LA MENTE UNIVERSAL: PROBABILIDAD Y CEREBROS EXTRAÑOS EN EL PROFUNDO UNIVERSO

space-nebula-brainSuena como a película de ciencia ficción, y dentro del género más bien a una de suspense, donde unas extrañas fuentes de inteligencia carentes de cuerpo viven en el vacío del espacio, sólo para sembrar el caos en nuestra existencia. Ese extraño concepto sería la trama en la pantalla cinematográfica… pero bajo ese «cerebro» incorpóreo emanando del espacio profundo podría no ser sólo materia de ficción después de todo.

He supuesto durante mucho tiempo que un ser físico puede no ser la penúltima forma de una inteligencia extraordinariamente profunda de manifestar en el interior, ya que como seres humanos, hemos tenido que depender de los esfuerzos acumulados de los demás con el fin de progresar científicamente y, esencialmente, de evolucionar. Los pequeños logros (pequeños en el gran esquema de las cosas) de aquellos que nos precedieron llegarán a ser el precedente para la nueva obra que emprenderemos; igual, nuestros logros serán el punto de partida para las generaciones futuras, donde los individuos proseguirán el trabajo acumulado de la especie humana, trabajando hacia el objetivo científico de mejorar nuestro mundo, pero con poca idea de dónde la curiosidad innata que impulsa esta tarea puede llevar.

Por lo tanto, el concepto de extraños, «cerebros» sensibles flotando en el espacio de hecho puede sonar como el argumento de una película de ciencia ficción cursi de antaño …. pero podría haber algo más que lo que se encuentra a primera vista, al menos en el caso de una mente universal flotando sin cuerpo por ahí, tal vez esto sería un «ojo de la mente».

New Scientist publicó recientemente una noticia que trataba de un extraño, pero fascinante, concepto conocido como el cerebro de Boltzmann. «Los físicos han imaginado algunas ideas extrañas en los últimos años», escribió el periodista Adam Becker, «pero hace una década se han superado a sí mismos con el concepto de cerebros de Boltzmann (entidades conscientes que se forman espontáneamente en el espacio exterior)».  Avanzando en un territorio intelectual más complicado, el artículo señala que:

«La mayoría de los modelos de futuro predicen que el universo se expandirá exponencialmente por siempre. Al final eso generará un inconcebible número de cerebros Boltzmann, que superarán de lejos el número de humanos que haya vivido o pueda vivir jamás. Eso significa que sobre la historia total del universo, es la experiencia del universo de los cerebros Boltzmann la distintiva y no la nuestra. Eso es un problema, ya que el punto de partida para nuestra comprensión del universo es que los seres humanos son los observadores típicos. Si no lo somos, nuestras teorías comienzan a parecer discutibles.»

El artículo sugiere con esperanza que la Teoría de Cuerdas podría resolver el excepcional problema de los cerebros Boltzmann, ya que además de la posibilidad de que existan universos múltiples, podría haber infinitas cantidades que podemos atribuir a lo que conocemos como nuestro universo, lo que disminuiría la proclividad final de los cerebros Boltzmann, cuya existencia se basaría en factores como el azar, la probabilidad y un universo infinito y siempre en expansión.

Por el momento sólo quiero consignar la noción del cerebro Bolzmann ya que muchos verían esto como algo que simplemente podría no existir. Muy al contrario, la formación de la inteligencia en nuestro universo,-y para que pueda tomar forma (o su falta de ella) en varias formas peculiares y novedosas-, tendría que ser una probabilidad en un universo cuyos caóticos potenciales podrían fusionarse en la formación de vida sobre un planeta como la Tierra.
Si, por el contrario, prefiere conformarse con la idea de que existe una inteligencia universal (un Dios, en esencia) a quien se puede atribuir la vida y la creación, se podría igualmente argumentar que esto conlleva semejanza con la conciencia incorpórea que formaría formar nuestra hipotético cerebro Boltzmann en sí mismo. En cualquier caso, tenemos conceptos filosóficos similares que parecen dar cuenta de lo que es, en términos científicos, esencialmente la misma cosa.

2001_space_odysseyYo elijo mirar más allá de si la Teoría de Cuerdas pudiera explicar el predominio o la falta de estas extrañas «creaciones» universales, y en vez de ello buscar en los fascinantes elementos que podría darnos esta posibilidad. Lo que muestra, en suma, es que los experimentos mentales de la física moderna pueden, en algunos aspectos, explicar extraños conceptos alienígenas que se extienden mucho más allá del alcance de lo que únicamente podría ser denominado el mundo físico, y tienen mucha relación con los temas relatados en la mejor ciencia ficción, como la de Clarke 2001: Una odisea del espacio. Recuerde que en este último caso los «aliens» hacia el final de la película no parecían ser físicos en absoluto, al menos sobre la base de las límites perceptivos de la humanidad.

De hecho estamos entrando en un excitante territorio con nuestra ciencia, y en poco tiempo (si no lo es ya), la cuestión de si estamos solos en el universo podría tener menos que ver con si la «vida» existe en otros lugares, y más con si la reconoceríamos incluso si nos tropezáramos con ella. Es posible que, en todo caso, tengamos que redefinir por completo lo que llamamos «vida».

MICAH HANKS

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