CHAMANES, LICÁNTROPOS Y VIAJES AL OTRO MUNDO

En ese bosque que tu sabes y escondidos entre las ramas de los árboles más viejos, vigilan los ojos del miedo. Han contemplado curiosas transformaciones y también ciertas cosas de las que quizá será mejor no hablar… por el momento.

Cae la tarde y en los caminos que cruzan la gran llanura comienzan a moverse todos los animales, pequeños y grandes, que se apresuran antes de que descargue el temporal que amenaza.

Las hogueras empiezan a iluminar el poblado, junto al cantil por el que se despeña un grueso caudal de agua. Unos preparan leña para el fuego. Otros se afanan en diversas tareas. Los demás, aguardan. La noche será larga y sus amenazadoras presencias comienzan a cercar los débiles círculos de luz y calor que tratan de combatir las sombras que se acercan.

En lo más alto y escondido del cantil, se abre la boca de una caverna. En su interior, el hombre, con su cuerpo desnudo y pintado con ojos, soles y lineas zigzagueantes, marcha hacia la parte más oscura de la cueva y se introduce, muy al fondo, por una estrecha grieta, apenas visible. Lleva entre sus manos una débil y mortecina luz de grasa, mientras se arrastra con dificultad por aquél corredor que apenas se abre para dar paso a su cuerpo.

Finalmente, llega hasta un espacio más amplio y allí se detiene. Inspira profundamente tres o cuatro veces, inhalando el humo que despide la pequeña llamita que arde a su lado.

Coloca sus manos abiertas y extendidas sobre la pared que se alza frente a él, palpando suavemente cada rugosidad, cada protuberancia y cada hueco de la roca.

Al rato, tras un instante apenas medido por los impulsos y latidos de su corazón, bien perceptibles en el silencio abrumador de aquél sepulcro, cierra los ojos, aprieta los párpados con fuerza, deja salir de sus labios una canción formada por viejos conjuros y sonidos heredados de los dioses mas altos, allá en el principio de los tiempos… y empieza a Ver.

O Saldraa’c  Mictra a’c  Almidranac’h

O Drouizeh, saldraa’ch, O Drouizeh…
El temporal se ha desatado. Pero, en el bosque, los animales-espíritu puestos en libertad por el chamán, allá en la cueva, tras atravesar el espacio frontera representado por la dura pared roqueña, con sus protuberancias, huecos y hendiduras, recorren ahora los senderos del bosque, oscuros e impracticables por la lluvia y la tormenta.
Pero ellos no reconocen obstáculos. Son como la llama de un fuego fátuo, como la exhalación del relámpago o la terrible vibración del trueno entre las montañas. Marchan y marchan en una estampida de pequeñas luminarias, destinados, cada uno de ellos, a encontrar aquello que buscan.

A veces, no siempre, lo que buscan es un animal de caza. Y lo cobran para aquél que los ha enviado en las alas del huracán. En otras ocasiones, no es ese su destino. Tratan, tal vez, de encontrar almas perdidas, extraviadas en los recovecos del camino abierto entre los mundos por las invocaciones y el poder del chamán. Quizás hayan sido empujados en su vuelo para acompañar a los espíritus desencarnados que deben  seguir su camino hacia el mundo que les aguarda. Aunque en ciertos casos…

¿No habeis sentido, mientras caminabais por los senderos de un bosque espeso, de esos que todavía hoy pueden verse en las montañas, como si alguien marchase a vuestro lado, aunque vosotros no podais verlo por más que lo intenteis?

¿No habeis vuelto la mirada atrás, con la sospecha de que una leve sombra ha cruzado vuestro camino y alguien -o algo- os contempla desde la linea más cerrada de los viejos árboles?

¿No escuchasteis alguna vez, en esas o en otras ocasiones parecidas, el sonido lejano, perdido entre la maleza, de un instrumento retumbante, como la sirena de un barco en la niebla, como la llamada de algo que parece aguardaros en un recodo, tras una roca cubierta de musgo y de otras oscuras manchas, cuya naturaleza vale más ignorar?

Todas esas -y algunas otras, quizá no tan inquietantes, pero por eso mismo más repentinas e inevitables- son las llamadas de aquellos a los que el chamán, con sus ojos de pájaro pintados por todo el cuerpo, con su tambor mágico y con su humo sagrado, envía para buscaros.

Almidreanac’h, O Saldraa’c, Saldraa’c Drouizeh, o Drouizeh…
Sin embargo, hay otros habitantes en las vueltas y revueltas de las boscosas avenidas. Y esos otros, se puede decir que resultarán hasta cierto punto inofensivos, siempre y cuando no se les sorprenda en alguna de sus empresas secretas o no se les moleste cuando van a lo suyo, allá por lo más escondido de la espesura, en las noches de luna, pero no sólo en ellas.

Tal rumor equivocado -me refiero al de las noches con luna plena y encendida- ha producido numerosos sobresaltos de esos que resulta difícil olvidar y aún alguna que otra muerte y desaparición de viajeros y de caminantes descuidados y desprevenidos. Y eso es así porque los mas sabios y viejos en cuestión de tradiciones, cuentos, leyendas y consejas, siempre han dicho que eso de la luna casi nada tiene que ver con aquello que realmente importa. Pero de poco sirven las advertencias y avisos cuando la temeridad y la arrogancia se confunden con el verdadero valor…
En lo más oscuro de la noche -sin luna- se mueve algo por allá, en el extremo más alejado del camino estrecho y peligroso que cruza el bosque, asomándose, de vez en cuando, al negro espejo formado por las aguas, profundas y rápidas, de un rio.

Parece un hombre que camina rápido, mirando con inquietud a un lado y a otro, como si escuchara ruidos inciertos entre las ramas que roza al avanzar. Con paso firme, aunque se diría que poseído por un cierto temblor propio del que busca sin encontrar el objeto de su zozobra, se acerca al rio. Allí mismo, frente a sus ojos, se tiende una lámina de agua sobre cuya superficie brillan los reflejos del cielo estrellado, como un negro tapiz dotado de vida oculta e insospechada.

El hombre mira, de nuevo, a todos lados. Parece tranquilizarse, porque nadie le sigue, ni le acecha. Durante un rato largo aspira el aire frio de la noche. Lo hace con prolongados y ruidosos bufidos, dirigiendo su rostro, contraído por aquél gesto peculiar, hacia el cielo, hacia el bosque y, por último, hacia la oscura extensión del agua, que entonces parece conmovida con un extraño temblor.

Después de tales maniobras, el hombre se quita toda la ropa. Una por una, las prendas van siendo dobladas y colocadas en una especie de pequeña hondonada, al pie de una gran roca. Completamente desnudo, vuelve a tomar el viento de la noche y el aire, al penetrar en su nariz y garganta, deja escapar un sonido agudo y quejumbroso, modulado como un suave aullido. 

 Ahora, el individuo entra decididamente en el agua, internándose en la doble sombra conformada por el fluir del rio y por el cielo oscuro. Nada hacia la orilla opuesta. Durante un momento es posible ver su cabeza, como un bulto destacado sobre la profunda negrura, asi como el ángulo de las ondas que produce al avanzar. Pero, de pronto, una especie de vibración, borra cualquier detalle. La naturaleza ha dejado brotar de sí un gran silencio. En un instante, todo parece detenido: rio, bosque, cielo…

Al fondo, en la otra orilla, un enorme lobo acaba de salir del agua y corre, veloz como una centella, a perderse entre las negras rocas, mientras, en el silencio primordial desatado por todo lo que comienza y nace, se percibe, desde la distancia, el ruido que un gran cuerpo produce al apartar de sí la vegetación en su carrera.
Chamanes y licántropos se transforman, cada uno a su manera, para emprender un gran viaje. Una parte de la naturaleza que está más próxima a ellos, les arropa y proteje, por asi decir, en ese cambio, y cambia también, a su vez, con ellos, de manera que asistimos a un proceso complejo cuya naturaleza dual y correspondiente ha sido descrita muchas veces en los registros milenarios de numerosas culturas y hasta ha llegado a ser reproducida en las escenas representadas en determinados petroglifos y grabados del arte prehistórico.

Los chamanes nacieron, según parece, en el paleolítico. Entonces, las creencias hablaban de un mundo lineal, extendido por las estepas y a lo largo de los grandes continentes, cruzados por cadenas de montañas. El mundo vertical, ese formado por tres planos -cielo, tierra e infierno o mundo inferior- vendría más tarde, en el neolítico, con la agricultura, la ganadería, el alfabeto y el comercio. Mientras tanto, las cavernas, uteros de la Tierra Madre, imágenes y metáforas de un entorno recogido y secreto cuyo recuerdo permanecía en cada uno de los seres humanos, desde el nacimiento hasta la muerte, eran lugares donde invocar aquellos poderes misteriosos e inquietantes, desprendidos del suelo, del calor y la humedad primordiales.

Los licántropos surgieron, quizá, casi al mismo tiempo que los chamanes. Recordemos el castigo recibido por Licaon, rey de Arcadia, cuando, en un banquete, ofreció carne humana a Zeus. Fue condenado a convertirse en lobo y así arrastró consigo, además de la maldición del padre de los dioses, una parte de ese poder de transformación y de cambio que el propio Zeus también poseía. Al fin, el gran dios olímpico pasaba por ser asimismo un dios-lobo, Zeus-licaios, cuyo santuario más sagrado y prohibido se levantaba en las laderas de algunas montañas de Arcadia. Allí, las hogueras quemando la carne de los sacrificios, humeaban siempre, dia y noche. Y nadie podía pisar aquél suelo sagrado sin perder inmediatamente la vida. Juego de cuchillos. Juego de sangre.

Los licántropos vagaron durante largo tiempo por los bosques primordiales, cazando a sus presas entre los viajeros que se atrevían a internarse por aquellos territorios. Cuando no tenían bastantes, hacían grandes razzias en los poblados próximos, cuyos habitantes creían entonces ser atacados por los muertos y pronto comenzaron a levantar defensas para combatir esta amenaza: empalizadas y murallas cubrieron el terreno libre y en sus postes aguzados, los pobladores clavaban siempre cabezas de lobo, para espantar y rechazar así a los asaltantes.

Chamanes y licántropos tuvieron, tal vez, hace muchos, muchos, miles de años, un nacimiento muy parecido y quizá más cercano entre sí de lo que se piensa habitualmente. ¿No existen algunas cuevas en las que pueden verse, sobre las paredes más alejadas y sumergidas en una oscuridad perpetua, figuras de contornos semi-humanos, de las que parecen deslizarse cabezas con grandes colmillos y pezuñas de fiera? ¿Se trata, tal vez, de un chamán recubierto con su traje mágico -la piel de uno de sus animales-espíritu- o de un licántropo, ya casi transformado, a punto de chamanizar?

La historia de las transformaciones, de los grandes cambios interiores, es una historia no escrita. No aparece en documentos ni en textos. No suelen hablar de ella voces brillantes de nuestro mundo. Aunque a veces es murmurada, casi susurrada al oido, por los más sabios y los más viejos. Pero se halla grabada en nuestro espíritu y también en lo que sale de nuestra mente. No sólo aparece en los genes, sino, sobre todo, se muestra en el desarrollo de la experiencia que se hereda, en ese conocimiento y saber almacenado en lo inconsciente colectivo, tantas veces ignorado y menospreciado.

Carl Gustav Jung sabía algo de todo esto. Quizá conocía sobre ello mucho más de lo que imaginamos. Y parece que quiso plasmarlo en los dibujos, cuidadosamente trazados, amorosamente diseñados durante años, de su Libro Rojo. Contemplar esas láminas produce estremecimientos propios de algo inmenso que se revuelve, de una entidad oscura y de fuerza terrible, retenida por largo tiempo y que ansía liberarse.

Podeis comprobarlo cuando queráis. Contemplad los testimonios legados por Jung. Caminad por los bosques en la noche. Oid al lobo que canta a la luna, a la oscuridad y a la Gran Madre desaparecida. Y, sobre todo, escuchad el gran rumor, viejo como la tierra, antiguo como la Vieja de las Viejas, que se desprende de vuestro interior.

Pero, aceptad un consejo bienintencionado. No os acerqueis al rio, ni querais contemplaros en el espejo que forman sus aguas en la oscuridad, especialmente cuando todo está en silencio y puede escucharse la llamada que quizá todos esperamos desde hace tanto tiempo, a la que tememos y al mismo tiempo deseamos, responder.

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Bibliografía sucinta:

– Walter Burkert, Homo necans.

– Marcel Detienne, Apolo con el cuchillo en la mano.

– Mircea Eliade, El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis.

– Claude Lecouteux, Hadas, brujas y hombres-lobo.

Y, por favor, no dejeis de leer -o de releer, si es el caso- mi pequeño cuento titulado «Lobo», en este mismo blog, Historias del antropólogo errante. Está basado en un hecho real. O al menos, eso juraba quien me lo contó una noche de lluvia y de miedo, allá por….

JOSÉ LUIS CARDERO

ASTRÓNOMOS RUSOS CALCULAN LA FECHA DE LA POSIBLE COLISIÓN DEL ASTEROIDE APOPHIS CONTRA LA TIERRA

Investigadores rusos calcularon la fecha de la posible colisión del asteroide Apophis con la Tierra, pero consideran infinitamente pequeña la probabilidad de que esto suceda, declaró hoy Leonid Sokolov, profesor de la cátedra de Mecánica Celeste de la Universidad de San Petersburgo.

«El 13 de abril de 2029, el asteroide Apophis se aproximará a unos 38.000 kilómetros de la Tierra y el 13 de abril de 2036 podría colisionar con nuestro planeta. Pero muchos científicos opinan que es una probabilidad infinitamente pequeña», dijo el investigador.

De acuerdo con los cálculos de la agencia aeroespacial estadounidense (NASA), que cita Sokolov en su informe, en el siglo XXI serán posibles once colisiones de Apophis con la Tierra, cuatro de las cuales deben suceder antes de 2025.

Apophis fue descubierto en 2004 y se considera uno de los asteroides más peligrosos. Su diámetro alcanza 270 metros.

RiaNovosti

LA CULTURA VINCA

La cultura de Vinca (Vincha) fue la cultura más temprana de Europa (entre el VI y III milenio a. C.), y se encontraba a lo largo del Danubio en Serbia, Bosnia, Kosobo, Rumanía, Bulgaria  y Macedonia; aunque huellas de esta cultura se pueden encontrar en los Balcanes, varias zonas de Europa Central y Asia Menor.

La cultura de Vinca obtuvo su nombre del pueblo de Vinca, ubicado en las orillas de Danubio, a 14 km de Belgrado, donde yace uno de los más grandes y más importantes asentamientos neolíticos  de Europa Oriental, descubierto en 1908 por el equipo arqueológico de Miloje M. Vasic, el primer arqueólogo de Serbia.

Gracias a los esfuerzos de Vasic, se excavó la parte central y al mismo tiempo la parte más importante del Vinca prehistórico entre los años 1908 y 1934. La labor de Vasic fue interrumpida varias veces por las guerras y los problemas económicos, pero también fue ayudado por el Instituto Arqueológico de Rusia Imperial, así como por el patrón británico, Sir Charles Hyde. Vasic desenterró una gran colección de objetos de arte prehistórico que actualmente se encuentran en los museos y universidades en todo el mundo.
Por aquel tiempo, tanto los arqueólogos yugoslavos como los rumanos creían que la cultura de Vinca había surgido alrededor de 2700 a. C. Sin embargo, la datación por radiocarbono determinó la fecha de aparición de esta cultura antes del 4000 a.C. Aunque, para algunos otros historiadores, todavía la sitúan más lejos, sobre el 5.200 a.C.

Los elementos más característicos de la cultura de Vinca son las cerámicas oscuras, con decoración acanalada en relieve, así como sus idolillos de barro y piedra con rostros de cabezas extrañas. Y digo bien cabezas extrañas, pues estos ídolos y máscaras que ellos habían esculpido tomando a sus dioses como referentes, tienen caras alargadas, narices aguileñas, ojos oblicuos y bocas pequeñas. Son la misma estampa del estándar de extraterrestre gris que tantas veces se ha visto en el caso Rosswell. Pero esa es otra historia de la que algún día hablaremos en estas páginas.

En Vinca había muchísimos motivos para que la ciudad perdurara. Ante todo, la ubicación geográfica  hacia posible  un control excelente del Danubio y sus orillas,  ser centro de los Balcanes y  desarrollar  comercio y comunicación. El suelo fértil y rico en materias primas  y en abundante flora y fauna hacia fácil  la producción de alimentos, la cacería y una vida cómoda.  Buscando la respuesta a la pregunta de qué fue lo que contribuía a la riqueza material  de esta gente que vivía en unas poblaciones organizadas como ciudadelas, los científicos  se dieron cuenta que el secreto se llamaba cinabarita, un pigmento obtenido de la mina cuyo yacimiento se encontraba en el cercano monte de Avala. Habitantes de Vinca comerciaban este pigmento  de uso medicinal  e importante en  producción de tintes.

La cultura de Vinca  dominaba conocimientos  relativos al procesamiento de metales en la época conocida en Oriente Próximo  como el período que culminó con el tratamiento de los metales. Según  informó hace poco tiempo un equipo de arqueólogos de Gran Bretaña, Alemania y Serbia,  en un congreso celebrado en Vancouver,  esta era la más avanzada cultura de Europa de aquel entonces.
Lo más curioso de los habitantes de la llamada Cultura Vinca es que nunca hicieron la guerra entre sí ni contra otros.

CARLOS MESA

EL PRIMER TECHO ASTRONÓMICO DEL MUNDO

Pero lo más sorprendente del extraño monumento secreto que Sen-en-Mut llevó hasta las mismas entrañas del templo de la reina Hatshepsut es el excepcional ‘Plano Astronómico’ que hizo incluir en el techo de la cámara.

Se trata de una representación de las constelaciones del hemisferio sur, de los doce decanes que regían los equivalentes meses lunares, y de una tabla astral, gracias a la cual se podían medir y observar los movimientos celestes nocturnos. En suma, un asombroso mapa interestelar para navegar por los espacios celestes.  
 
La mitad sur del techo está dedicada a  las constelaciones septentrionales. Se ven doce círculos que representan los doce meses lunares. Los círculos están separados  en dos grupos desiguales por un triángulo largo y estrecho que representa el meridiano. En su vértice más agudo, el triángulo se halla conectado con una constelación en forma de toro que se identifica con nuestra ‘Osa Mayor’. Mediciones actualizadas han permitido comprobar que, según este plano, la Osa Mayor, se encuentra situada en el exacto lugar o declinación que le correspondería en el cielo en el tiempo en que Sen-en-Mut vivió. En el techo están representadas tres fechas estelares que marcaban en la época de Sen-en-Mut; tres momentos especiales desde el punto de vista religioso y del calendario egipcio. Estos son: la medianoche del 18 al 19 de nuestro mes de marzo, la culminación de la Osa Mayor; la medianoche  del 16 al 17 de nuestro mes de julio, momento en el que la estrella Sirius se confunde al amanecer con el sol, lo que para los egipcios marcaba el comienzo de su ‘Año Nuevo’, coincidiendo con la crecido del río Nilo; y la medianoche del 14 al 15 de nuestro mes de noviembre, momento en el que se producía la culminación de la estrella principal de la constelación de Orión, asimilada por los egipcios antiguos con el dios Osiris, es decir la resurrección mística del dios. A la izquierda de esta imagen se ve a la diosa Isis, identificada con Sothis, detrás siguen Júpiter y Saturno, en forma de dioses con cabeza de halcón. Al final de esta escena se puede identificar a Venus bajo el aspecto de un ave fénix. Una figura de Seth evoca al planeta Mercurio.

Curiosamente, Marte no consta en este lugar, lo cual constituye un gran misterio sin resolver. La única explicación plausible, puesto que sabemos que los egipcios conocían perfectamente la existencia del planeta Marte es que, durante la concreta noche estelar representada en el techo astronómico de Sen-en-Mut, ese planeta no fue visible en Egipto. Además, los astrónomos que han estudiado el techo han podido determinar de modo absoluto la fecha en la que el mismo fue diseñado y representado, lo que permite datar la tumba con una exactitud casi precisa. En los cincuenta años que median entre el 1505 y el 1455 a. C., existió una sola noche en la que el planeta Júpiter tuvo una ascensión derecha determinada, tal y como está representado en el techo, y en la que el planeta Marte no fue visible; ésa fue la del 14 al 15 de noviembre del año 1463 a C., que coincide con el año 16/17 de Thutmosis III.

Cerca de la entrada de la tumba se encontró un óstracon  datado en el año 16, lo que determina el momento en el que aún se trabajaba en el monumento. Así pues, es casi seguro que fuera el año 17 aquél en el que se dibujó el Techo Astronómico. Queda por desentrañar qué, se suponía, debía suceder la noche del 14 al 15 de noviembre de aquél año de 1463 a. C. Quizás fuera el momento en que se produjo la transformación en vida de Sen-en-Mut, por medio de los ritos iniciáticos recogidos en las paredes de la cámara. En realidad, nunca lo sabremos con exactitud. Sin embargo, sí  tenemos constancia de que las obras del templo funerario de la reina Hatshepsut en Deir el Bahari, construido bajo las órdenes de Sen-en-Mut, concluyeron el mismo año 16/17, es decir, en el 1463 a.C.

Recogido de SEN-EN-MUT, EL PLEBEYO QUE PUDO SER REY, por TERESA BEDMAN y FRANCISCO MARTÍN VALENTÍN

Instituto de Estudios del Antiguo Egipto

Directores del Proyecto Sen-en-Mut

Publicado en La Aventura de la Historia, Octubre de 2003.

HALLAN DOS NUEVOS GEOGLIFOS EN NAZCA

HISTORIA. Científicos japoneses de la U. de Yamagata hicieron hallazgo. Uno tiene forma de un rostro humano y el otro de un animal aún no identificado. Trabajo de campo en la zona continúa. Conclusiones se enviarán al ministerio.

Las misteriosas líneas de Nasca, que se encuentran en las Pampas de Jumana, siguen sorprendiendo al mundo. Y es que además de los 38 geoglifos ya conocidos, entre los que destacan el mono y el colibrí, dos nuevas líneas fueron descubiertas por un grupo de científicos de la Universidad de Yamagata.

El hallazgo lo hicieron cerca de las míticas líneas recuperadas por la alemana María Reiche, en la región Ica. Uno de los geoglifos correspondería a una cabeza humana y el otro a una figura que representaría a un animal aún no identificado, según reportó la agencia japonesa de noticias Kyodo.

Sigue trabajo de campo

Actualmente, el equipo continúa con el trabajo de campo y cuando este concluya deberá remitir un informe sobre lo descubierto al Ministerio de Cultura, indicó Américo Baiocchi, director regional de Cultura de Ica. “Todavía están en fase de ejecución. Lo que ahora se ha informado es seguramente un avance que han remitido a la universidad, falta que precisen el período al que pertenecen los geoglifos, pues antes que los nazcas estuvieron los paracas”, señaló.

Destacó la seriedad y profesionalismo con los que se trabaja en la zona, donde hay otros dos grupos investigadores.  “Antes de empezar, hacen un estudio de campo, preparan un proyecto y es el ministerio el que finalmente los autoriza”, recordó. Baiocchi dijo que lo encontrado por los japoneses revela que Nazca no deja de sorprender.

“En la medida que se cuenten con mayores recursos e investigaciones se encontrarán más cosas”, manifestó. El equipo japonés, que está encabezado por Masato Sakai, descubrió en 2006 un centenar de geoglifos con forma de rectas y triángulos.

Patrimonio de la Humanidad

Las míticas líneas de Nazca fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1994, y constituyen uno de los principales atractivos turísticos de Ica. Para poder apreciarlas se realizan sobrevuelos. Desde el aire no solo se pueden observar las ya citadas figuras de animales, sino también  geométricas, meandros, representaciones animales, vegetales y humanas, laberintos, y otros dibujos geométricos.

Pero lo más representativo son los dibujos de animales: aves de entre 25 y 275 metros de largo (colibríes gigantes, cóndores, la garza, la grulla, el pelícano, la gaviota, el loro y otras), un mono, una araña, un caracol, una lagartija, una ballena asesina de 27 metros, un perro con patas y cola largas, dos llamas, etc. En la categoría de reptiles, un lagarto, que fue cortado al construirse la carretera Panamericana Sur, una iguana y una serpiente. Muchos de los dibujos se encuentran mezclados con líneas y espirales.

Cabe indicar que casi todos los dibujos fueron hechos en la superficie llana; solo hay unos pocos en las laderas de las colinas. Casi todas las figuras que se sitúan en las laderas representan a hombres. Algunos están coronados por tres o cuatro líneas verticales que quizás representen las plumas de un tocado ceremonial (algunas momias peruanas llevaban tocados de oro y plumas). Las figuras de las laderas aparecen menos definidas que las del desierto quizás porque las piedras que han rodado por la ladera han borrado los detalles.

Todo esto es un motivo para sobrevolarlas. Anímese.

Claves

PATRIMONIO. Desde 1994 el Comité de la UNESCO ha inscrito las líneas y geoglifos de Nazca y de Pampas de Jumana como Patrimonio de la Humanidad.  Daños. Ha sufrido graves daños por la construcción de la autopista Panamericana Sur y las rodadas de vehículos todoterreno. Técnicamente las líneas de Nazca son perfectas. Las rectas encierran una perfección y los dibujos son bien proporcionados.

¿Qué son las líneas de Nasca?

Hay tres hipótesis al respecto: la primera, que fue un lugar de culto. Esto debido a que varias culturas han vivido desde hace dos mil años en los alrededores de la Pampa del Ingenio, donde hacían dibujos similares a los que se han encontrado en sus cerámicas o tejidos. Johan Reinhard propone que las líneas forman parte de cultos para atraer el agua, el bien más preciado. Algunas unen la zona con montañas lejanas, consideradas mágicas. En resumen, sería un importante centro religioso de los últimos 1.000 años.

La segunda que eran líneas de agua. Algunos estudios proponen que ciertas líneas siguen acuíferos subterráneos y servirían como indicador de estos y para hacer pozos de extracción.

Y la última que eran telares gigantescos.

Esencia21

UNA GALAXIA INVISIBLE DE MATERIA OSCURA SE ESCONDE CERCA DE LA VÍA LÁCTEA

Los astrónomos informaron la posible existencia de una galaxia que probablemente se encuentra cerca de nuestra Vía Láctea, pero no puede ser observada porque está integrada de materia oscura.

La invisible ‘Galaxia X’ es muy difícil de observar, porque la materia oscura puede ser detectada solamente por el campo gravitatorio que genera. Los científicos de la Universidad de California, Berkeley, EE. UU., explicaron su hallazgo en una reciente sesión de la Sociedad Americana de Astronomía (AAS por sus siglas en inglés).

Según suponen los astónomos, las galaxias espirales, como la Vía Láctea, están rodeadas por numerosas galaxias enanas demasiado débiles para ser observadas y compuestas en su mayoría de materia oscura. En particular, se conocen cerca de 80 galaxias enanas que rodean nuestra Vía Láctea, siendo las más conocidas las Nubes de Magallanes. Sin embargo, según los modelos teóricos, probablemente su número es diez veces más grande.

La autora del estudio Sukanya Chakrabarti y su colega Leo Blitz elaboraron un método para hallar galaxias ‘satélites’, estudiando las oscilaciones en la distribución del hidrógeno atómico frío en los márgenes de nuestra galaxia. Estas oscilaciones, que se deben al efecto gravitatorio de las pequeñas galaxias, permiten determinar también su masa y su distancia.

El método aplicado se parece al que hace más de 150 años facilitó el descubrimiento de Neptuno. En aquella ocasión se calcularon anomalías en la órbita de Urano y se dedujo que éstas se debían a la influencia gravitatoria de otro planeta.

Primero, los científicos utilizaron el método para calcular la situación de las galaxias satélites de la galaxia M51, conocida también como Galaxia Remolino (en la foto). Los resultados obtenidos coincidieron con los datos de la observación. Luego, Chakrabarti calculó la situación de la Galaxia X, utilizando los datos recibidos en el marco del proyecto THINGS (The HI Nearby Galaxy Survey).

Según sus cálculos, la misteriosa Galaxia X queda a unos 300.000 años luz del centro de nuestra galaxia. Las investigaciones muestran que la masa de esta galaxia constituye cerca del 1% de la masa de la Vía Láctea, y se mueve en una órbita parabólica alrededor de ella.

Los investigadores afirman que el problema de la ausencia de una cierta parte de la masa del Universo ahora podría ser resuelta si se descubren galaxias oscuras semejantes. Los futuros estudios en este ámbito auydarían a entender mejor la distribución de la materia oscura en el Universo.

RussiaToday

CLONAR UN MAMUT EN UN PLAZO DE CUATRO AÑOS: ¿REALIDAD O CIENCIA FICCIÓN?

Los mamuts podrían volver a pisar la tierra en un plazo de tan sólo cuatro años, afirma un científico japonés. La fantástica reaparición de estos animales prehistóricos podría hacerse realidad gracias a las tecnologías de clonación.

Ya a principios de los 90 los científicos trataron de regalarles una segunda vida a los mamuts, extrayendo el material genético de la piel y los músculos de los animales hallados en la región siberiana de hielos eternos e intentando hacer que las células se multiplicasen. Pero en aquel entonces todos los intentos fracasaron. Las células del animal que había permanecido en el hielo durante miles de años resultaron inservibles.

No obstante, en 2008 el científico japonés, Terujiko Vakayama del Centro de Biología del Desarrollo Riken, pudo clonar un ratón a partir de las células de otro ratón que había permanecido congelado por 16 años.

Ahora otro investigador japonés, Akira Iritani, un profesor de la Universidad de Kioto, quiere ocuparse de los organismos que han permanecido en los hielos eternos durante 5.000 años. “Ya hemos superado las dificultades técnicas. Ahora lo que necesitamos es obtener una buena muestra de tejidos blandos de un mamut congelado”, señaló Iritani al diario The Daily Telegraph.

El científico planea extraer en primer lugar los núcleos de las células del mamut, luego seleccionar las más “sanas”. Después los núcleos se colocarán en los óvulos de una hembra de elefante africano que será una madre ‘sustituta’ para el mamut. Según el profesor japonés, habrá que trabajar mucho durante aproximadamente 2 años antes de que la concepción se realice con éxito, y habrá que esperar otros 600 días hasta que el pequeño mamut vea la luz.

En verano de 2011 Iritani planea viajar a Siberia para buscar el material biológico adecuado, o sea, encontrar un mamut para sacar las muestras de piel y músculos. Un trozo de piel de 3 centímetros cuadrados sería suficiente para extraer las células necesarias.

“Hace poco la posibilidad de un resultado positivo de la clonación de animales era muy baja, pero actualmente este índice es de un 30%”, explicó el científico. “Creo que tenemos chance para triunfar, y en 4 o 5 años ya habrá posibilidad de que nazca un pequeño mamut sano”, concluyó Iritani.

Cabe mencionar que en 2007 unos cazadores encontraron en el noreste de Siberia el cadáver de una cría de mamut en perfectas condiciones. Por casulaidad, meses después esta cría cayó en manos de unos científicos que buscaban los restos de este animal prehistórico en el norte de Rusia. El hallazgo de Liuba (como llamaron a la cría) impresionó a toda la comunidad científica. Los especialistas estudian la posibilidad de clonarla.

RussiaToday

POR QUÉ NO VEMOS VIAJEROS DEL TIEMPO

Por qué no vemos viajeros del tiempo:10 razones como 10 soles

ADVERTENCIA: En caso de que la extensión del post te resulte excesiva a primera vista, piensa que al llegar al final del mismo siempre podrás retroceder en el tiempo, volver al instante en que no habías comenzado a leer y abandonar la idea. ¡Suerte!

En 1985 Arthur C. Clarke escribía: «el argumento más convincente contra la posibilidad del viaje en el tiempo es la llamativa ausencia de viajeros». Al fin y al cabo, parece bastante razonable suponer que si existiesen verdaderamente las máquinas del tiempo, más temprano que tarde se podrían replicar y enseguida comenzarían a pulular los viajeros del tiempo por todos lugares y épocas.

En 1992, Stephen Hawking enunciaba su conjetura de la protección de la cronología. Básicamente, lo que afirmaba era que los viajes en el tiempo estaban prohibidos por las leyes físicas (al menos, a nivel macroscópico). De no ser así, deberíamos estar invadidos por hordas de turistas procedentes del futuro, cosa que no observamos en absoluto.

La proposición de Hawking se basaba en ciertos argumentos extraídos tanto de la teoría general de la relatividad como de la mecánica cuántica. Si se consideraba la geometría del espaciotiempo tal y como se hace habitualmente en la relatividad, lo que técnicamente se denomina una variedad diferenciable cuatridimensional de Hausdorff (esto sólo lo digo para darle apariencia de rigor al resto del post…), entonces se llega a la conclusión de que cualquier máquina del tiempo imaginable (bien sea un agujero de gusano de Morris-Thorne, las cuerdas cósmicas de Gott, la curvatura espacial de Alcubierre o un tubo de Krasnikov) permitiría al viajero del tiempo aventurarse hacia el pasado solamente, como mucho, hasta el momento de la construcción de la máquina. Esto significa que, a menos que alguien haya desarrollado ya secretamente una máquina del tiempo, entonces, para visitarnos a nosotros, los viajeros del futuro tendrían que utilizar máquinas del tiempo naturales o construidas por civilizaciones extraterrestres mucho tiempo atrás. Como no tenemos constancia de la existencia de ninguno de estos artefactos o estructuras que nos permitiesen recorrer lo que se denominan, en la jerga de los científicos que se dedican a estudiar estos temas, curvas cerradas de tipo tiempo, parece que la conclusión lógica es que deben estar prohibidas por las leyes que gobiernan el universo.
Y no os vayáis a pensar que solamente la física se ha encargado de rebatir la existencia del viaje en el tiempo. Han surgido respuestas incluso desde el mundo de la economía. M.R. Reinganum, economista, propuso en 1986 que si los viajeros del futuro nos hubieran visitado podrían perfectamente haber usado información privilegiada para hacer derrumbarse los intereses de las entidades financieras. Debido a que lo que observamos habitualmente parece todo lo contrario, los viajeros deben forzosamente no existir. Pensad tan sólo en los oscuros deseos de fama y fortuna sin fin que logra Biff Tannen con ayuda del almanaque de resultados deportivos en Regreso al futuro II (Back to the Future II, 1989) o los ingeniosos protagonistas de la película más desconcertante sobre viajes en el tiempo jamás filmada: Primer (Primer, 2004)

En cambio, si cruzamos la calle y nos dirigimos a la acera de enfrente (en el sentido estricto de la expresión y no en el figurado…) vemos que los escritores de ciencia ficción han imaginado, desde siempre, una gran variedad de fenómenos físicos que podrían ser la causa de la aparente imposibilidad de observar viajeros del tiempo procedentes del futuro, en el caso de que existiesen. Entre algunas de esas causas se pueden citar, por ejemplo, efectos colaterales del viaje, que les harían invisibles o incluso sufrir amnesia, como los protagonistas de la serie Perdido en el tiempo (Quantum Leap, 1989-1993), quienes únicamente pueden permanecer en nuestro tiempo durante periodos arbitrariamente cortos. También otros motivos, que tienen que ver con que su manifestación física es poco clara o imperfecta, de tal modo que solamente son visibles o audibles como fantasmas, espíritus o fenómenos paranormales.

Algunas de estas ideas se pueden encontrar, por ejemplo, en «The Founding of Civilization», el relato publicado en 1968 por el autor ruso R. Yarov, en el que una ley física impide a los viajeros del tiempo detenerse en cualquier instante. Así, las máquinas viajan constantemente, sin parar. Los afortunados testigos de sus fugaces presencias las interpretan de muy distintas maneras: los más supersticiosos, como ovnis, naves espaciales extraterrestres, espectros y otras criaturas sobrenaturales; por contra, los más escépticos solamente ven fenómenos atmosféricos un tanto inusuales. Huy, huy, huy. ¿A qué me suena todo esto?

En «El zorro y el bosque», de Ray Bradbury, se utiliza un dispositivo de bloqueo psicológico para asegurar que los viajeros del tiempo no puedan transmitir información tecnológica ni dar a conocer detalles acerca del viaje en el tiempo a los habitantes del pasado. Algo similar se puede leer en la obra de 1942 «Mi nombre es Legión», del siempre sorprendente Lester del Rey.
Podríamos continuar durante párrafos y párrafos enumerando cientos de propuestas y soluciones a la aparente paradoja de la ausencia de viajeros del tiempo. De hecho, bien se podría escribir una extensa monografía sobre el tema. Pero no es éste el objetivo de este post (aunque no lo parezca, ¡JUAS!). Bien, dejando a un lado todos los argumentos anteriores y suponiendo por un momento que tanto las máquinas como los viajeros del tiempo existiesen, la pregunta que inevitablemente se nos plantea es: ¿podemos imaginar, con cierta base científica, algún motivo por el que no tengamos pruebas de que aquellas hayan sido utilizadas? Os expongo, a continuación, siete de ellos que se pueden encontrar en el libro de David Toomey citado en la fuentes.

El viaje en el tiempo requiere el uso de agujeros de gusano naturales o preexistentes que nunca han sido descubiertos.

Las curvas cerradas de tipo tiempo existen en algún lugar del universo, pero no han sido encontradas. Es posible que tengan una vida muy breve, que sean extraordinariamente raras o que estén fuera del alcance de nuestros telescopios.

El viaje en el tiempo es inaceptablemente caro o peligroso.

Es posible que se descubran curvas cerradas de tipo tiempo, pero que se encuentren a unas distancias tan grandes que viajar hasta ellas por el espacio ordinario sea prohibitivamente caro. Por otra parte, aunque se demostrase que el viaje en el tiempo es económicamente viable podríamos considerar que no vale la pena correr el riesgo que representa para nuestras vidas. Tal vez una civilización suficientemente avanzada decida intentarlo, se produce un accidente y se pone fin al intento para siempre.

En 1980 G. Fulmer señalaba la posibilidad de la existencia de alguna limitación física aún desconocida que impidiese el viaje en el tiempo: quizá el gasto de energía de la máquina dependiese matemáticamente de la cuarta potencia del tiempo que uno pretendiese recorrer, haciendo posibles únicamente viajes muy breves. Cabría la posibilidad de que esto se descubriese dentro de muchos años y, en consecuencia, aún no hayan tenido tiempo de alcanzarnos sus efectos.

El gran Robert Heinlein usa el argumento anterior en su novela «Puerta al verano», con una ley algo menos restrictiva (inversa con el cuadrado de la distancia temporal). Isaac Asimov, asimismo, emplea ideas similares en su relato «Botón, botón», en el que una máquina es capaz de rescatar y traer al presente objetos procedentes del pasado, siempre que su peso sea extremadamente reducido (la ley matemática, en este caso, es una exponencial inversa).

Otra idea muy interesante es la que sugiere que el flujo temporal tiene forma de espiral. No podemos movernos por él con velocidad «normal» a lo largo de su longitud, pero sí que resulta posible saltar entre los tramos de la espiral adyacentes más próximos entre sí.
Poul Anderson en «Flight to Forever» cuenta la historia de un viajero del tiempo quien, tras desplazarse cien años al futuro, descubre con horror que es incapaz de retornar nuevamente a su época porque el consumo energético es exponencialmente creciente para el viaje al pasado. En cambio, el periplo al futuro resulta enormemente más económico y mucho menos restrictivo. Decide, pues, seguir adentrándose en el futuro con el propósito de hallar alguna vez una civilización suficientemente avanzada que le pueda prestar ayuda. Nunca lo logra y entonces acaba viajando con destino al final del universo, el Big Crunch, cuando todo desaparece y asiste a un nuevo Big Bang, el nacimiento del nuevo universo y de un nuevo ciclo temporal. Emprende, una vez más, otro viaje al futuro que le llevará hasta un instante justamente anterior a aquél en el que decidió partir la primera ocasión. La experiencia le deja tan aterrorizado y traumatizado que decide eliminar todo vestigio de su increíble aventura. A partir de este momento, nadie vuelve a intentar el viaje en el tiempo.

¿Alguno de vosotros se atrevería a montarse en la máquina del tiempo, si conocieseis de antemano sus riesgos, peligros y posibles consecuencias? ¿No preferiríais optar por utilizar cobayas, aunque fuesen humanas, tal y como hace, por ejemplo, D.C. Compton (1971) en su «Hot Wireless Sets, Aspirin Tablets, the Sandpaper Sides of Used Matchboxes, and Something That Might Have Been Castor Oil», donde emplea al arquetípico «tonto del pueblo» como primer viajero del tiempo de la historia?

¿Y qué me decís de la idea de D. Platcha, expuesta en su «The Man from When», donde sugiere la posibilidad de utilizar tan sólo una única vez el viaje en el tiempo, a sabiendas de que la Tierra será totalmente destruida en un futuro muy próximo, unos 18 minutos?

El viaje en el tiempo deja de ser interesante.

El mismísimo Kip Thorne, uno de los pioneros en el campo del estudio científico riguroso de las máquinas del tiempo, abandonó el tema a principios de la década de 1990 para dedicarse a investigar la cuestión de las ondas gravitacionales. Posiblemente otros científicos hagan lo mismo y vayan perdiendo interés por las máquinas del tiempo, dirigiendo su atención y esfuerzos hacia otros asuntos. También podría darse un cambio de tendencia generalizado y la cultura científica experimental se dirigiese o enfocase hacia temáticas más filosóficas que físicas, por ejemplo.

En los últimos 4-5 siglos el conocimiento y el progreso científico-tecnológico nos ha habituado, de alguna manera, a pensar de un determinado modo, a ver el mundo bajo una óptica muy diferente a como se hacía muchos siglos atrás. Durante largos periodos como la Edad Media en la Europa occidental, incluso se detuvo el progreso de la ciencia. El método científico, tal y como lo conocemos actualmente, nació con Galileo Galilei (1564-1642). Es posible que no sea algo tan sólido como nos gustaría imaginar.
Suponed que, por algunas de las razones anteriores, solamente unos cuantos viajeros en el tiempo acaban emprendiendo el viaje. Quizá únicamente unos cuantos viajan a épocas posteriores a la nuestra y su presencia es ampliamente divulgada y conocida o, por el contrario, pasa desapercibida; o puede que otros pocos viajan a nuestra época a épocas anteriores a la nuestra, pasando por diversos motivos, inadvertidos. ¿No podría constituir esto razón más que sobrada para haberse puesto el punto y final a los poco interesantes y estimulantes viajes en el tiempo?

El viaje en el tiempo está prohibido, aunque resulta posible.

Encuentros entre sociedades de niveles tecnológicos radicalmente diferentes provocan casi inevitablemente que las menos avanzadas sean las que se lleven la peor parte y sufran un mayor trauma. Éste es un tema recurrente en la ciencia ficción más reflexiva, de carácter más social que científico. Sociedades muy seguras de su lugar en el universo se desintegraron al entrar en contacto con otras previamente desconocidas con ideas y formas de vida muy diferentes; otras sociedades que sobrevivieron a la experiencia pagaron el precio de unos cambios traumáticos en sus valores, actitudes y comportamiento.

Tal vez, si falla la conjetura de la protección de la cronología de Hawking, surja una preocupación ética de amplia aceptación en contra del viaje en el tiempo, o una ley que lo prohíba. ¿Y si la civilización capaz de viajar en el tiempo, para proteger a los habitantes del pasado o mismamente al propio pasado, hubiese prohibido el viaje en el tiempo? ¿Acaso nuestra civilización no ha creado reservas naturales donde preservar especies en vías de extinción? Si el refugio es «perfecto» el refugiado ni se dará cuenta. ¿No puede ser éste nuestro caso?

Aunque quizá las generaciones futuras nos consideran éticamente atrasados y peligrosos, y optan por mantenernos en un aislamiento forzoso para protegerse ellos mismos de nuestra nefasta presencia e influencia.

Los viajeros en el tiempo procuran pasar inadvertidos.

Podrían utilizar varias estrategias que no violan las leyes físicas conocidas. Tal vez nos observan desde el espacio, a cierta distancia, o mediante robots que de alguna forma consiguen permanecer invisibles a nuestros instrumentos. Tal vez están mucho más cerca pero drogan, hipnotizan de forma rutinaria a todo posible testigo de su presencia. ¿No podría darse la posibilidad de la existencia de una Comisión de Control del Tiempo, encargada de regular los viajes al pasado para evitar posibles transformaciones del presente y futuro, tal y como nos muestra el sin par Jean Claude Van Damme en Timecop, policía en el tiempo (Timecop, 1994)?
Paul Davies, el célebre científico y divulgador, ha sugerido que civilizaciones muy avanzadas, con el fin de ahorrar energía y hacer más eficiente el viaje, podrían reducir su propio tamaño.

O tal vez podrían estar ya entre nosotros, disfrazados, camuflados, tras haber sido cuidadosamente instruidos en nuestro idioma y costumbres. La reciente película Outlander (Outlander, 2008), protagonizada por Jim Caviezel tiene en cuenta las premisas anteriores. Kainan (Caviezel) se estrella con su nave espacial en la Noruega de la época vikinga. Con ayuda de tecnología muy avanzada se autoimplanta a través del globo ocular todos los conocimientos necesarios para pasar lo más desapercibido posible, aprende el idioma y se viste con las ropas adecuadas.
Los escritores de ciencia ficción, una vez más, han propuesto varias hipótesis sobre la identidad de los viajeros del tiempo. Así, encontramos a los equivalentes futuros de nuestros propios antropólogos o historiadores, como en Timeline (Timeline, 2003), basada en la novela «Rescate en el tiempo» del prolífico Michael Crichton; o a clases particularmente aventureras de turistas que se dedican a presenciar grandes catástrofes del pasado, como en Huída a través del tiempo (Grand Tour: Disaster in Time, 1992), algunos de los cuales nos visitan durante días, semanas o meses y luego se van; en cambio otros se quedan más tiempo y unos pocos, incluso, se quedan entre nosotros para siempre. De vez en cuando, alguno delata involuntariamente su procedencia, al escapársele algún hecho o tecnología del futuro. Nosotros, en cambio, les tomamos por locos y los encerramos en un sanatorio mental, como se refleja en Doce monos (Twelve Monkeys, 1995); les confundimos con alguna clase de demonios al estilo de lo que sucede en Timerider. El jinete del tiempo (Timerider: The Adventure of Lyle Swann, 1982); o les consideramos brujos y son condenados a morir abrasados en la hoguera, tal cual le sucede a Un astronauta en la corte del rey Arturo (The Spaceman and King Arthur, 1979). Afortunadamente, la avanzada tecnología de su traje espacial le salva en el último momento. Claro que siempre cabe la posibilidad de que los viajeros del tiempo sean simios evolucionados a partir de la especie humana y permanezcan ocultos trabajando en circos ambulantes, al estilo de Huída del planeta de los simios (Escape from the Planet of the Apes, 1971).

La civilización humana no sobrevive el tiempo suficiente como para desarrollar el viaje temporal.

En la célebre ecuación de Drake encontramos entre sus factores el de la longevidad de una civilización, es decir, el tiempo que sería capaz de vivir antes de desaparecer o, simplemente, autodestruirse.

Durante la época de la Guerra Fría, especialmente los soviéticos, eran muy pesimistas en lo referente al valor de dicho parámetro en la ecuación de Drake. Otros, en cambio, pensaban que el período de peligro nuclear de una civilización era relativamente breve y, una vez superado, podría sobrevivir durante bastante tiempo.

Pero no solamente a causa de un holocausto nuclear podría desaparecer nuestra civilización. Hay otras posibilidades, como el impacto de un meteorito tal como un asteroide o un cometa; una plaga natural o artificial; una supernova o similar; etc.
En relación a esto último, en 1982, M. Shaara relata en «Time Payment» la posibilidad real del viaje en el tiempo, tanto al pasado, como al futuro. Sin embargo, para explicar el «problema» que se plantea ante la aparente ausencia de viajeros procedentes del futuro, los protagonistas de la obra llegan a la conclusión de que únicamente existen dos posibilidades: o bien el viaje en el tiempo es tan peligroso que todos los que lo han probado han perecido en el intento, o bien es que en el futuro no existe absolutamente nadie para poder viajar. Este segundo argumento viene reforzado por el hecho de que, en la novela, la acción se desarrolla en un futuro lejano, cuando nuestro Sol se encuentra en sus últimas fases de evolución, a punto de convertirse en una nova.

Los viajeros del tiempo prefieren viajar a épocas distintas a la nuestra.

Esta posibilidad ataca directamente a nuestra autoestima como seres humanos. Quizá debamos asumir que no les interesamos en absoluto.

Si comprimiésemos la edad del universo en un solo año (a esto se le conoce como año cósmico), el sistema solar se formaría a mediados del mes de septiembre. Todo lo que se registra en la historia escrita, es decir, el surgimiento y decadencia de las grandes civilizaciones, aparece en los últimos diez segundos del 31 de diciembre.

Si nuestros descendientes futuros de dentro de 3.000 millones de años quisieran visitarnos sería algo parecido a que nosotros mismos visitáramos la Tierra en la época en que surgieron los primeros organismos unicelulares. ¿Podríamos o seríamos capaces de reconocer a los viajeros procedentes de un futuro tan lejano? ¿Cómo se comunicarían con nosotros? Es más, ¿se mostrarían siquiera interesados? Si dispusiéramos de un año entero para visitar y conocer, ¿querríamos visitar los últimos diez segundos del último día? ¿A quién no le apetece perderse las campanadas y las uvas de la suerte cósmicas?

Por supuesto que podemos considerarnos importantes y dignos de ser visitados y conocidos. Al fin y al cabo, somos la forma de vida más compleja conocida. Ahora bien, en el futuro lejano ¿también lo seríamos? O, por el contrario, ¿habría otras especies inteligentes en la Tierra? ¿Qué probabilidad existiría de que se desarrollaran? Los mamíferos no colonizaron la Tierra hasta que no desaparecieron los dinosaurios, hace unos 65 millones de años.

Otras razones. Especialmente, las tuyas

Si habéis llegado hasta aquí leyendo, quizá estéis pensando que a vosotros mismos se os están ocurriendo justamente en este momento decenas de otras nuevas razones para justificar la no existencia de los viajeros del tiempo o la misma imposibilidad de sus máquinas. De hecho, me sentiría muy frustrado si así no fuese, ya que os considero a todos dignos lectores de este blog.
Algún avispado, incluso, se habrá dado cuenta de que no he mencionado en ningún momento la interpretación de los universos paralelos, aludida profusamente por muchos autores. Prefiero dejarla para una futura ocasión. De momento, quedaos con tres películas donde se aborda el asunto. Se trata de Timemaster, el señor del tiempo (Timemaster, 1995); El único (The One, 2001) y Déjà vu (Déjá vu, 2006).

Como quiero predicar con el ejemplo, y aun a sabiendas de que lo que a partir de aquí se diga ya haya podido ser tratado en alguna obra literaria o película desconocidas por mí, permitidme mis propias aportaciones. Aquí van:

1.¿Y si cada vez que alguien intentase viajar al pasado quedase irremediablemente atrapado en su propio presente? ¿Cómo podríamos ser capaces de localizarle? Cada vez que lo pretendiésemos, su presente ya se habría desvanecido ante nuestros ojos, ya que nos encontraríamos en su futuro.
2.La muerte no existe. Cuando fallecemos, en realidad, somos transportados al futuro por una civilización extraterrestre que deja aquí únicamente nuestro cuerpo, un mero envoltorio. No es exactamente la misma idea que en la película Millennium (Millennium, 1989) pero se parece.
¿Os atrevéis a proponer las vuestras?

Fuentes:

Time Machines. Paul J. Nahin. Springer, 2ª edición corregida. 2001.

Las 100 mejores películas de viajes en el tiempo. Francisco Javier González-Fierro Santos. Cacitel. 2006.

Los nuevos viajeros en el tiempo. David Toomey. Ediciones de Intervención Cultural. 2008.

Mi puto cerebro, Sergio L. Palacios (Ph. D.), Journal of mental taraos and absolutely superior intelects, Vol. 69, p. 69-96. November 2010.

SERGIO L. PALACIOS 

FísicaenlaCienciaFicción

WICCA, LA MAGIA DE LA NUEVA ERA

En nuestra época, la tecnología ha jugado un papel muy importante en las comunicaciones globales, y al mismo tiempo ha permitido emitir diversos puntos de vista sobre diversos temas.
Wicca, es uno de los temas y es importante conocer lo que significa, se hace, y no dejarse llevar por las primeras impresiones que puedan dar el desconocimiento o el tabú hacia ella.
Antes de todo, es importante aclarar que Wicca no es una secta, no busca adeptos, ni tampoco trata de reclutar
personas. No existe una organización central, no tiene dogmas ni leyes que la gobiernen. Se la puede definir como una
religión individual, que busca la armonía y reverencia hacia las fuerzas creativas del universo y naturaleza, muchas veces representadas por la Diosa y el Dios. La Wicca puede ser practicada por todos, hombres y mujeres, y aunque existe información variada sobre su significado, cada individuo que la practique encontrara la mejor definición para ella.

Como anteriormente comenté, la práctica es individual, sin embargo, entre amigos practicantes o familiares se puede
organizar un grupo de convivencia, donde todos practican rituales y celebran las festividades. Mucho se ha dicho sobre grupos y la dificultad de ingresar, pero en realidad, la iniciación es algo muy personal, y ser parte de un grupo
depende de si es conocido, pero insisto nuevamente, no es necesario ser parte de un grupo específico.
No existen tampoco escuelas, y hace un par de décadas, no existía mucha información sobre el tema, y todo era transmitido entre conocidos, actualmente se puede encontrar información en la red o libros que explican sobre Wicca.
Lastimosamente, como todo en la vida, hay algunas personas que utilizan la Wicca como un medio de ganancia económica, haciendo que muchas personas la vean como algo negativo, pero debemos tener en claro que uno de los principios del practicante es la de Hacer lo que desees, sin hacer daño alguno. Todo practicante Wicca, conoce también la ley de reciprocidad, es decir, que a toda causa existe un efecto, algo positivo generara resultados buenos para el practicante y el entorno, mientras que algo negativo tendrá consecuencias contrarias y muchas veces contra el practicante que la realizó.

Wicca es en sí un estado individual de felicidad llevándonos bien con la naturaleza en unión de la Diosa y el Dios, el universo y toda la energía creadora existente, es la celebración de la vida (1). Los movimientos ecológicos, buscan mejorar la relación con el medio ambiente, con el planeta, y aunque todos los que siguen estos principios ecológicos
no son practicantes de Wicca, sus ideales son muy similares.

Los dioses en la Wicca

Desde la antigüedad, el ser humano ha rendido tributo a deidades, un ser supremo que mantiene el equilibrio del universo. Este ser o energía, es el principio de la Wicca personificados en la Diosa y el Dios, es decir la dualidad.
La personificación de dioses no es algo nuevo, ha existido desde las civilizaciones antiguas y aún se mantienen a través del sincretismo (2) que el Cristianismo utilizo para cambiar las creencias paganas en creencias Cristianas.
Wicca ve a la deidad como parte intrínseca de la naturaleza y es en base a ello que se los honra y se reconoce, hay algunos practicantes que le dan nombres o en sus altares personales colocan imágenes que hacen referencia a ellos, pero es algo que cada individuo es libre de asociar. Lo importante en las deidades es que ambos son iguales y mantienen el equilibrio, aunque algunos practicantes prefieren hacer rituales hacia uno de ellos, existe y el equilibrio nos mantiene en armonía. La Diosa, representa la fertilidad, la sabiduría, el amor y el cuidado, algunos la definen
como la doncella (o la virgen), la madre o la bruja (3).  El Dios representa el caballero, la fortaleza, fuente de vida y compasión. Ambos son la fuerza creadora del universo.

La Magia

Indiscutiblemente, la magia es algo existente en nuestras vidas, quizás ha sido mal interpretada o se le ha asociado con algo negativo, sin embargo, lo vemos en nuestro diario vivir. La magia es el uso de energía que nos permite mejorar nuestra existencia. Por ejemplo, en la actualidad, existen muchos grupos de motivación que utilizan el
pensamiento positivo con fuente de atracción de prosperidad (4), pues eso en si es considerado magia.
La energía existe en cada uno de nosotros y la obtenemos mediante nuestra alimentación, mediante la absorción de la luz del sol, la luna, cuando hacemos ejercicios, o practicamos yoga. También existe energía en nuestro planeta, se manifiesta en cristales, plantas medicinales, hierbas para infusiones, el agua; y por último la energía divina que para
muchos se podría entender como fe o manifestación creadora del universo.

Herramientas

El practicante de Wicca posee herramientas, las cuales son utilizadas en sus rituales. La escoba es una representación de la limpieza, que ayuda a prevenir energía negativa, existen muchas culturas y creencias populares sobre el uso de la escoba, en realidad todas son asociadas al mismo principio de prevención. La vara, es la herramienta para dirigir la energía, se la puede hacer de ramas de árboles, caídas en forma natural o cortada con permiso. En orquestas sinfónicas, se utiliza una vara para dirigir a cada instrumento y crear la mejor armonía musical en un concierto, la vara en Wicca, tiene esa misma finalidad. El Incienso representa el aire, muchos lo utilizan como forma de purificación y permitir a través del mismo el contacto con la divinidad. El caldero es el vehículo de transformación, representa la fertilidad, inspiración, muchos practicantes lo utilizan para hacer infusiones de hierbas que luego usan en rituales de purificación mediante el baño. Las ollas de cocina, representan, en muchas ocasiones el caldero.
El cuchillo o athame es usado también para dirigir conjuros o energía. La esfera de cristal, es en realidad un cuarzo, por lo general se usan para recibir mensajes o almacenar energía recibida durante un ritual.
Existen rituales en los cuales el cristal se expone a la luz de la luna para poder recibir de esa energía mejor capacidad para visiones psíquicas. La copa, es un elemento que contiene la bebida usada en el ritual, y por último el pentagrama que es un elemento de protección , usado más como un amuleto, el pentagrama es uno de los elementos que tiene mayor referencia hacia lo diabólico, cuando se lo utiliza a la inversa y con magia negra.
El libro de las sombras es un diario personal, donde se escriben rituales personales, invocaciones personales, hechizos, oraciones. Este libro se transfiere de un practicante a otro, muchas veces de un padre o madre a sus hijos, si son practicantes de Wicca. La música, danza, meditación, son recursos adicionales que pueden ser utilizados en los
rituales o preparación de los mismos. Todos estos elementos son parte del altar donde se realizan los rituales, no existen reglas claras de cómo se debe ubicar cada elemento, pero se pueden usar referencias de libros o conocidos para poder tener su propia implementación.

Días Festivos

En la Wicca existen días que se celebran y se los conocen como días de poder. Para los practicantes existen trece días de celebración de luna llena y ocho Sabbat o días de poder. Los días de poder son asociados generalmente con el ciclo de cosecha y cultivo y también de la vida de animales. Estos días de poder, son en función de los cambios de
estación del hemisferio norte y corresponden a Yule: Celebrado en Diciembre 21, por el solsticio de invierno y representa el nacimiento del hijo de la Diosa. Esta celebración fue adoptada por medio del sincretismo en el Cristianismo.

 
Representación del pentagrama

Imbolc: En Febrero 2, indica la recuperación de la Madre luego del parto, mientras que el Dios es un joven fuerte y listo a germinar la tierra.

Ostara: En Marzo 21, concuerda con el equinoccio de primavera, en este día la energía
nueva de la naturaleza despierta comenzando nuevamente la vibración de la vida.

Beltane: En Abril 30, marca la conversión del Dios en un hombre adulto, aquí el Dios se enamora de la Diosa y ambos se unen. Existe un festival llamado May Pole, que muchas escuelas y personas celebran, esta festividad, en realidad es una actividad Wicca que representa este día (5).

Solsticio de Verano: Celebrado en Junio 21 también se lo conoce como Litha, este día representa el punto máximo de poder de la naturaleza.

Lughnasadh: Celebrado en Agosto 1, es el momento de la primera cosecha, muchas plantas tienen sus frutos y listos para ser recolectados y al mismo tiempo esparcen su semilla para nuevas plantas, en este periodo la Diosa sabe que el Dios está empezando a morir.
Mabon: Septiembre 21, equinocio de otoño, se completa la cosecha, los días y las noches son iguales en duración y el Dios se prepara para morir y su nueva aventura hacia el universo.
Samhain: Celebrado en NOVIEMBRE 31, es el momento de decir adiós al Dios, es una despedida temporal pero sabiendo que renacerá nuevamente. Esta festividad se la conoce en muchos lugares como el día de los muertos, otro sincretismo, o el día de los sacrificios. Es un tiempo de reflexión, de analizar y entender que así como somos realidades físicas, también lo somos en espíritu. Lastimosamente, este día lo han asociado como el día de las brujas, negativo y expresado en forma grotesca por muchas religiones. El practicante, debe prepararse para cualquier ritual o celebración, no hay reglas definidas y cada uno las puede definir en forma personal, compartirlo o no.
Debo recalcar, que Wicca no cambia la filosofía religiosa de ninguna persona, existen muchos que tienen sus creencias religiosas y al mismo tiempo practican Wicca. Como exprese anteriormente, el planeta entero está empezando a ser más consciente de nuestra relación con el planeta y la naturaleza y aunque esto no los convierte en practicantes, es uno de los principios básicos que el practicante tiene. Desafortunadamente, algunos practicantes de Wicca, le han dado un tinte negativo, usando colores oscuros y vestimenta gótica, tratando quizás de demostrar poder o  conocimiento sobre lo oculto; eso ha hecho que Wicca sea considerada como una secta o algo perverso.
También otros practicantes, abusan del conocimiento y los utilizan con fines lucrativos, tratando de vender bienestar a las personas mediante conjuros o hechizos. Cada ser humano es dueño de su propio destino, y cualquier evento positivo o negativo son consecuencias de sus propias acciones. No podemos usar magia y el manejo de energía con
fines contra la voluntad de otros seres, es indispensable recordar el principio básico de hacer sin causar daño a otros y al mismo tiempo tener en mente que cuando se desea o hace el bien, uno recibe esa misma recompensa.
Los practicantes, deben seguir su corazón y su intuición, respetar, dar y tener confianza, no obligar y ser justos, pero sobre todo Amar. Wicca es armonía y busca que el practicante sea eso con la naturaleza y el universo. Todos
los rituales y elementos usados son solo herramientas en el camino. Lo que he escrito lo he basado en lo aprendido a lo largo de mi vida, interacción con personas practicantes y experiencias personales que me han permitido mejorar en mi actitud hacia mí mismo y los demás, pero quizás lo más importante para mí, ha sido el re-encuentro
con aquello tan sublime que llamamos Dios.
Sean bendecidos.

XAVIER GUZMÁN

Referencias:
-Wicca: La guía del practicante solitario. Scott Cunningham. Llewellyn Worldwide.
2004.
-Wikipedia
-Libros de referencia sobre el paganismo.
-Historia de Salem y sus brujas.
-Chamanismo, el legado de los encuentros. Amalia Bassedas. Buenos Aires.

Xavier Guzmán (Connecticut –EE.UU.)
Ingeniero Eléctrico especializado en Comunicaciones y
Sistemas. Investigador y buscador de temas específicos
de ciencias de frontera .
Email: gnitservice@gmail.com

NOTAS:
(1) Wicca: guía para el practicante solitario. Scott Cunningham.
(2) http://es.wikipedia.org/wiki/Sincretismo#Sincretismo_religioso
(3) El término bruja hace referencia a una mujer con conocimientos de la naturaleza,
sus poderes curativos, su capacidad de magia, no al concepto negativo o asociado
a lo satánico que fue dado por el Cristianismo.
(4) El Secreto es una de estas nuevas tendencias al igual que la metafísica.
(5) http://en.wikipedia.org/wiki/Maypole

LA LUCERNA DE CARONTE    El Último Peldaño