propiedad de transformarse en otros seres tomando la forma de muchos animales como pumas, jaguares, perros, pavos o bolas de fuego. Pero este, a diferencia de las creencias actuales, no se consideraba un mago malvado necesariamente. Nuevamente el uso de psicotrópicos y la auto mortificación eran los medios por los cuales los adivinos podían acceder al conocimiento de un absoluto presente, integrándose como observadores en la geometría cósmica antes descrita. Así, se podían conocer los secretos del pasado, del futuro y de lo oculto. Por ello estaban muy solicitados, para hacer cosas tan ambiguas como reencontrar las cosas robadas o hasta a la mujer desaparecida del marido. También podía precisar a través de las cuentas calendáricas y de los registros históricos fechas específicas, tanto malas como buenas Por ello, dependiendo de las combinaciones podían ser fechas de mala o buena suerte. Me refiero a un tipo de personajes que en tiempos prehispánicos se consideraban adivinos. Estos estaban presentes en el momento en que un niño nacía, ya que justo después se le otorgaba un nombre secreto o calendárico que le revelaría mucho de su presente y su futuro en esta tierra.
En la actualidad, pese a que el estudio de la religión mesoamericana es, a mi juicio, uno de los temas más fructíferos, aún siguen vigentes diversos problemas que causan polémicas, como pueden ser la unidad y diversidad de la religión mesoamericana y sus transformaciones históricas, el asunto de los sacrificios humanos en general y sobre todo su función social, el problema del calendario y su grado de precisión. Con este tema llegamos al final de nuestro viaje por un mundo que, después de más de 200 años de investigación, aún sigue presentando grandes momentos en su proceso de conocimiento.
Hay quien dice, ignorantemente, que todo está ya descubierto, pero ¡véanse los recientes hallazgos del Templo Mayor! Yo más bien me admiraría por todo lo que falta por descubrir.

MARCOS CERVERA   Editorial Nowtilus

DIOSES INSTRUCTORES: WANDJINAS

australia_3En Kimberley al noroeste de Australia, fueron descubiertas en el año 1838, gran cantidad de pinturas rupestres. La región de Kimberley se encuentra en el extremo más septentrional del Oeste de Australia. Es una zona remota, tan poco poblada como visitada, con grandes ríos y magníficos paisajes de tonos rojizos.

Entre las pinturas descubiertas sobre las rocas llaman especialmente la atención las de unas figuras de gran tamaño, llegando a medir hasta seis metros, y con unos rostros blancos y sin boca.

Sus cabezas están rodeadas por uno o dos semicírculos en forma de herradura con unas líneas finas que parece irradia el círculo exterior.

Los aborígenes dan a estas figuras el nombre de «wandjinas», y aseguran que no fueron realizadas por sus antepasados, sino que fueran hechas por los propios seres a los que representan cuando éstos descendieron a la Tierra en tiempos muy antiguos.

Los «wandjinas» fueron unos seres que trajeron la civilización y la prosperidad y, al igual que otros dioses del resto del mundo antiguo, su símbolo era la serpiente emplumada.

En estas pinturas aparecen figuras de seres calzados con sandalias (cuando los aborígenes siempre han ido descalzos), variando el número de dedos de las manos y de los pies de 3 a 7.

De todas la figuras, destaca una que representa a un hombre, vestido desde los pies hasta la cabeza con una túnica de color rosa, con un circulo doble rodeando su cabeza, también de color rosa y oro, y sobre la zona de color rosa, una especie de inscripción con 6 letras o números escritos en un alfabeto totalmente desconocido.

 Fuente: BibliotecaPleyades

GÖBEKLI TEPE: LA COLINA ABULTADA

gobekli7Sólo de vez en cuando, a pesar de los grandilocuentes titulares de los medios de comunicación, algún hallazgo arqueológico consigue reescribir la historia. Aunque todavía queda mucho por excavar, parece que la colina que fuera descubierta por un viejo pastor en 1994 va camino de convertirse en uno de esos desconcertantes lugares.

Aunque lejos de ser el Edén bíblico que muchos sensacionalistas han señalado, en Göbekli Tepe parece que se edificó un fascinante templo de nada menos que 12000 años de antigüedad.  Fue levantado 5000 años antes de lo que muchos consideran las más antigua civilización, Sumer.

Situado en la orilla de la lluviosa zona de los montes Taurus, Göbekli Tepe muestra varias series de estructuras circulares y ovaladas en las pendientes de una colina, conocida como Göbekli Tepe Ziyaret. Aunque se ha traducido como «ombligo del mundo» lo más correcto sería la colina abultada.

gobekli4Todos los complejos de Göbekli Tepe que han sido excavados muestran una tipología que contiene pilares en forma de T. En muchos de los pilares hay relieves de animales, con aparente preferencia por jabalís, zorros, reptiles, leones, cocodrilos y pájaros, así como insectos  y arañas. Algunos son esculturas tridimensionales, incluyendo una figura reptiloide descendiendo de un lado de un pilar.

Han sido excavados cuatro complejos circulares. Los arqueólogos creen que había 200 pilares en forma de T en Göbekli Tepe. Si cada uno pesaba 5 toneladas significa que 1000 toneladas de pilares fueron excavados y decorados, mostrando la importancia y el esfuerzo por mantener ese lugar.

El sitio también ha revelado algunos símbolos como una cruz, media luna y barras horizontales que sugieren que el origen de la escritura también puede ser mucho más antiguo de lo que se cree, e incluso en el pilar número 33 podría ser una especie de lenguaje pictográfico.

gobekli2Sólo un cuarto de los cerca de 2oo pilares que se sospecha que existen han sido hallados, y no todas las estructuras han sido desenterradas. Klaus Schmidt, director de excavaciones, cree que es un santuario de cazadores de la edad de piedra y ve  el sitio como parte de un culto a  los muertos, no específicamente vinculado a un grupo sedentario sino a un tipo de santuario central de varias tribus de la región. Piensa que los animales dibujados pueden ser los protectores de los muertos.

Algunos otros creen ver en los relieves de setas también hallados en algunos pilares, una ancestral forma de chamanismo…

En fin todavía queda mucho por desenterrar en Göbleki Tepe y quizás nos depare algunas sorpresas.

JUAN PEDRO MOSCARDÓ

11-S: ARTÍCULO DE THIERRY MEYSSAN

Los estadounidenses, prisioneros de sus propias mentiras
11 de septiembre: ¿Creen que George Bush les haya dicho la verdad?

Ocho años después de los atentados del 11 de septiembre, Thierry Meyssan –el periodista que dio inicio a las interrogantes que recorren el mundo sobre la veracidad de la versión de los hechos de la administración Bush– pasa en revista el debate sobre el tema en un artículo destinado a la revista rusa Odnako.
El disidente francés denuncia la hermética «cortina de hierro» que separa del resto del mundo a los pueblos de los países miembros de la OTAN. Sometidos a un verdadero bombardeo mediático, estos últimos ignoran por completo el contenido del debate que se desarrolla en Occidente y siguen creyendo que las dudas sobre el 11 de septiembre se limitan únicamente a unos pocos grupos de activistas.
Thierry Meyssan se interroga además sobre la ingenuidad de los occidentales que siguen creyendo en una historieta infantil, digna de un “comic” estadounidense, en la que una veintena de fanáticos logran golpear el corazón del mayor imperio militar del mundo.

¿Crónica roja o hecho histórico?
El 7 de octubre de 2001, los embajadores de los Estados Unidos y del Reino Unido anuncian por correo al Consejo de Seguridad de la ONU que sus tropas han penetrado en Afganistán en virtud de su legítimo derecho a defenderse después de los atentados que habían enlutado Estados Unidos el mes anterior. El embajador estadounidense John Negroponte precisa en su carta: «Mi gobierno ha obtenido información clara e indiscutible de que la organización Al-Qaeda, que cuenta con el apoyo del régimen talibán en Afganistán, ha desempeñado un papel protagónico en los ataques».

El 29 de junio de 2002, el presidente Bush revela, durante su «discurso anual sobre el estado de la Unión», que Irak, Irán y Corea del Norte –«el Eje del Mal»– apoyan en secreto a los terroristas ya que han establecido un pacto secreto para destruir los Estados Unidos. Esos tres «Estados renegados» están siendo más prudentes desde que Washington aplastó a los talibanes, pero no han renunciado a sus intenciones.

Las acusaciones se precisan el 11 de febrero de 2003. Ese día, el secretario de Estado estadounidense Colin Powell expone personalmente, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el apoyo que aporta Irak a los responsables de los atentados. Después de mostrar un pequeño frasco que supuestamente contiene un concentrado de ántrax en polvo capaz de acabar con todo un continente, Powell muestra una foto satelital de la base que Al-Qaeda ha instalado en el norte de Irak, y que incluye una fábrica de venenos. Después, basándose en un organigrama, explica detalladamente el dispositivo de los terroristas en Bagdad, bajo el mando de Abu Al-Zarkaui. Basándose en esas informaciones «claras e indiscutibles», las tropas de los Estados Unidos y del Reino Unido, con la asistencia de las de Canadá, Australia y Nueva Zelanda, penetran en Irak, también en virtud de su legítimo derecho a la defensa después de los atentados del 11 de septiembre.

El argumento del 11 de septiembre es tan cómodo que el 15 de octubre de 2003, mientras que los habitantes de Bagdad se encuentran bajo una lluvia de bombas, el Congreso de los Estados Unidos acusa a Siria por su apoyo al «terrorismo internacional» y autoriza al presidente Bush a entrar en guerra contra ese país cuando lo crea necesario. Pero Siria está destinada a no ser más que el «entremés» del festín que se anuncia y en el que Irán será el plato fuerte. En julio de 2004, la Comisión Presidencial sobre los atentados presenta su informe final. En el último momento agrega al documento dos páginas de revelaciones sobre los vínculos entre Irán y Al-Qaeda. El régimen chiíta mantiene vínculos desde hace tiempo con los terroristas sunnitas, los deja circular libremente por su territorio y les ha ofrecido infraestructuras en Sudán. Sobre la base de esas afirmaciones, una nueva guerra parece inevitable. Este escenario mantendrá a la prensa internacional en vilo durante dos años.

Ahora resulta que, 8 años después de los atentados del 11 de septiembre, Estados Unidos sigue sin entregar las «pruebas claras y indiscutibles» de la culpabilidad de Al-Qaeda al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que por demás ha olvidado exigírselas. Peor aún, ya nadie considera a Al-Qaeda como una organización estructurada sino que se habla de ella sobre todo como de una vaga e impalpable «tendencia»; el ejército más grande del mundo sigue sin encontrar a Osama Ben Laden y la CIA ha disuelto el grupo encargado de su búsqueda; el pacto secreto entre Irak, Irán y Corea del Norte parece ahora un cuento irracional y ya nadie se atreve a hablar del Eje del Mal; el ex secretario de Estado Colin Powell ha reconocido públicamente que las informaciones que presentó al Consejo de Seguridad de la ONU eran un montón de estupideces; y para terminar, el Estado Mayor estadounidense está implorando constantemente el apoyo bilateral de Siria e Irán para que lo ayuden a manejar el atolladero iraquí. Y a pesar de todo esto, lo «diplomáticamente correcto» exige que todo el mundo siga actuando como si todo estuviera claro, como si un loco barbudo desde en el fondo de una cueva en Afganistán hubiera logrado herir en pleno corazón al Imperio más poderoso de la historia y escapar después a su venganza.

¿Todo el mundo? No todo el mundo. En primer lugar, los dirigentes de los Estados interesados, en Afganistán, Irak, Siria, Irán y Corea del Norte, no se han conformado con desmentir toda responsabilidad en los atentados sino que han acusado explícitamente al complejo militaro-industrial estadounidense de haber organizado los atentados y de haber asesinado deliberadamente a 3 000 de sus conciudadanos. En segundo lugar, los dirigentes de otros Estados que no tienen buenas relaciones con Washington –como Venezuela y Cuba– han ridiculizado la versión bushista de esos sucesos. Y, finalmente, los dirigentes de los Estados que pretenden conservar buenas relaciones con Washington sin tragarse por ello estoicamente todas las mentiras estadounidenses han afirmado que las invasiones de Afganistán y de Irak carecen de bases jurídicas, absteniéndose sin embargo de pronunciarse sobre los atentados. En ese caso se encuentran países tan diversos como los Emiratos Árabes Unidos, Malasia, la Federación Rusa y, ahora, Japón. Como puede verse, la lista de Estados escépticos no tiene nada que ver con una tendencia pro o antiestadounidense, sino con la idea que tiene cada uno de ellos de su propia soberanía y de los medios con los que cuentan para reafirmarla.

Entonces, ¿qué pasó el 11 de septiembre? Como los periodistas no estamos obligados a observar la discreción obligatoria para los diplomáticos, nosotros vamos a decirlo aquí.

Presupuesto astronómico, digno de Hollywood, para un guión chapucero
Según la versión oficial, un islamista diabólico –Osama Ben Laden– que reprocha a los «infieles» estadounidenses el haber mancillado el sagrado suelo de Arabia Saudita al instalar allí sus bases militares, organiza una operación terrorista de enorme envergadura, con medios materiales insignificantes, pero recurriendo para ello a un comando de 19 fanáticos.

Este hombre vive en una cueva equipada al estilo de las películas de James Bond. Infiltra a sus kamikazes en Estados Unidos, como en la película de Chuck Norris cuya intriga y título parecen premonitorios: «Ground Zero». Cuatro estos kamikazes siguen un curso de pilotaje aéreo en un club de aviación. No prestan atención a las lecciones sobre el despegue y el aterrizaje para concentrarse exclusivamente en el pilotaje de los aviones en pleno vuelo. Un día determinado, divididos en cuatro grupos, los fanáticos secuestran cuatro aviones de pasajeros amenazando con degollar a las aeromozas con cuchillas de cortar alfombras.

A las 8h29, American Airlines recibe una comunicación radiofónica, supuestamente proveniente de la tripulación del vuelo 11 (Boston-Los Angeles), en la que se informa que el avión ha sido desviado por un grupo de secuestradores. El procedimiento oficial estipula la notificación inmediata de la aviación civil al Departamento de Defensa y el despegue de los cazas interceptores en un plazo máximo de 8 minutos. En el momento del primer impacto contra el WTC –17 minutos más tarde–, los cazas siguen en tierra.

A las 8h47, se corta la transmisión del transpondedor [Dispositivo que transmite una señal única para cada avión. Nota del Traductor.] del vuelo 175 de United Airlines (también Boston-Los Angeles). La señal [de este dispositivo] que identifica el avión [con su número de vuelo] desaparece de las pantallas de los radares civiles, que a partir de ese momento lo ven solamente como un punto [no identificado]. Esto desencadena la alerta, sin que la aviación civil pueda saber en ese momento si se trata de una avería o de un secuestro. Sin embargo, al producirse el segundo impacto –a las 9h03– ningún interceptor ha sido enviado aún para establecer contacto visual con el Boeing.

A las 8h46, un Boeing 757 se estrella contra la torre norte del WTC. El avión impacta con precisión milimétrica el centro mismo de la fachada. Sabiendo que la fachada tiene 63 metros de ancho y que la velocidad del avión es superior a los 700 km/h resulta que la precisión de la maniobra se determina en 3 décimas de segundo, hazaña que muy pocos pilotos de combate son capaces de lograr pero que se atribuye en este caso a un aprendiz de piloto. La misma hazaña se repite por segunda vez a las 9h03 cuando otro Boeing 757 se estrella contra la torre sur, haciéndolo además –para más dificultad– con el viento en contra.

En el preciso momento del segundo impacto, un misil atraviesa el campo visual de la cámara de la cadena New York One. Proviene de una aeronave situada detrás del humo del impacto y se dirige en diagonal hacia el suelo. Nunca se hablará de esas extrañas imágenes.

Los primeros testigos declaran que los aviones que impactaron las torres son aviones de carga desprovistos de ventanas, pero más tarde se afirma que se trata de los vuelos regulares AA11 y UA175. Existe un solo video del primer impacto, pero hay 6 del segundo impacto. Ninguna ampliación de esas imágenes permite observar ventanas en ese aparato.

Lo que sí se ve en las ampliaciones es un objeto situado debajo de ambas cabinas. En el análisis imagen por imagen de los videos se ven dos relámpagos luminosos provenientes de los puntos de impacto justo antes del impacto de las aeronaves contra los rascacielos. Los aviones no se estrellan contra las fachadas sino que se meten dentro de los edificios donde desaparecen totalmente, como si las fachadas y las columnas internas no ejercieran resistencia alguna.

A las 8h54, el vuelo 77 de American Airlines (Washington DC-Los Angeles) modifica su trayecto sin autorización mientras que su transpondedor deja de transmitir. Los radares civiles pierden su rastro.

A las 9h25, conciente de que algo importante está pasando, el centro de mando de Herndon prohíbe el despegue de cualquier avión civil en todo el territorio de los Estados Unidos y ordena el aterrizaje de todos los aviones civiles en vuelo. Los vuelos transtlánticos son desviados hacia Canadá. Por su lado, el puerto de Nueva York cierra todos los puentes y túneles que comunican con Manhattan.
En ese mismo momento comienza una videoconferencia de crisis presidida por el consejero antiterrorista de la Casa Blanca, Richard Clarke. Participan en ella la Casa Blanca, los departamentos de Estado, de Justicia y de Defensa, a los que se unen después la aviación civil y la CIA.

La periodista estrella de Fox News, Barbara Olson, se encuentra a bordo del vuelo AA77. A través de su teléfono celular logra hablar con su esposo, Theodore Olson, quien fue abogado de George W. Bush ante la Corte Suprema y se ha convertido en fiscal general de los Estados Unidos. Barbara Olson dice a su esposo que un grupo de secuestradores aéreos acaba de apoderarse del avión, le explica cómo lo hicieron e intercambia con él sus últimas palabras de amor.
A las 9h30, la aviación declara desaparecido el vuelo AA77. Este se habría estrellado en una reserva natural de Virginia occidental, sin haberse encontrado nunca con los cazas de la US Air Force.
Pero en ese mismo momento, los radares civiles del aeropuerto Dulles, en Washington, observan un aparato no identificado que presenta las mismas características de velocidad y maniobrabilidad que un avión militar. Este aparato penetra en el espacio aéreo protegido del Pentágono. Las baterías automáticas antimisiles no reaccionan. Luego de realizar un viraje en ángulo recto para evitar una sección elevada de autopista, el aparato penetra en el Pentágono, perfora el blindaje de seis paredes del recinto y explota matando a 125 personas. Los testigos describen un misil. Los relojes del edificio se paran indicando las 9h31.
Un cuarto de hora más tarde, la parte afectada del edificio se derrumba. Presente en el lugar de los hechos, el corresponsal de la CNN atestigua que no se ve allí ningún rastro de avión. Posteriormente, la CNN muestra al secretario de Defensa Donald Rumsfeld cuando ayuda personalmente a los socorristas a evacuar un herido llevando una camilla. Poco después, Rumsfeld dirá a sus colaboradores que él mismo penetró en el edificio en llamas y vio los restos de un Boeing. El misil será por lo tanto identificado como el vuelo AA77 que había sido reportado como desaparecido.

La Casa Blanca recibe una llamada anónima en la que se utilizan los códigos de transmisión ultrasecretos de la presidencia de los Estados Unidos. La persona que realiza la llamada dice hablar en nombre de los atacantes. Indica que el próximo blanco será la Casa Blanca.
A las 9h35, Richard Clarke pone en marcha el programa de continuidad del gobierno. El presidente Bush, que estaba realizando una visita política en una escuela elemental de la Florida, interrumpe su agenda y es llevado al avión presidencial Air Force One. Por su lado, el vicepresidente Cheney es llevado al bunker antiatómico de la Casa Blanca. Todos los parlamentarios y ministros son contactados para ser puestos a salvo en búnkeres previstos a tal efecto.

A las 9h42, la cadena ABC transmite en vivo imágenes del incendio que devora dos pisos del anexo de la Casa Blanca que alberga las oficinas de los colaboradores del presidente Bush y del vicepresidente Cheney. Las autoridades no ofrecerán nunca la menor explicación sobre este incendio, que ha desaparecido desde entonces de la memoria colectiva. Equipos armados de lanzacohetes se despliegan alrededor de los edificios de la presidencia en previsión de un posible desembarco de tropas aerotransportadas. Las medidas adoptadas parecen indicar que se teme un golpe de Estado militar.

A las 9h24, la aviación civil recibe un mensaje de la tripulación del vuelo 93 de United Airlines (Newark-San Francisco) en el que se informa que intrusos han penetrado en la cabina de pilotaje. La comunicación se interrumpe rápidamente y el transpondedor del aparato deja de transmitir, por lo cual el vuelo es considerado como secuestrado. A las 10h03, el Boeing desaparece de las pantallas de los radares civiles. Se considera que explotó en vuelo o que se estrelló en Pensilvania. En el lugar se encuentra un gran cráter vacío y restos esparcidos sobre varios kilómetros.

En una conferencia de prensa ofrecida mientras camina por las calles de Manhattan, el alcalde de Nueva York Rudy Giuliani menciona un posible derrumbe de las torres gemelas y pide que éstas sean evacuadas.

A las 9h58 se produce una explosión en la base de la torre sur del WTC, lo cual levanta una inmensa nube de polvo. Después, explosiones más pequeñas sacuden el edificio de arriba a abajo, proyectando lateralmente pequeñas nubes de polvo. El edificio se derrumba sobre sí mismo en 10 segundos ahogando todo Manhattan bajo el polvo.

Los edificios de las Naciones Unidas en Nueva York y las sedes de los ministerios en Washington son evacuados. Se teme que sean los próximos blancos.

A las 10h28, la torre norte del WTC se derrumba de la misma manera que la anterior.

El Estado de Israel ordena el cierre de sus misiones diplomáticas en todo el mundo (10h54).

Hacia las 11h00, se ordena la evacuación de otro edificio del WTC, el Edificio 7. Este rascacielos no ha sido impactado por los aviones y pasará mucho tiempo sin que las autoridades vinculen su derrumbe a los atentados, al extremo que ni siquiera será mencionado en el informe final de la Comisión Presidencial.

A las 13h04, las cadenas de televisión transmiten un corto mensaje grabado del presidente Bush. Este asegura a sus conciudadanos que la continuidad del gobierno está garantizada y que el país será defendido.

A las 13h30, se proclama el estado de urgencia en Washington DC mientras que el Pentágono pone dos portaviones y sus flotas en estado de alerta máxima en previsión de un desembarco naval enemigo ante Washington. Estados Unidos se ve a sí mismo en situación de guerra.

A las 16h00, la CNN confirma que las autoridades estadounidenses han identificado al saudita Osama Ben Laden como la persona que ordenó los atentados. No se trata, por lo tanto, de un golpe de Estado ni de la Tercera Guerra Mundial.

A las 17h21, el Edificio n° 7 del WTC se derrumba de la misma manera que las torres gemelas, pero en sólo 6 segundos y medio, por ser menos alto.

A las 18h42, Donald Rumsfeld da una conferencia de prensa en el Pentágono, rodeado de los líderes republicanos y demócratas de la Comisión senatorial de Defensa. Todos los presentes reafirman la unidad nacional en este trágico momento. De pronto, Rumsfeld se dirige de forma hostil al senador Carl Levin y le pregunta si los hechos del día bastan para convencerlo de la necesidad de aumentar los gastos militares.

En la noche del 11 de septiembre se hace muy difícil evaluar los daños. Se habla de 40 000 muertos. A las 20h30, el presidente Bush se dirige a la nación desde la Casa Blanca. Asegura que la amenaza ha sido neutralizada y que «América» enfrentará a sus enemigos. Comienzan a sonar los tambores de guerra.

La destrucción controlada del World Trade Center
Todos estos hechos suscitan una fuerte angustia y se suceden tan rápidamente que se hace difícil analizar su coherencia a medida que van teniendo lugar. Volvamos entonces a los principales aspectos turbios. Para empezar, ¿por qué se derrumbaron las torres gemelas y el Edificio 7 del WTC?

Más que el impacto de los aviones contra las torres gemelas, son los incendios provocados por el combustible que éstos contenían lo que fragilizó las columnas metálicas de las torres gemelas y provocó su derrumbe, afirman los expertos del NIST (Instituto Nacional de Normas y Técnicas). Y fue la transmisión del incendio al Edificio 7 lo que provocó este tercer derrumbe, según agregan.
Pero los profesionales se ríen de esa teoría. Las torres gemelas se diseñaron para resistir el impacto de un avión de pasajeros; el fuego del combustible sólo alcanzó una temperatura entre los 700 y los 900° Celsius, mientras que el acero se funde a 1538° Celsius; los incendios han devastado muchos rascacielos a través del mundo, pero ninguno se ha derrumbado; los tres edificios no se cayeron lateralmente, sino exactamente en sentido vertical; y finalmente, lo más importante es que se derrumbaron a la velocidad de una caída libre, o sea el piso superior no encontró resistencia alguna al caer ya que cada piso inferior se derrumbó antes de que el piso superior llegara a ejercer presión sobre él.

Los bomberos de Nueva York aseguran que oyeron y vieron una serie de explosiones que destruían los edificios de arriba abajo. Los videos y las bandas sonoras corroboran esos testimonios.

Además, Niels Harrit, profesor de química y física en la universidad de Copenhague, publicó en el Open Chemical Physics Journal, publicación de reconocida seriedad, un estudio que muestra la presencia en Ground Zero de partículas de nanotermita, un explosivo militar.
Equipos de profesionales pusieron los explosivos de forma tal que estos cercenaron primeramente la base de las columnas metálicas, ya que las destruyeron piso por piso, de arriba a abajo. En las fotos que se hicieron durante los días posteriores se puede ver que las columnas metálicas fueron cercenadas limpiamente y que el calor no las deformó en lo más mínimo.

Contrariamente a lo que estipula el procedimiento de investigación judicial, los pedazos de columnas metálicas no fueron conservados para su análisis. Fueron rápidamente sacados del lugar de los hechos por la empresa de Carmino Agnello, el padrino del clan mafioso de los Gambino, y vendidos posteriormente en el mercado chino.

En cuanto al Edificio 7, el promotor inmobiliario que tenía el contrato de arrendamiento del WTC, Larry Silverstein, declaró en una entrevista de televisión que le habían avisado que aquel edificio podía caerse y que él mismo había autorizado su demolición. Silverstein se retractó posteriormente, pero ahí está el video de su declaración.

El edificio 7 albergaba varios servicios administrativos, entre ellos el puesto de mando de crisis de la alcaldía de Nueva York y la principal base de la CIA fuera de su sede de Langley. Esa base, creada inicialmente para espiar a las misiones extranjeras en la ONU, se especializo –durante la presidencia de Clinton– en el espionaje económico dirigido hacia las grandes empresas de Manhattan. Si se supone que la operación del 11 de septiembre fue dirigida desde ese lugar, su destrucción eliminó definitivamente toda prueba material de la conspiración.

Un mes y medio antes de los atentados, Larry Silverstein, tesorero de las campañas electorales de Benjamín Netanyahu, había hecho un mal negocio al alquilar el WTC en momentos en que los edificios con aislamiento de amianto habían quedado fuera de las normas legales. Silverstein tuvo sin embargo un excelente presentimiento al sacar una original póliza de seguro que incluía una prima en caso de atentado terrorista, prima calculada no en función de los daños sino en base a la cantidad de ataques. Así que, al considerar que [el 11 de septembre] hubo dos ataques con dos aviones diferentes, Silverstein reclamó y finalmente obtuvo una compensación doble, o sea 4 500 millones de dólares.

En todo caso, poner la nanotermita en las torres gemelas y en el Edificio 7 supone la realización de complejos cálculos y varios días de trabajo para su instalación, por supuesto, antes del 11 de septiembre, algo que resulta imposible de hacer a espaldas del personal de protección del WTC. El promotor Larry Silverstein había puesto la seguridad del WTC en manos de Securacom, firma que dirige Marvin Bush, hermano del presidente.

3 000 víctimas
En la noche del 11 de septiembre, la alcaldía de Nueva York mencionaba un posible balance de 40 000 muertos y, en función de ese cálculo, pedía los medios necesarios para sus morgues. Al cabo de numerosas revisiones el balance felizmente se redujo a menos de 2 200 víctimas civiles y 400 víctimas entre el personal de auxilio. No había entre los muertos ni uno solo de los grandes empresarios que tenían sus oficinas en las prestigiosas torres. Pero sí había mucho más personal de mantenimiento que empleados de oficinas. ¿Cómo se explica este milagro?

Hacia las 7 de la mañana del 11 de septiembre, los empleados de la firma Odigo recibieron un SMS previniéndoles que un atentado iba a tener lugar ese mismo día en el WTC y que, por lo tanto, no debían presentarse en su oficina, situada frente al WTC. Odigo es una pequeña firma israelí, líder en el sector de la mensajería electrónica, estrechamente vinculada a la familia Netanyahu y al Aman, el servicio israelí de inteligencia militar.

Hacia las 8h, el financiero Warren Buffett ofrecía su desayuno anual de caridad en su feudo de Nebraska. Y, por vez primera, invitó sistemáticamente a todos los grandes empresarios que tenían oficinas en las torres gemelas. También fue la primera vez que no recibió a sus invitados en un gran hotel sino en la base aérea de Offutt, sede del puesto de mando de la fuerza de disuasión nuclear. Los filántropos habían llegado por avión el día anterior y habían dormido dentro de la base. Durante el desayuno se les informó que un avión había chocado por accidente contra la torre norte del WTC y, más tarde, que un segundo aparato había impactado la torre sur. Comprendieron entonces que no se trataba de simples accidentes sino de atentados, sobre todo porque el comandante de la base, el general Gregory Power, los abandonó de inmediato para presentarse en su puesto de mando de crisis. Al decretarse rápidamente el cierre del espacio aéreo estadounidense, los invitados no pudieron regresar a Nueva York y se quedaron en la base. Después del 11 de septiembre, el financiero Warren Buffett se convirtió en el hombre de negocios más rico del mundo, categoría que comparte con su amigo Bill Gates. Recientemente, hizo campaña a favor de Barack Obama pero se negó a convertirse en su secretario del Tesoro.

Poco después del mediodía, el Air Force One aterrizó en la base aérea de Offutt. El presidente Bush fue conducido al puesto de mando de crisis, donde participó en la videoconferencia con la Casa Blanca y con las diferentes agencias implicadas. También grabó allí su primera intervención televisiva.

En los minutos siguientes después del primer impacto, los servicios de urgencia de la FEMA (Agencia para el Manejo de Situaciones de Catástrofe, siglas en inglés) se desplegaron en el lugar de los hechos. Por una feliz casualidad habían llegado a Nueva York el día anterior y se disponían a realizar al día siguiente un simulacro de ataque biológico o químico en el WTC. Todos los servicios de urgencia se activaron por lo tanto inmediatamente, salvando numerosas vidas. La FEMA estaba bajo la dirección de Joe Allbaugh, tesorero de la campaña electoral de George W. Bush y futuro responsable de los pedidos públicos de ofertas en el Irak ocupado.

El misil del Pentágono
Las baterías automáticas antimisiles del Pentágono no reaccionaron ante la irrupción de una aeronave en el espacio aéreo prohibido. Esto puede tener dos explicaciones: estaban desconectadas dejando así el edificio sin defensa o se les administró un código amigo. Existe, en efecto, un código de reconocimiento que permite que los helicópteros del secretario de Defensa y del Estado Mayor puedan ingresar sin peligro en el perímetro prohibido.

Al evitar un tramo de autopista elevado [próximo al Pentágono], la aeronave tuvo que realizar un viraje casi en ángulo recto y después impactó el Pentágono por el ala más alejada de las oficinas del secretario de Defensa. La zona impactada tenía dos usos. Había en ella oficinas que se estaban remodelando para acoger el Estado Mayor de la Marina y oficinas que estaban siendo utilizadas por el personal del auditor financiero general. Un equipo que se componía principalmente de personal civil estaba trabajando allí en una investigación sobre el más importante desvío de fondos del siglo en el presupuesto de defensa. Esto explica al mismo tiempo la ausencia de oficiales de alto rango entre las víctimas y por qué la investigación sobre los desvíos de fondos tuvo que ser anulada, por falta de archivos que permitieran continuarla.

El misil perforó las paredes blindadas de los anillos sucesivos y explotó con extraordinaria violencia dentro del edificio. El calor era tan intenso que los bomberos tuvieron que utilizar trajes de amianto. Combatieron las llamas con agua, el fluido que absorbe la mayor cantidad de calor. No recurrieron a las sustancias retardadoras que se utilizan para apagar los incendios de combustible aéreo y afirmaron no haber visto absolutamente nada que hiciera pensar en un avión o en combustible de avión. En todo caso, y en contradicción con lo que él mismo dijera en su testimonio, era imposible que una persona vestida con un traje de cuello y corbata, como el secretario de Defensa Rumsfeld, pudiera acercarse al incendio.

Posteriormente, las propias autoridades destruyeron toda el ala afectada y la reconstruyeron. Los escombros fueron evacuados por una empresa especializada que los vitrificó. Esa costosa técnica se usa cuando se trata de estabilizar desechos que contienen partículas radioactivas. Todo parece indicar que el misil estaba forrado de uranio empobrecido, para perforar el hormigón y el kevlar, y que contenía una carga hueca para que provocara una breve explosión a muy alta temperatura.

Como puede verse perfectamente en las fotos tomadas inmediatamente después del impacto, el misil penetró en el edificio sin dañar la fachada. Volaba a ras del suelo y pasó por una puerta habitualmente utilizada por los vehículos de entregas. Ni siquiera estropeó el marco [de esa puerta].

Los alrededores del Pentágono están bajo una constante vigilancia en la que se usan cámaras. La aeronave tuvo que pasar por el campo de visión de más de 80 de ellas. Las autoridades se negaron a hacer públicos esos videos y se limitaron a entregar algunas fotos en las que se ve la explosión, pero no la aeronave.

El césped del Pentágono tampoco fue dañado. La explosión pulverizó los automóviles estacionados en el parqueo y dos helicópteros que se encontraban en el helipuerto. Se encontró gran cantidad de fragmentos metálicos, pero ninguno que correspondiera a un Boeing, ni siquiera los reactores. Las autoridades utilizaron mucho una foto oficial en la que se ve un fragmento de unos 90 cm. de largo que presentaba por un lado huellas de una pintura especial utilizada en aeronáutica mientras que el otro lado estaba pintado de rojo, blanco y azul. Ante estas características, los aficionados a los rompecabezas comprueban que no corresponde a ninguna pieza de un Boeing pintado con los colores que identifican a la compañía aérea American Airlines. Lo que sí es seguro es que se trata de una pieza proveniente de un aparato aéreo, probablemente de uno de los dos helicópteros destruidos.

Para acreditar la teoría del vuelo 77, el médico general del Departamento de Defensa autentificó los restos humanos de los pasajeros del Boeing entre los escombros del Pentágono. Las familias de las víctimas recibieron urnas funerarias en las que se precisaba si aquellos restos humanos habían sido identificados mediante las huellas digitales o por análisis del ADN. Sin embargo, el Pentágono justificó más tarde la ausencia de restos del Boeing, incluyendo la ausencia de los reactores, diciendo que el extremo calor había gasificado el metal. Es imposible imaginar que algún resto humano pudiera sobrevivir a esas condiciones.

¿Aviones secuestrado o pilotos automáticos?
La teoría de los aviones secuestrados se basa en la asimilación de las aeronaves implicadas con aviones de pasajeros y en la divulgación de las comunicaciones telefónicas entre los pasajeros y [otras personas que se hallaban en] tierra.

Muchas personas dijeron haber recibido esas llamadas de sus familiares que se encontraban a bordo de los aviones. Fue así como se reconstituyó la toma de las aeromozas como rehenes con la utilización de cuchillas y el motín de pasajeros a bordo del vuelo UA93. Esto último incluso dio lugar a dos películas de Hollywood.
Sin embargo, en 2006, durante el juicio contra Zacarias Moussaoui, sospechoso de haber tratado de unirse a los secuestradores aéreos, el FBI precisó que los contactos telefónicos entre aviones en vuelo a gran altitud y personas en tierra no eran posibles con la tecnología existente en 2001. Las verificaciones realizadas demostraron que todos aquellos testimonios son falsos, ya sea porque fueron inventados o porque las personas [que recibieron las llamadas] fueron engañadas.
El FBI no hizo ningún comentario sobre el caso de Theodore Olson, abogado de George W. Bush durante la elección presidencial y posteriormente fiscal general de los Estados Unidos, quien declaró en su testimonio haber recibido dos llamadas telefónicas de su esposa, la periodista de Fox TV Barbara Olson, desaparecida con el vuelo 77.

Una hipótesis explicativa surge de la consulta de los archivos desclasificados de Robert McNamara. En 1962, el Estado Mayor conjunto de los Estados Unidos propuso al presidente Kennedy el montaje de una operación tendiente a justificar un ataque contra Cuba, la llamada operación Northwoods. Se trataba de una serie de provocaciones, entre las que se encontraba la destrucción en vuelo de un avión de pasajeros estadounidense por falsos Mig cubanos.
Para ello, el ejército [estadounidense] había obtenido dos Mig soviéticos en un país del Tercer Mundo y los había pintado con las insignias cubanas. Varios actores habían sido contratados. Estos tenían que tomar un avión en Miami, donde filmarían escenas de familia que se utilizarían posteriormente en los noticieros de televisión. Ya en vuelo, el avión de pasajeros tenía que apagar su transpondedor para que los radares civiles no pudieran identificarlo. Este avión podía ser reemplazado entonces con un avión vacío cuya tripulación saltaría en paracaídas. El aparato debía proseguir su vuelo gracias al piloto automático antes de ser derribado por los falsos Mig sobre la bahía de Miami, ante miles de testigos. Para dar más credibilidad al asunto, el Estado Mayor había preparado una serie de conversaciones telefónicas entre falsos espías cubanos, conversaciones que debían ser interceptadas por el FBI.

Aplicado al 11 de septiembre, este escenario permite explicar el cese de las transmisiones de los transpondedores, las falsas llamadas telefónicas y la ausencia de ventanas en los aviones que impactaron el WTC. La novedad es que, en el año 2001, el Pentágono no ya necesita una tripulación que garantice el despegue de un Boeing 757. Este avión de pasajeros ofrece la posibilidad técnica de poder despegar como un avión sin piloto. Esto simplifica la operación.

En las líneas internas estadounidenses, con vuelos muy frecuentes, las compañías aéreas acostumbran a vender más asientos de los que cuentan los aviones. Los pasajeros esperan durante horas a que aparezca un asiento libre en un avión. Sin embargo, los cuatro aviones supuestamente secuestrados [el 11 de septiembre de 2001] solamente tenían ocupados un tercio de sus asientos.
El estudio detallado de las listas de pasajeros que realizó el diario iraní Kheyan muestra que todos los desaparecidos eran familiares de empleados del Departamento de Defensa, de firmas que tienen contratos con el Pentágono o personas cercanas a la Casa Blanca, como Barbara Olson.

La posibilidad de que un avión de pasajeros pudiera estrellarse por accidente contra el techo del Pentágono (no de que impactara la fachada) fue objeto de estudio en los años 90. El Departamento de Defensa incluso organizó varios simulacros bajo la dirección del comandante Charles Burlingam. Este oficial abandonó posteriormente el servicio activo y se convirtió en piloto de American Airlines. Era él quien se encontraba en la cabina de pilotaje del vuelo 77 que supuestamente impactó el Pentágono.

Sin aviones secuestrados, no hay secuestradores aéreos
Durante los tres días posteriores a los atentados, el Departamento de Justicia, basándose en las indicaciones que los pasajeros habían proporcionado por teléfono, determinó el modus operandi de los secuestradores, los identificó y reconstruyó enteramente sus vidas. De esa manera, fue la llamada telefónica de un sobrecargo del vuelo AA11 lo que permitió saber que había cinco secuestradores en el avión y que el jefe era el pasajero del asiento 8D, Mohammed Atta.
Pero hoy sabemos que aquellas llamadas telefónicas eran falsas y que los aviones no fueron secuestrados sino reemplazados. Más desagradable aún, las listas de pasajeros que las compañías aéreas entregaron en las siguientes horas de los atentados muestran que ninguno de los 19 presuntos secuestradores abordó un avión.

Existe sin embargo una «prueba» de que Mohammed Atta estaba en el avión que impactó la torre norte. Varios días después, cuando el WTC no era más que un montón de ruinas humeantes, un policía encontró allí el pasaporte intacto del secuestrador. Todo había sido destruido, menos la prueba material providencial.
Como aquello parecía poco creíble, la administración Bush difundió las imágenes de una cámara de seguridad del aeropuerto en las que se podía ver a Atta y a su compañero al-Omari en el momento del embarque. El problema es que esas imágenes, aunque son realmente del 11 de septiembre, fueron captadas en el aeropuerto de Portland, por donde Atta y al-Omari debieron pasar en tránsito, no en el aeropuerto de Boston, de donde despegó el vuelo AA11.
Siempre a la vanguardia cuando se trata de inventiva, el Sunday Times de Rupert Murdoch publicó en 2006 un video amablemente proporcionado por el Departamento de Defensa estadounidense y con fecha del año 2000 en el que se ve a Atta en Afganistán, en un campamento de Osama Ben Laden.

El análisis de la lista oficial de secuestradores kamikazes está lleno de sorpresas. Algunos de estos individuos aparecieron después de los atentados. Por ejemplo, Walid al-Asheri, que supuestamente era uno de los hombres del equipo de Atta en el vuelo AA11, es piloto en la compañía aérea Royal Air Maroc, vive en Casablanca y dio allí varias conferencias de prensa hasta que el palacio real le pidió que fuera más discreto.
También resulta interesante el hecho que 13 de los 19 supuestos secuestradores son mercenarios que anteriormente participaron en operaciones terroristas organizadas por el príncipe Bandar bin-Sultan por cuenta de la CIA en Afganistán, en Bosnia Herzegovina y/o en Rusia. Se trata de Khalid Almihdhar, de los hermanos Salem y Nawaf Alhazmi, de Ahmed Alhaznawi, de Ahmed y Hamza Alghamdi, Wail, Waleed y Mohand Alshehri, Ahmed Alnami, Fayez Ahmed Banihammad y Majed Moqed. Todos combatieron tanto por el Emirato islámico de los talibanes como por el de Ichkeria.
Al llegar al trono, en 1982, luego del asesinato de su predecesor por un príncipe toxicómano armado por la CIA, el rey Fadh nombró al príncipe Bandar embajador de Arabia Saudita en Washington. El príncipe conservó esa función hasta la agonía del monarca, en 2005. Rápidamente considerado por George Bush padre como un hijo adoptivo, el príncipe Bandar es conocido en el mundo árabe por el sobrenombre de «Bandar Bush». Al disponer de múltiples facilidades, el príncipe Bandar administró durante unos veinte años una especie de fondo secreto de la CIA alimentado a través de sobornos pagados al margen de contratos armamentistas, como el célebre contrato al-Yamamah, en el que están implicadas las más altas personalidades británicas. También reclutó mercenarios en los medios islamistas para la realización de todo tipo de operaciones secretas en el mundo musulmán, desde Marruecos hasta la región china de Xinkiang.

Evitando las preguntas sobre los presuntos secuestradores aéreos, la administración Bush prefirió focalizar los debates sobre la personalidad de Osama Ben Laden. Este célebre golden boy saudita era el hermano de Salem ben Laden, socio en Houston de George W. Bush en el seno de la empresa petrolera Harken Energy. Fue reclutado en Beirut por el consejero estadounidense de seguridad nacional Zbigniew Brzezinski a fines de los años 70. Se incorporó entonces a la Liga Anticomunista Mundial y organizó el financiamiento de los muyahidines contra los soviéticos en Afganistán. Su «Legión Árabe» fue posteriormente utilizada en otros teatros de operaciones, como Bosnia Herzegovina. Después de haber sido una personalidad de la alta sociedad, la CIA le forjó una imagen de fanático religioso para que sirviera de pantalla a las acciones del príncipe «Bandar Bush». Efectivamente, si bien ningún islamista podía aceptar ponerse al servicio de la monarquía corrupta y odiada del rey Fadh, muchos podían sentirse orgullosos de seguir al personaje Osama Ben Laden, debido a su retórica integrista y antioccidental. El «jeque Osama» no era sin embargo otra cosa que una pieza importante de la CIA en el tablero del Medio Oriente. Un jefe de Estado árabe contó en detalle al autor de estas líneas que lo había visitado, durante el verano de 2001, en el hospital americano de Dubai, donde Osama Ben Laden seguía un intensivo tratamiento renal. Según este testigo excepcional, Ben Laden recibía allí a los visitantes en su habitación y en presencia de sus colaboradores de la CIA.

En 2001, Osama Ben Laden era un desconocido para el público estadounidense, exceptuando a los fans de Chuck Norris que habían visto en el cine su película «Ground Zero». Durante 8 años, la administración Bush destiló hacia la prensa una serie de casetes de audio y de video del «jeque» Osama para reactivar la novela de la guerra contra el terrorismo. En uno de los casetes más célebres, Osama Ben Laden afirma haber calculado que dos Boeing podían provocar el derrumbe de las torres gemelas y haber ordenado también la acción del avión contra el Pentágono. Dos hazañas que hoy sabemos imaginarias.
En 2007, el Instituto suizo Dalle Molle de Inteligencia Artificial, considerado la institución más capacitada a nivel mundial en materia de reconocimiento de imagen y de reconocimiento vocal, estudió todas las grabaciones disponibles de Osama Ben Laden. Y concluyó, con la mayor certeza, que todas las grabaciones posteriores al final de septiembre de 2001 son falsas, entre ellas el casete de sus confesiones.

¿Hay un ejército en Estados Unidos?
Toda esta acumulación de elementos que invalidan la teoría oficial de la administración Bush no debe hacernos pasar por alto el más increíble de todos: durante todo aquel terrible día, «el ejército más poderoso del mundo» pareció impotente, incluso ausente.

El procedimiento de intercepción aérea estipula que los cazas deben establecer contacto visual con los aviones secuestrados en unos pocos minutos. Ni uno solo de ellos logró acercarse a ninguno de los aviones secuestrados. Obligado a ofrecer alguna explicación sobre tamaña negligencia y a rendir cuentas, el general Richard Myers, jefe adjunto de Estado Mayor al mando durante un viaje de su superior a Europa, no hizo otra cosa que tartamudear ante los parlamentarios. Ni siquiera fue capaz de recordar lo que había hecho aquel día y pasó todo el tiempo contradiciéndose.

Lo más interesante es que aquel día las fuerzas armadas estadounidense estaban en estado de alerta. Aquel día estaba planificada la realización del ejercicio militar más importante del año en Estados Unidos: Global Vigilance. Se trataba de un simulacro de agresión por parte de bombarderos nucleares rusos que supuestamente sobrevolarían Canadá. Toda la fuerza aérea estadounidense estaba movilizada para participar en aquel ejercicio, así como todos los medios de vigilancia satelital de los Estados Unidos. Y el puesto de mando de aquel ejercicio estaba en la base de Offutt, la misma en la que se encontraban Warren Buffet y sus amigos empresarios del WTC y a la que fue llevado el presidente Bush después del mediodía. Precisamente aquel día más que cualquier otro, los aviones de guerra estadounidenses estaban en el aire, los satélites estadounidenses estaban en posición y el Estado Mayor estaba observando los aviones civiles, para evitar accidentes.

Las fuerzas armadas de los Estados Unidos no eran las únicas que se hallaban en pie de guerra. Los estados mayores de las grandes potencias también estaban en alerta, observando y evaluando la demostración del poderío estadounidense. En el instante en que se abatió el cataclismo sobre Estados Unidos, cada uno de ellos trató de entender su origen y de seguir de cerca todo lo que iba sucediendo.

En Rusia, el presidente Vladimir Putin trató de ponerse urgentemente en contacto con su homólogo estadounidense para hacerle saber que Moscú no tenía absolutamente nada que ver con aquellos crímenes y prevenir así una represalia injustificada. Pero el presidente Bush se negó a aceptar la comunicación, como si aquella confirmación le pareciera inútil. El jefe del Estado Mayor interarmas ruso de aquella época, el general Leonid Ivashov, ordenó la realización de estudios sobre cada uno de los aspectos nebulosos a medida que se identificaba cada uno de ellos. Y fue el rápido derrumbe de las torres gemelas en sentido vertical lo que convenció a sus expertos de que la versión oficial era un engaño destinado a enmascarar un montaje de gran envergadura. Tres días después de los atentados, el general Ivashov había reconstruido los aspectos esenciales del drama y podía afirmar que se trataba de un enfrentamiento interno entre dirigentes estadounidenses. Según él, la operación se realizó por encargo del complejo militaro-industrial estadounidense y la concretó una empresa militar privada.

La rebelión de la inteligencia
Sometida a un aplastante volumen de propaganda que incluyó la proclamación de un duelo nacional en algunos países y varios minutos de silencio obligatorio en la Unión Europea, la opinión pública occidental quedaba aturdida, incapaz de reflexionar sobre los hechos. Ya comenzaba a resonar el ruido de botas con rumbo a Afganistán.

Pero el autor de estas líneas comenzó a publicar en Internet una serie de artículos en los que cuestionaba la versión oficial. Publicados primeramente en francés, aquellos artículos fueron rápidamente traducidos a diferentes idiomas y fueron objeto de polémica. Un libro recapitulativo, L’Effroyable impostura [En español, La gran impostura.], publicado 6 meses después y traducido a 28 idiomas, dio inicio a un movimiento de cuestionamiento de la versión oficial. En Alemania, el ex ministro Andreas von Bulow; en Portugal, el ex director regional de la CIA Oswald Le Winter; en el Reino Unido, el politólogo Nafeez Mosaddeq Ahmed; en Estados Unidos, el historiador Webster Tarpley, publicaron todos ellos nuevos textos que aclaraban los atentados. A partir de entonces, el cuestionamiento de la versión oficial evolucionó simultáneamente en dos direcciones.

El autor de estas líneas hizo campaña a través del mundo, reuniéndose con los más altos responsables políticos, diplomáticos y militares y movilizando instituciones internacionales. Esta acción permitió explicar el plan neoconservador relativo al «choque de civilizaciones» y limitar su letal efecto.

Por otro lado, en Estados Unidos, las familias de las víctimas, que al principio condenaron el cuestionamiento, empezaron a interrogarse y a exigir una investigación. La administración Bush amenazó a los revoltosos como el multimillonario Jimmy Walter –quien se vio empujado al exilio–, bloqueó toda intervención del Congreso y creó una Comisión Presidencial. Esta última presentó un informe que, por supuesto, proclamó la inocencia de la administración y la culpabilidad de Al-Qaeda, pero no divulgó las tan esperadas «informaciones claras e indiscutibles». Aficionados realizaron materiales audiovisuales ilustrativos sobre las incoherencias de la versión oficial y los divulgaron a través de Internet, como sucedió con el célebre Loose Change. Se constituyeron asociaciones de profesionales por la verdad sobre el 11 de septiembre, a las que se integraron arquitectos e ingenieros, bomberos, juristas, médicos, religiosos, universitarios, artistas y políticos. Estas asociaciones cuentan hoy con miles de miembros y han convencido a la mayoría de sus conciudadanos de que Washington está mintiendo. Y encontraron a su líder en el profesor de lógica y teología David Ray Griffin.

La propaganda oficial anglosajona ha logrado limitar hasta ahora los efectos de este cuestionamiento. Primeramente, se las arregló para que el público occidental ignorara todo el debate que está teniendo lugar a escala mundial. Ninguna de las declaraciones de los jefes de Estado o de gobierno extranjeros que han expresado sus dudas se ha visto reflejada en la prensa occidental, aislada del resto del mundo por una nueva cortina de hierro. Y los contestatarios occidentales han sido presentados como lunáticos o asimilados a lo que más miedo infunde, la extrema derecha antisemita.

La elección del presidente Obama no ha hecho avanzar el debate. El sitio de la Casa Blanca en Internet, que invitaba a los ciudadanos estadounidenses a dar a conocer sus preocupaciones, se vio inundado de correos electrónicos que pedían la apertura de una investigación judicial sobre el 11 de septiembre. La respuesta fue lacónica: la nueva administración desea mirar hacia el futuro en vez de remover los dolores del pasado. Durante su campaña electoral, Barack Obama hizo que todos sus discursos fuesen revisados de antemano por Benjamín Rhodes, un joven escritor que había sido el redactor del informe de la Comisión Presidencial Kean-Hamilton [sobre el 11 de septiembre]. Rhodes garantizó que no apareciera en ellos ninguna alusión al 11 de septiembre o a sus protagonistas que pudiera abrir la caja de Pandora. Actualmente trabaja en la Casa Blanca y ocupa un puesto en el Consejo de Seguridad Nacional. A todos los miembros de la administración Obama se les pidió que se retractaran de toda declaración anterior en la que hubiesen podido expresar dudas sobre la versión oficial. Un consejero principal, Van Jones, tuvo que dimitir luego de haberse negado a retractarse.

A pesar de todo, hechos de la mayor importancia hacen posible actualmente una clarificación sobre los atentados. El rey Fahd murió en agosto de 2005. El rey Abdallah le sucedió en el trono y ha tratado de ir deshaciendo poco a poco los asfixiantes vínculos del reino saudita con Estados Unidos. Al principio, el príncipe Bandar se convirtió en consejero nacional de seguridad, pero sus relaciones con el rey fueron deteriorándose. En definitiva, a principios del verano de 2009, Bandar cometió al parecer la imprudencia de tratar de liquidar al monarca y de poner en el trono a Sultan, su propio padre. Desde entonces, no se han tenido más noticias de «Bandar Bush» ni de cerca de 200 miembros de su clan. Parece que algunos están exilados con él en Marruecos y que otros se encuentran en prisión. En lo adelante, es posible que algunas lenguas empiecen a desatarse.

 Thierry Meyssan

Analista político francés. Fundador y presidente de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

Fuente: Red Voltaire

COMPLOT INTERNACIONAL Y HONGOS ATÓMICOS SOBRE TEHERÁN

¿Une un hilo el caso «Arctic Sea», el «accidente» en la base militar rusa de Tambov y el viaje secreto de Netanyahu a Moscú?
   

Es posible que algo muy importante haya ocurrido y siga ocurriendo “bajo la alfombra” relacionado (tal vez para anticiparla e impedirla) con la clamorosa decisión de Obama de renunciar al sistema misilístico en Europa (con radar en la República Checa). Esta decisión no sólo es crucial sino, sobre todo, devastadora para los planes israelíes. La motivación aducida por Obama, de hecho, se basa en la valoración conjunta de las varias agencias americanas, y de los servicios secretos de que Irán ni cuenta ni podrá contar en un futuro previsible con el arma atómica ni podrá construir vectores capaces de lanzarla hasta los Estados Unidos.
En cambio, se sabe que Israel considera esta eventualidad no sólo posible sino cercana, por lo que se dice intencionado a acabar con ella cueste lo que cueste, sea como sea.

La decisión de Obama supone, por tanto, un duro distanciamiento del liderazgo de Israel. Un cambio sin precedentes para los Estados Unidos de América. Ésta es la premisa en la que se enmarca lo que contaré basándome en la información disponible y tratando de limpiarla de la contaminación que la altera, lo que no es de extrañar, pues es un asunto candente en todos los sentidos.

La misteriosa historia del buque Arctic Sea, nave con bandera maltesa y tripulación rusa de 13 personas, desaparecida el pasado 28 de julio, asaltada por extraños “piratas” frente a las costas portuguesas, tal vez tenga que ver también con esta historia.

Comencemos por los últimos sucesos e intentemos ir componiendo este difícil mosaico.

El 14 de septiembre todos los medios de comunicación rusos y el New York Times informan de un gravísimo accidente en la base militar de Tambov, a unos 400 kilómetros al sureste de Moscú. Citando a la Reuters, que, a su vez, citaba la agencia RIA-Novosti, que a su vez citaba una fuente de alto nivel de los servicios secretos rusos, el New York Times escribe que “documentos secretos cruciales pueden haber sido pasto de las llamas” en un accidente en el que perdieron la vida cinco oficiales de guardia. El edificio pertenece a los “servicios secretos” y alberga “documentos secretos de importancia especial” para la seguridad nacional rusa. “El incendio -continuaba el despacho de Reuters- dañó gravemente la zona secreta del edificio”, y afectó a “unos 400 metros cuadrados”. El viceministro de Defensa, Coronel General Aleksander Kolmakov, acudió al lugar junto con altos oficiales de los servicios secretos. Todo había sucedido a las 10 de la mañana de la víspera, domingo 13 de septiembre.

Hasta aquí llegan las noticias oficiales y aquí comienzan las oficiosas, que no dejan de ser interesantes incluso después de depurarlas. Hay un sitio web, bastante conocido, que dispone de contactos discretos y probados con fuentes rusas que quieren que se sepa “más”. Se llama  http://www.whatdoesitmean.com/index1275.htm y en él se recogen a menudo análisis firmados con un nombre femenino, Sorcha Faal. No sé quién será, pero del contexto y del contenido se deducen dos cosas: hay cosas ciertas en lo que dice, aunque el conjunto debe tomarse con cautela.

En este análisis se recogen afirmaciones desconcertantes. El incendio no fue accidental. Se pudo tratar de un ataque de tropas especiales contra los “búnker donde se aloja la Dirección General de la Inteligencia rusa”. ¿Qué tropas de élite? No se dice, pero se entiende que se trata de un trabajo altamente especializado. Uno o más grupos armados que “en menos de 15 minutos” habrían sido capaces de “penetrar en el perímetro de seguridad, desactivar los sistemas anti-incendio y atacar el búnker de documentos con armas incendiarias”.

Se plantean enseguida muchas preguntas. ¿Quién envió esas tropas? ¿Eran rusos? Y, si no eran rusos, ¿cómo pudieron llegar hasta el corazón de Rusia recorriendo -se supone que por aire- varios cientos de kilómetros sin que los detectaran y los detuvieran? En Rusia todo es posible, pero tampoco en Rusia existen los milagros.

¿Existe un nexo entre este episodio y los otros hechos acaecidos en las últimas semanas? Acaso se podría intentar relacionar algunos de ellos. Demos un salto atrás de varios días. El 8 de septiembre el Jerusalem Post escribe que el primer ministro Netanyahu se ha marchado con rumbo desconocido. El día 9 otro periódico israelí da con precisión una noticia sensacional: Netanyahu voló en secreto a Moscú a bordo de un avión privado. ¿Por qué? ¿Cómo? El sitio anteriormente citado aporta detalles importantes que parecen proceder de una fuente de los servicios secretos rusos. Sigamos la narración de Sorcha Faal.

Según ella, Netanyahu se precipitó a Moscú, sin advertir de antemano al gobierno ruso, para pedir la “inmediata restitución” de “todos los documentos, del equipamiento y de los agentes del Mossad capturados por las tropas de élite rusas y estadounidenses” que habían recuperado el control del buque Arctic Sea después de que un comando compuesto por israelíes y agentes fuera de control (“rogue agents”, dice Sorcha Faal) de la CIA hubiera asaltado la nave, y se hubiera adueñado de ella durante horas, tal vez días. Aquí las preguntas ya se agolpan. También las dudas.

Sin embargo, es bien probable que no sea una invención peregrina. La fuente de la FSB que narra el asunto añade detalles extraordinariamente interesantes a la vez que precisos. De acuerdo con esta fuente, en la Dirección General del FSB de Tambov se hallaban “todos los archivos operativos” recogidos por el FSB relativos a la famosa Blackwater, la corporación privada a la que Bush y Cheney confiaron importantes encargos de seguridad en Irak, pero no sólo, y a la que la CIA (tal y como resulta ahora de la investigación abierta en Estados Unidos) encargó asesinatos selectivos para liquidar a líderes y militantes relevantes en Al Qaeda. Que los servicios secretos rusos tuvieran o tengan bajo observación esta actividad es totalmente lógico. Lo ilógico sería pensar lo contrario. Lo que queda por saber es qué habían descubierto y cómo lo hicieron. Entonces, ¿qué tiene que ver con esto Netanyahu?

Volvamos, pues, a su viaje secreto a Moscú. El 10 de septiembre, por la tarde, junto con otros miembros del club de discusión Valdai (1), del que formo parte, veo al ministro de Exteriores ruso, Sergej Lavrov. En Moscú circulan sin cesar rumores sobre ese viaje y la pregunta es inevitable. Lavrov no confirma, pero tampoco desmiente la noticia. Por supuesto no dice quién ha visto a Netanyahu y el porqué, pero declara que Moscú no ha violado ninguna de las reglas internacionales del comercio de armas y que en el pasado ha abastecido a Irán de “armas rigurosamente defensivas”. Entre tanto, fuentes israelíes, inmediatamente recogidas en varios periódicos occidentales y también rusos, difunden la información de que, a bordo del Arctic Sea no había un cargamento de maderas preciosas sino de misiles S-300 destinados a Irán. Los S-300 son misiles anti-misil, o sea, armas defensivas.

Noticia extraña. De modo que Rusia mandó por ahí, por una ruta larguísima (del océano Ártico al Atlántico pasando por el canal de la Mancha hasta las Canarias, ¿para ir adónde?) un cargamento delicadísimo exponiendo su mercancía a todo tipo de riesgos (como ocurrió luego), sin poder tenerlo bajo control. Basta con mirar un mapa para entender que Moscú puede enviar a Irán lo que quiere a través del mar Caspio, que baña tanto los puertos rusos como los iraníes. Noticia improbable por tanto. Seguro que el cargamento del Arctic Sea era muy importante, pero no era el que dicen los israelíes. Y no se dirigía a Irán -he aquí la novedad de Sorcha Faal- sino “a Estados Unidos”.

Así se explica por qué intervino Estados Unidos -con tropas e información sobre la localización de la nave- en la operación de rescate del Arctic Sea.

Según la reconstrucción mencionada, la Marina militar rusa ayudada por unidades de apoyo de la marina finlandesa y de los servicios estadounidenses recuperó tres misiles dotados de cabeza nuclear del submarino nuclear Kursk, que se hundió en 2001 en misteriosas circunstancias en el Ártico. En esa tragedia perdieron la vida 118 marineros y oficiales rusos. Los rusos encargaron la recuperación de los cadáveres del Kursk a dos compañías danesas, la Mammoet y la Smit International, pero sin el permiso de tocar los misiles. Se trataba de misiles nucleares tácticos P-700 Granit capaces de hundir naves de gran tamaño, por ejemplo, portaaviones.

Según fuentes de la inteligencia militar rusa, el GRU, se cargaron los misiles en el Arctic Sea y la nave emprendió rumbo a Estados Unidos, donde los confiarían a la US Nuclear Security Administration, que debía ocuparse de su desmantelamiento en la instalación Pantex, en Texas. Todo ello siguiendo los acuerdo de desarme START-2.

El Arctic Sea, con su cargamento harto más importante que la madera, se ve atacado por “tropas de élite no identificadas”. Es obvio que no se trata de simples piratas. Aquí entran en juego servicios secretos potentes, capaces de entrometerse nada menos que en una operación conjunta ruso-estadounidense. Moscú reacciona con vehemencia inusitada. El comandante en jefe de la marina, Vladimir Visotskij, declara públicamente que “se han enviado todas las naves y unidades de la Marina rusa en el Atlántico en busca de la nave desaparecida”. El 18 de agosto, el ministro de Defensa ruso, Anatolij Serdiukov, anuncia que las fuerzas navales rusas, “en cooperación con el Comando Espacial de la Marina de EEUU”, han “recuperado el control” del Arctic Sea. Fuentes anónimas de los servicios rusos hablan de “terroristas de la CIA con pasaportes falsos estonios, letones y rusos”. Hay otra fuente no anónima, rusa, que cuenta otra versión. Se trata de Mijail Voitenko, director de una revista especializada en accidentes marítimos, la Sovfracht. Voitenko hace presente que el Arctic Sea no es una nave cualquiera de transporte, sino que está dotada de los medios más modernos de localización y comunicación. Por añadidura, en el momento del asalto de los “piratas”, la nave se encontraba en aguas donde “incluso los teléfonos celulares funcionaban”. ¿Por qué no se lanzó una alarma enseguida? El misterio se espesa. Mijail Voitenko, después de haber hablado demasiado, escapa a Turquía y declara que su vida corre grave peligro.

Volvamos ahora a Netanyahu, ya que el sitio anteriormente citado relaciona directamente a los servicios secretos israelíes con el asunto del Arctic Sea. Fuentes esta vez del ministerio de Exteriores ruso revelan que el avión privado en el que viajaba Netanyahu tenía un plan de vuelo que preveía el aterrizaje en Tblisi, Georgia, pero que -el episodio debió de suceder entre el 8 y el 9 de septiembre-, de pronto, en proximidad del espacio aéreo ruso, el piloto solicita “urgentemente” poder aterrizar en Moscú, especificando que lleva a bordo al primer ministro israelí, Netanyahu. Se concede el permiso y el avión aterriza en la base militar de Kubinka, no lejos de la capital.

Siempre según lo que cuenta Sorcha Faal, el presidente ruso Dmitri Medvedev llega deprisa al aeropuerto de Kubinka, donde encuentra no sólo a Netanyahu furibundo, sino a una completa delegación israelí, compuesta por el general Meir Kalifi, ministro para los Asuntos Militares y Uzi Arad, consejero de Seguridad Nacional de Israel. La petición perentoria a Medvedev es la “inmediata restitución de todos los documentos, del equipaje y de los agentes del Mossad” capturados por los rusos y los estadounidenses a bordo del Arctic Sea. Por lo visto, Medvedev, ya enojado por la falta de aviso, por el procedimiento insólito y por el tono empleado por sus huéspedes, replica que “la investigación está en marcha” y que “Rusia no está dispuesta a rendir cuentas a nadie”. Con toda probabilidad, se habló de más cosas, y aquí la versión de Sorcha Faal se vuelve completamente imposible de comprobar. Uno de los asuntos cuestionados, con probabilidad, habría sido una petición a Rusia para que aclare con qué armas estaría abasteciendo a Irán. Todo ello ligado al posible ataque israelí a las instalaciones nucleares iraníes. Sorcha Faal entrecomilla frases de Netanyahu de gravedad increíble, como por ejemplo: “Que Rusia se cubra el culo” y no se sorprenda cuando “nubes con forma de hongo empiecen a aparecer sobre Teherán”.

No se recoge la reacción de Medvedev. Pero tanto Medvedev como Putin, en los encuentros con miembros del Club Valdai, repitieron varias veces que toda acción de fuerza contra Irán era inaceptable y que había que desarrollar la vía de las negociaciones.

No está de más recordar aquí quién era uno de los dos acompañantes de Netanyahu en Moscú, Uri Arad. El actual Secretario de Seguridad Nacional de Israel es persona non grata en los Estados Unidos. Lo es desde que resultó en 2006 que estaba directamente implicado en el escándalo de espionaje AIPAC (American Israeli Public Affair Commitee). En ese proceso, cubierto ampliamente por la prensa estadounidense, salió a la luz que se filtraban importantes documentos de la política estadounidense respecto a Irán a través del AIPAC, y personalmente a Uri Arad, a través de un funcionario del Departamento de Defensa, Lawrence Franklin. Este fue condenado a 13 años por espionaje a favor de un Estado extranjero; condena que luego pasó a ser de 10 meses de arresto domiciliario. Pues bien, cuentan que Uri Arad fue protagonista de un escándalo añadido cuando Hillary Clinton vio a Netanyahu en Jerusalén. Hillary y sus consejeros se quedaron desconcertados al ver a Arad al lado de Netanyahu y, para evitar un incidente diplomático, propusieron que participaran sólo tres personas por parte al encuentro. Netanyahu no se inmutó y pidió al embajador israelí en Washington, Sallai Meridor, que se apartara, y se quedó con Uri Arad. Meridos dimitió días después y un portavoz de Netanyahu explicó seguidamente que la presencia de Arad era “indispensable en la cuestión iraní”. Lo indispensable que era su presencia lo demuestra la posición de Arad al respecto: “máxima disuasión”, en el sentido de que Israel “debe amenazar o atacar todo aquello que tenga importancia al respecto”, empezando “por los líderes”, y terminando con “los lugares sagrados”. (Editorial de Paul Woodward, 18 de marzo de 2009).

Cuánto hay de verdad en las revelaciones (conducidas por los servicios secretos militares rusos) según las cuales entre los archivos destruidos en Tambov figuraban también los que “confirmaban” las acusaciones contra los servicios secretos de EEUU e israelíes, formuladas por el general Mirza Aslam Beg, ex-jefe de estado mayor del ejército pakistaní, según las cuales “mercenarios privados” de la Blackwater (ahora rebautizada como “Xe”) fueron “los organizadores de los atentados contra el ex-primer ministro libanés Rafik Hariri y contra Benazir Bhutto”.

En cualquier caso, y para concluir, se puede decir con certeza que hubo un viaje de Netanyahu a Moscú, y que una cuestión semejante sólo ocurre si hay en juego acontecimientos dramáticos.

Se entiende que Netanyahu tenía una prisa extraordinaria, una semana antes de que Obama anunciase que Irán no constituye, por el momento, una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Lo que queda por saber es cuál era el objetivo del asalto al Arctic Sea y cómo fue que los servicios secretos israelíes se expusieron de modo tan abierto a una operación hostil contra Estados Unidos y Rusia. Queda también por investigar, como es obvio, el asalto (en el caso de que lo fuera) a la base secreta rusa de Tambov, sólo cinco días después del encuentro tempestuoso en Kubinka.

Nota:

(1): El Fórum Valdai es un grupo de discusión que existe desde hace algunos años y que permite a un cierto número de expertos internacionales, de «sovietólogos» de antaño, politólogos y periodistas, tomar contacto directo con los mayores líderes de Rusia con un intercambio de ideas muy franco (garantizado por las condiciones «off the record»).

Giulietto Chiesa
Megachip

Recogido de Rebelion

Fuente: http://www.megachipdue.info/component/content/article/42-in-evidenza/668-intrigo-internazionale-e-funghi-atomici-su-teheran-alta-tensione.html
Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti

¿FUE KHAMBAT LA CIVILIZACIÓN MÁS ANTIGUA DEL MUNDO?

KHAMBATSegún la arqueología oficial, la civilización más antigua del mundo fue la de los Sumerios, que prosperó en el actual Irak hace 5000 años. La mayoría de arqueólogos e investigadores opina que las precedentes culturas neolíticas no alcanzaron un grado de evolución por el que se les pueda llamar “civilización”, es decir, una sociedad organizada, jerárquica, basada en la agricultura, donde exista un sistema que haga respetar las reglas y donde algunos grupos de personas se dediquen a las artes, sean éstas plásticas, pictóricas o relacionadas con la cerámica.
Sin embargo, ciertos investigadores de todo el mundo sostienen que existieron varias civilizaciones antediluvianas que fueron destruidas por el repentino alzamiento de los mares, hace 11.500 años, justo en la ocasión del derretimiento de los glaciares (el diluvio universal, descrito en muchos libros, entre los cuales la Biblia, la epopeya de Gilgamesh y el Mahabarata).
En efecto, se hallaron en diversas partes de los océanos algunas extrañas estructuras sumergidas a una profundidad de 5 a 600 metros. Me refiero a los muros de Bimini (mar de las Bahamas), a las enigmáticas construcciones sumergidas a lo largo de la península de Guanahacabibes (Cuba), a los muros ciclópeos situados en el mar al frente de la isla de Yonaguni, en Japón, y a las edificaciones líticas descubiertas en el golfo de Khambat, en el estado de Gujarat, en India.
No obstante, de todas las citadas, sólo en las ubicadas a lo largo de la costa de Gujarat (incluido el sitio sumergido de Bet Dwarka), se encontraron varias evidencias arqueológicas, o bien objetos elaborados por el hombre.
En el 2000, el Instituto Nacional de Tecnología Marina de la India anunció haber hallado, en el lecho marino al frente de la costa del estado de Gujarat, a 40 metros de profundidad, estructuras megalíticas parecidas a una ciudad. El descubrimiento fue confirmado un año después por el ministro de Ciencia y Tecnología Murli Manohar Joshi, quien afirmó que las construcciones sumergidas son los restos de una ciudad que fue arrasada por una súbita inundación, y además, se dijo que las ruinas mostraban un fuerte parecido con las de Harappa y Mohenjo-Daro, antiguas ciudades que se remontan al 2700 a.C., pertenecientes a la antigua civilización del Indo.
La arqueología tradicional remonta estas antiguas civilizaciones hindúes a la cultura neolítica llamada Mehrgarh (10.000 a.C.), a la que le sigue, durante la edad del bronce, la cultura Zhob. Efectivamente, después de las excavaciones hechas en Queha se encontraron hermosas cerámicas que ilustraban animales estilizados, como dromedarios, y algunas estatuillas que representaban a la Diosa Madre, las cuales se pueden comparar con las de la civilización del Indo.
Sin embargo, según algunos estudiosos, el origen de la civilización del Indo debe ser buscado en Khambat y en sus asombrosos hallazgos.
Hay dos hipótesis sobre el por qué se encuentra sumergida ahora la zona frente al golfo de Khambat.
La primera tesis se refiere justamente al derretimiento de los glaciares de todo el mundo, el cual causó un alzamiento repentino de los mares, de aproximadamente 120 metros. La segunda propuesta, desarrollada por algunos geólogos, sugiere que algunos movimientos tectónicos de escala extraordinaria causaron la sumersión de parte de la que fue costa del mar denominado hoy “Arábigo”.
Durante el mes de noviembre de 2001 se efectuaron otras exploraciones subacuáticas. Se utilizaron sonares que localizaron el lecho de un río, ahora sumergido, de unos noventa kilómetros de longitud, además de extrañas estructuras perpendiculares y paralelas a más o menos 40 metros de profundidad, distantes unos 20 kilómetros de la actual línea de costa.
Durante aquellas búsquedas se recuperaron varios objetos de cerámica, madera tallada, algunos dientes humanos y varios objetos semi-preciosos, muchos de ellos perforados. Los pedazos de madera fueron sometidos a la prueba del carbono 14 y obtuvieron datación del 7500 a.C.
Según el estudioso Witzel, el hecho de haber encontrado madera con datación de hace 9500 años no es una prueba definitiva de que haya sido utilizada por el hombre exactamente en aquel lugar, puesto que pudo haber sido arrastrada hasta allí por las crecidas de ríos o por aluviones. Si se hubiera encontrado incrustada en un estrato geológico, hubiera podido ser datada con mayor certeza.
En el 2003 y en el 2004 se efectuaron otras exploraciones subacuáticas y se encontraron otros objetos de cerámica.
Los hallazgos fueron enviados a algunos laboratorios hindúes y europeos (Oxford y Hanover). y a través del método de la termoluminiscencia, obtuvieron datación de 13.000 a 31.270 años atrás. El geólogo hindú Shri Batrinarayan confirmó la autenticidad de los descubrimientos, sosteniendo que las reliquias fueron analizadas con la técnica de difracción de los rayos X. Según el estudioso, el material arcilloso utilizado en la terracota encontrada bajo el agua es típico de la zona y fue cocido a 700 grados para obtener la cerámica.
En base a estos descubrimientos, la ciudad sumergida de Khambat sería la más antigua del mundo, remontándose a 9,5 milenios atrás.
Hay que agregar que otros estudiosos, sin embargo, escépticos de las conclusiones del geólogo Batrinarayan, sostienen que los objetos sometidos al procedimiento de datación no son genuinas cerámicas producidas por el hombre, sino simple arcilla que se consolidó en el curso de los siglos. Hay un fuerte debate enfocado en algunos objetos de forma irregular que tienen algunas perforaciones en la parte central.
Respecto a esto, el doctor Asko Parpola, profesor de Historia antigua de India en la Universidad de Helsinki, considera que sería más adecuado llamar al lugar sumergido al frente de la costa de Khambat “pueblo neolítico”, pero no civilización. Al menos, es prematuro llegar a conclusiones apresuradas sin poder contar con información más precisa y segura. Además, el doctor Parpola también opina que, como las corrientes submarinas son muy fuertes en esta zona, es muy probable que las estructuras líticas paralelas sean el producto de miles de años de erosión de la arena y no bloques de piedra artificiales erigidos por antiguos hombres del neolítico para construir su ciudad. Además, Parpola piensa que sería bueno que un arqueólogo subacuático hiciera un análisis, puesto que los responsables del NIOT (National Institute Marine Technology of India, Instituto Nacional de Tecnología Marina), que efectuaron las investigaciones, son geólogos y expertos en técnicas subacuáticas, pero no tienen una preparación arqueológica específica. Lamentablemente, como lo mencioné antes, la zona es peligrosa ya que a causa de las fuertes corrientes y el agua turbia no es que aconsejable que vayan buzos, por lo que obligatoriamente deben utilizarse robots para recuperar el material sumergido. Este método puede dañar los vestigios, pero tal como están las cosas ahora, se trata del único recurso posible.
Según Iravatham Mahadevan, uno de los más grandes expertos en antiguas escrituras védicas del mundo, hay que ser escépticos, pero no pesimistas: las estructuras paralelas y perpendiculares que se extienden por kilómetros, no pueden ser una simple broma de la naturaleza, sino que muy probablemente son estructuras megalíticas que se remontan al 7.500 a.C. Además, el estudioso Mahadevan también afirma que los sonar capturaron la imagen de una gran estructura rectangular que no puede ser una formación natural.
El doctor Mahadevan, que manifiesta un cauteloso optimismo, sostiene que los conocimientos actuales no están en capacidad de decir si los restos de Khambat representan el origen de la civilización del Indo, sino que más bien se puede hablar de pueblo megalítico que se sumergió luego de fuertes turbulencias tectónicas, probablemente repentinas.
Cuando se le preguntó al doctor Mahadevan si confiaba en las dataciones efectuadas con el método carbono 14, respondió que, según él, el pedazo de madera con datación de hace 9.500 años pudo haber sido transportado de otros lugares, mientras que lo que más indica la presencia del hombre son algunas piedras semi-preciosas, algunas de ellas perforadas, clara señal de actividad humana.
Otro sitio sumergido de gran importancia fue estudiado por el arqueólogo buzo S.R. Rao en Bet Dwaraka, en el Gujarat también, donde se encontraron ciclópeas estructuras sumergidas.
Bet Dwarka es un sitio arqueológico conocido desde 1930, pero sólo en 1983 el Instituto Nacional de Oceanografía comenzó a llevar a cabo investigaciones específicas y bien calculadas. Se comprobó que la ciudad sumergida se extiende en seis sectores distintos, a aproximadamente un kilómetro de la costa. La ciudad sumergida de Bet Dwarka se remonta al II milenio antes de Cristo, se recuperaron en efecto varios objetos de cerámica, los cuales, sometidos a la prueba de la termoluminiscencia, obtuvieron datación del 1528 a.C. Una de las cosas extrañas de Bet Dwaraka es que fueron halladas algunas ánforas que pueden estar relacionadas con la cultura romana. Algunos investigadores desarrollaron la hipótesis de que hubo un naufragio de un barco de Roma, mientras que otros sostienen que las ánforas en cuestión se obtuvieron por medio de algunos intercambios comerciales en la ruta de la seda.
Todo eso comprueba que el nivel de los mares era mucho más bajo (aproximadamente 120 metros), desde el fin de la última glaciación hasta el I milenio antes de Cristo, y los lugares sumergidos, que aún no han sido estudiados, son decenas en el mundo, si no cientos.
El problema de Khambat es que el sitio se encuentra a unos 40 metros de profundidad, las corrientes son fuertes y el agua extremadamente turbia, lo que dificulta mucho cualquier intento de enviar buzos y de tomar fotografías.
Por ahora el misterio de Khambat permanece tal cual, pero quizá en los años siguientes, cuando se perfeccionen las técnicas de recuperación de vestigios y arqueología subacuática incluso en lechos marinos de difícil acceso, podremos saber más sobre la antigua civilización del Indo y sobre sus probables orígenes, los cuales ahora se encuentran sumergidos.

YURI LEVERATTO

HALLADOS GEOGLIFOS EN KAZAJISTÁN

nazcalinekazakLos medios kazajos han informado del hallazgo en el sur de Kazajistán de unos geoglifos a los que comparan con las famosísimas líneas de Nazca. En estos geoglifos de las Montañas Karatau aparece reflejado una figura humanoide entre otras líneas onduladas. Kazajistán últimamente es un área de intensa actividad ovni y hace unos meses el propio gobierno sugirió la idea de crear una pista de aterrizaje para ovnis y para una posible embajada extraterrestre.

¿OVNIS ABATIDOS POR IRÁN?

KharkyKhargouIslasSegún informa la agencia de noticias iraní PressTV la Guardia Revolucionaria ha disparado y derribado un brillante objeto no identificado después de ser avistado sobre las aguas del Golfo Pérsico.

Tres brillantes aeronaves fueron detectadas por los radares cuando sobrevolaban las aguas del Golfo Pérsico sobre las islas Khark y Khargou.
El grupo de defensa áerea de la Guardia Revolucionaria disparó sobre uno de los objetos, alcanzándole, lo que hizo que cayera en picado y se hundiera en las aguas del golfo. Las autoridades militares han informado que aún no se han hallado los restos, ni tampoco de la localización ni la hora exactas del avistamiento y posterior derribo.

¿HALLADAS BASES OVNI SUBTERRÁNEAS EN SIBERIA?

basesiberiaEl territorio de la siberia rusa llamado Yakutia, cubre un área de 3.000.000 km ² , su población es de alrededor de 1 millón de personas por lo que se puede considerar una de las zonas más escasamente pobladas del planeta. En este basto territorio parece que se guardan muchos secretos y puede ser fuente de innumerables sorpresas. Ahora ufólogos, zoólogos y criptógrafos se sienten atraídos por este vasto paraje.

En esta zona han sido reportados numerosos avistamientos de Yetis, y algunos incluso creen que existen algunos mamuts enanos. También se han visto OVNIS-UFOS.

Recientemente, se han descubierto en las riberas del río Vilyuy una serie de cúpulas y bases subterráneas. Los investigadores creen que ha sido utilizadas por visitantes extraterrestres. Son estructuras enormes y se encuentran numerosas estancias o habitaciones en las cúpulas. Piensan que estas cúpulas han sido utilizadas por viajeros extraterrestres durante miles de años. Los círculos subacuáticos que se han encontrado, comentan que son marcadores para ayudar a localizar a los extraterrestres sus bases.

En la actualidad se ha formado una expedición de 15 investigadores y científicos que van a entrar a una de estas cúpulas para finalmente  descubrir sus secretos.

El líder de esta expedición científica Nikolai Subbotin, un investigador del fenómeno OVNI. Señaló que “se comentaba que se encuentra escrito en los antiguos pergaminos tibetanos que en tiempos pasados estas cúpulas eran parte de un sistema de defensa de una colonia de ETs. Esto suena muy increíble e incluso fantástico, sin embargo, después de haber leído los pergaminos, puedo decir que realmente no contienen dicha información.”

Realmente no sabemos si estas cúpulas fueron creadas por los extraterrestres o fueron construidas por una antigua civilización tecnológicamente avanzada, humana, que desapareció o fue destruida en algún momento en el tiempo por razones que no conocemos.

Fuente: http://escuadrondelaverdad.wordpress.com