En medio del vasto desierto aúreo del norte de Arabia Saudí, un castillo se levanta sobre la arena, emergiendo de una enorme piedra. Su fachada muestra líneas claras y angulos rectos, en contraste con la superficie natural de la piedra, y la estructura llama la atención al instante. Al verla, no puedes dejar de preguntarte: ¿Quién lo construyó? ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo ha estado aquí, mirando hacia el desierto vacío?
La estructura es conocida como Qasr al-Farid, que significa «castillo solitario», y fue construido en el siglo I, durante preislámico reino nabateo. Se encuentra ubicado en Almaden Saleh, también conocido como Al-Hiyr o Hegra, y es uno de los más de cien monumentos similares de la zona. Recuerda a la ciudad tallada de Petra en la actual Jordania. Petra fue la capital de del reino nabateo. Mada’in Saleh fue la segunda ciudad más grande y fue un importante centro de comercio.
En realidad Qasr al-Farid no es un castillo, sino que es una tumba. Está sin terminar, y su estado inacabado, nos permite imaginar cómo los nabateos construyeron sus edificios de piedra maciza. Les gustaba usar piezas únicas de piedra arenisca, talladas de arriba hacia abajo. También tomaron prestados elementos decorativos de estilo egipcio, helenístico y asirio. El tamaño de la tumba de la persona indicaba su estatus social. Qasr al-Farid es la más grande de las 131 tumbas en el área. A pesar de haber enfrentado a los elementos durante 1.900 años, Qasr al-Farid se encuentra en muy buen estado gracias al clima seco.
Hoy en día, Qasr al-Farid no está tan solitario. Es un lugar popular entre los turistas, y todo el sitio arqueológico donde se halla ha sido nombrado Patrimonio Mundial de la UNESCO, el primero de Arabia Saudita.