Como sabemos, la moderna era OVNI comenzó con los famosos «Foo Fighters» vistos tanto por los pilotos aliados como los de las potencias del Eje, en medio del fragor del conflicto durante la Segunda Guerra Mundial. Nada más acabar la contienda, hubo informes sobre extraños objetos «como platos» brincando como piedras a través del cielo abierto por gente como Kenneth Arnold y otros; un mes después del avistamiento de Arnold, que llegaría a ser tristemente célebre, unos exóticos restos fueron recogidos de un rancho cerca de Roswell, Nuevo México, con lo que quedó una pequeña interrogante en las mentes de muchos americanos: los Platillos, parecía, habían aterrizado.
Más de medio siglo después, continuamos teniendo una sorprendente falta de información acerca de los orígenes de los ovnis, aunque es ampliamente extendida entre gran parte de la población civil e incluso de los más altos círculos académicos que el enigma podría corresponder con extraños encuentros con visitantes extraterrestres. Sin embargo, esta idea, es una teoría que está desprovista de pruebas concluyentes; aunque muchos dentro del campo OVNI se enfadan por esta clase de opinión, debo ser claro:
aunque los OVNIs pudieran ser aeronaves de otras partes del universo,
hay poca base dentro del procedimiento científico para determinarlo, con respecto a las pruebas recogidas. Y aún para muchos la hipótesis extraterrestre comprende casi a la totalidad del misterio OVNI.
Si seres alienígenas están visitando la Tierra o no, -y hasta donde sabemos podría ser muy bien el caso-, podemos continuar especulando sobre que clase de vida pudiera existir en otro lugar más allá… el problema, sin embargo, es determinar, ¡si los alienígenas podrían ser incluso reconocidos como tales!
Recientemente Universe Today publicó un artículo sobre las variedades de vida que podrían existir en otras partes de las profundidades del espacio, y de que manera dicha «vida» podría diferir enormemente de lo que conocemos en la Tierra. «En verdad una nueva ‘vida alternativa’ sería una vida de distinta biología,» dice Gerald Joyce, un profesor de Biología Molecular y Bioquímica en el Scripps Research Institute. «No tendríamos la información como lo que es parte de la misma herencia de nuestra forma de vida.»
Si eso fuera el caso, ¿podríamos proponer que existiera vida en otras partes del universo que seríamos prácticamente incapaces de reconocer en absoluto todo como vida? Esta idea ha provocado mi uso de la expresión «vida (no) como la conocemos» para tales seres, lo que posiblemente podría extender los límites de formación física tal como la podemos concebir. El artículo del Dr. Joyce, «Poco a poco: las bases darwinianas para la vida», trata las diferencias entre lo que el llama «verdadera» biología, frente a química simple, y cómo cosas como el ADN son capaces de llevar funciones químicas y «recordarlas», y capaces además de transportar esta información almacenada a la consiguiente progenie de un organismo.
El fondo de la cuestión aquí es la idea de que seres alienígenas, quizás capaces de evolucionar a través de similares procesos de ADN/ARN conocidos por nosotros en la Tierra, aún podrían diferir en mucho de la vida que reconoceríamos con facilidad. Cuando se aportan varias clases de vida inteligente a la ecuación, yo a menudo considero que clase de procesos evolutivos podrían seguir seres de extrañas y diversas formas en otras partes del universo, y si una civilización avanzada podría ajustarse a alguna de las leyes o condiciones supuestas que la mente humana podría imaginar.
Por ejemplo, considerada la ecuación de Drake, que se originó durante las primeras conversaciones de lo que llegaría a ser el programa SETI entre compañeros como Francis Drake (de quién tomó su nombre la ecuación), y más tarde Carl Sagan, entre otros, se tenía la esperanza del uso de radioseñales para recibir mensaje de distantes sistemas solares. Para Drake el obvio y amenazador potencial que la humanidad tenía para destruírse a sí misma (recuerda, era durante el período cumbre de la Guerra Fría) arrojaba dudas sobre la posibilidad de que una civilización avanzada de otro lugar podría incluso sobrevivir lo bastante para aprovechar una tecnología desarrollada lo suficiente para impulsarla a través de las vastas extensiones de nuestra galaxia. Este supuesto, sin embargo, es terriblemente antrópica, en el mejor de los casos en el sentido en que los humanos tienden a imaginar con respecto a «otras» variedades de vida que pueden existir, reflejan nuestros propios valores y, como este ejemplo muestra, nuestros temores también.
Al contrario, yo siempre me he preguntado si los seres extraterrestres de un planeta distante, a partir de influencias medioambientales, podrían evolucionar en modos que se asemejarían a diferentes variedades de géneros conocidos en la Tierra. Pienso, por ejemplo, como una raza inteligente seres insectoides podrían comportarse. ¿Y si reinara una mentalidad de colmena en tales seres; sería esto más propicio para que una sociedad funcionara como un individuo, si todos estuvieran conectados a nivel mental, y centrados (aún subconscientemente) en trabajar hacia unos fines sociales comunes? Por otra parte, ¿podría ir esto también en detrimento de una civilización vecina, en el caso de que tal raza «insectoide» hiciera aglo necesario para obtener sus propias necesidades… incluso si eso significara la destrucción de otra raza desarrollada?
Esta línea de pensamiento, por supuesto, aún conlleva muchas de nuestras inquietudes «humanas» en la ecuación, y fundamentalmente aún maneja la idea de que seres físicos y antropomórficos de nuestra misma tamaño y estatura podrían constituir nuestros vecinos alienígenas. En verdad, las alternativas son bastante amplias, en lo que se podría considerar aquí multitud de extrañas formas, figuras o, a falta de una mejor expresión, simplemente diferentes «manifestaciones» que podrían ocurrir en un sentido cósmico. Parece del todo verosímil que algunas formas de vida existentes en otro lugar de nuestro universo podría habernos eludido (y continuar haciéndolo) debido a su naturaleza exótica. Aunque tuviéramos la ciencia necesaria para percibir tales entidades, pudiera ser que no usáramos la metodología adecuada para comprenderlas o todavía no la hemos aplicado para ello (esto sería el caso especialmente si tratáramos con formas de vida interdimensionales).
Con una mente abierta, ¿de qué clase de extrañas y exóticas formas y manifestaciones has considerado que podría existir la vida extraterrestre?
MICAH HANKS 21/6/2012