CLIMATEGATE: PRIMERA DIMISIÓN

Climagate: Renuncia el director del organismo que sostiene la teoría del cambio climático de origen antropogénico (tiemblan los globalistas)

El escándalo de manipulación de datos para sostener la teoría del cambio climático de origen antropogénico está mellando fuertemente los argumentos de los globalistas que buscan la imposición de una tasa mundial al uso del aire. Así, el «climagate» se cobró su primera víctima con la renuncia de Phil Jones, director del CRU (Climatic Research Unit). A lavez, un grupo de activistas increpó a Al Gore durante una firma de libros y crecen las sospechas sobre los intentos de censurar la noticia en diversos sitios de Internet como Meneame.

El escándalo científico que ha originado la publicación de los documentos y correos internos de los investigadores del CRU, el conocido Watergate Climático (Climategate) acaba de cobrarse su primera gran pieza.

Este escándalo daría por tierra la teoría de que el calentamiento global tiene origen antropogénico. Esto no significa negar el calentamiento global, sino que desarticula los argumentos de grupos globalistas que buscan instaurar políticas planetarias de cobro de impuestos al uso del aire.

En este marco, la Universidad británica de East Anglia anunció el lunes en un comunicado la dimisión temporal de Phil Jones, director del CRU y uno de los principales gurús de los calentólogos, hasta que concluya la investigación que ha emprendido dicha universidad a raíz del escándalo que ha provocado la filtración de tales datos.

La bomba informativa saltó a la luz hace apenas diez días, cuando un ataque informático desveló documentos y correos electrónicos de la elite científica vinculada al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC). En sus correos internos, los calentólogos del CRU admiten que manipulan datos, destruyen pruebas, ejercen fuertes presiones para acallar a los científicos escépticos…

Tras el descubriemiento, tanto escépticos como alarmistas del cambio climático coincidieron en pedir responsabilidades a los encargados del CRU y, en concreto, a Phil Jones, ahora apartado de la dirección de dicho organismo.

Los investigadores del CRU se negaron a facilitar los datos en los que basan sus estudios. Hasta tal extremo que podrían haber violado las leyes de transparencia de sus respectivos países. De hecho, según los correos internos, borraron datos y emails con el fin de ocultar información que debería ser pública, según la Ley de Información británica, puesto que los estudios de este organismo se financiaba mediante recursos públicos.

Estos investigadores presionaron a los medios de comunicación y revistas especializadas (peer review) para impedir que los cinéticos escépticos publicaran sus investigaciones. Por si ello fuera poco, los correos revelan que manipularon datos y registros de temperatura con el fin de exagerar el calentamiento del planeta. Así, en uno de los correo los científicos del CRU admiten que «no podemos explicar la falta de calentamiento en estos momentos […]  Nuestro sistema de observación es inadecuado».

Además, el CRU cocinó sus datos.Gráficas como el palo de hockey no se derivan directamente de los datos; estos deben tratarse para poder obtener el resultado final. Pero hay formas y formas de hacerlo, y los calentólogos introdujeron modificaciones arbitrarias para que los datos dijeran lo que debían decir, según la información confidencial  descubierta.

Ante toda esta serie de escándalos, Jones señala en su comunicado oficial que «lo más importante es que el CRU continúe como líder mundial en la investigación» del clima, y señala que los correos se han malinterpretado.

Pese a todo, la Universidad ha aceptado la dimisión temporal de Jones para «garantizar que el CRU pueda seguir funcionando con normalidad y la investigación independiente [a raíz del escándalo] se pueda llevar a cabo». El profesor Peter Liss sustituirá a Jones como director del CRU.

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