EL MISTERIO DE CHOLULA, LA PIRÁMIDE MÁS GRANDE DEL MUNDO

El estudio de las pirámides, construidas en el lejano pasado por muchos pueblos que vivían en diferentes zonas de la Tierra, es interesante no sólo en lo que concierne a lo arquitectónico, sino también para comprender sus usos, sus creencias religiosas y su visión del mundo.
Las pirámides más conocidas son ciertamente las egipcias, sobre todo las de la llanura de Guiza.
Sin embargo, en el mundo son varias las culturas antiguas que construyeron pirámides; por ejemplo, las chinas de Xi’An, las peruanas de Caral o Tucumé y las mesoamericanas, como las mayas de Tikal, Uxmal, Palenque o las famosas pirámides del Sol y de la Luna de Teotihuacán.
Extrañamente, la pirámide de Cholula (llamada también Tlachihualtepetl), que es la más grande del mundo, es casi ignorada tanto en los programas televisivos donde se divulga la historia suramericana, como en las revistas especializadas.
La pirámide, que tiene 66 metros de altura y una planta cuadrada de 400 metros, es la más voluminosa del mundo: unos 4.450.000 metros cúbicos.
Para hacer una comparación, la pirámide de Keops tiene un volumen de “solamente” 2.500.000 metros cúbicos.
El nombre Cholula significa “agua que cae en el lugar de la vida”. Según la mitología, fue construida por el gigante Xelhua, que logró salvarse del diluvio universal.
A continuación, un extracto de la obra Cholula 2000 tradición y cultura del escritor Rodolfo Herrera Charolet (1995):

«… En la época del diluvio moraban sobre la tierra los gigantes, muchos perecieron sumergidos en las aguas, algunos quedaron convertidos en peces y sólo siete hermanos se salvaron en las grutas de la montaña Tlaloc… Xelhua el gigante fue al sitio que después se llamó Cholollan y con grandes adobes fabricados en Tlalmanalco, sitio muy distante, y conducidos de mano en mano por una fila de hombres tendida entre ambos puntos comenzó a construir la pirámide en memoria de la montaña en donde fue salvado. Irritado Tonacatecutli padre de todos los Dioses que la obra amenazaba con llegar a las nubes lanzó el fuego celeste y con una gran piedra en forma de sapo mató a muchos de los constructores dispersándose los demás, y no pasó adelante la construcción…”

La pirámide de Cholula es en realidad el resultado de 6 diferentes construcciones superpuestas en el curso de los siglos. Según los últimos estudios in situ,se empezó a construir en el período Preclásico (1800 a.C.-200 d.C.), en la época de los Olmecas.
Alrededor del 100 d.C., la pirámide de Cholula era utilizada por personas de Teotihuacán por motivos rituales o ceremoniales.
Se estima que el complejo urbano que se había desarrollado en los alrededores se acercaba a casi 100.000 habitantes hacia el 200 d.C., siendo así la segunda ciudad de Mesoamérica después de Teotihuacán.
La zona fue abandonada entorno al 800 d.C., luego de la decadencia de Teotihuacán.
Después, la pirámide fue utilizada por etnias Toltecas y Chichimecas. Posteriormente, con el dominio Azteca en México, fue dedicada al culto de Quetzalcóatl.
Luego de la conquista española de México, fue construida una iglesia católica en la cima de la pirámide (en 1594), con el fin de afirmar la religión cristiana en los cultos locales.
El primer arqueólogo que la estudió a fondo fue el suizo Adolph Bandelier en 1881. Rescató muchos restos humanos en algunas sepulturas de estilo teotihuacano, además de una notable cantidad de cerámica, también atribuible a Teotihuacán.
En 1931 el arquitecto Ignacio Marquina dirigió excavaciones con el fin de abrir túneles debajo de la pirámide. En 1951 se excavaron aproximadamente 6 kilómetros de túneles, los cuales formaban un verdadero laberinto.
Durante este primer período de excavaciones se sacaron a la luz considerables cantidades de cerámica que se remontan a las culturas de Tula y Teotihuacán, además de instrumentos musicales, por ejemplo, flautas.
A continuación hubo un segundo período de excavaciones de 1966 a 1974, conducido por Miguel Messmacher, pero no se logró encontrar una cámara funeraria principal.
Hoy el misterio de Cholula, o bien, quiénes fueron los verdaderos constructores de esta imponente estructura, permanece irresoluto. Sucesivas obras de excavación fueron bloqueadas porque podrían amenazar la estabilidad de toda la pirámide, pero también porque la iglesia católica construida por los españoles sobre su cima fue declarada patrimonio de la nación y, por tanto, está prohibido intervenir en sus cimientos.
Sabemos que en las leyendas siempre hay un fondo de verdad: ¿era quizás Xelhua un personaje real que como Viracocha o Quetzalcóatl había logrado fundar una nueva civilización y había construido la pirámide como símbolo de su poder?

YURI LEVERATTO
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LOS AZTECAS Y MESOAMÉRICA: LA TIERRA DE LAS CALAVERAS DE CRISTAL

calacris2Los cristales se usaron como talismanes mágicos en muchas culturas. Los griegos consideraban que los cristales de cuarzo eran «hielo congelado» ―agua que había estado congelada durante tanto tiempo que quedó en estado sólido para siempre. El filósofo romano Plinio el Viejo citó como evidencia de que los cristales de cuarzo eran hielo ultracongelado el hecho de que se encontraban a gran altura en los Alpes, donde se hallan los glaciares, y no en sitios más bajos donde la temperatura es más cálida. Si bien esto es completamente erróneo, demuestra al menos que los romanos consideraban al cuarzo un material interesante.
De hecho, en la antigüedad los griegos y los romanos usaban bolas pulidas de cuarzo cristal de roca con fines adivinatorios. El hecho de que fuera muy difícil hallar un ejemplar tan grande del mineral que permitiera hacer una bola de cristal transparente hizo que estos objetos fueran aun mucho más valiosos y místicos.
Las bolas de cristal también se utilizaron en Escocia. En un artículo denominado “Scottish Charms and Amulets” publicado en las actas de la Sociedad de Anticuarios de Escocia el 8 de mayo de 1893, George F. Black describe las muchas aplicaciones que se les daba a esos elementos. En algunos casos eran solo decorativas, pero también se creía que algunas de ellas curaban las enfermedades del ganado, y el agua donde se las sumergía tenía una gran demanda para rociarla luego sobre las manadas. Muchos clanes de las tierras altas tenían bolas de cristal que colgaban de sus estandartes. Las llamaban «bolas de fortaleza» o «bolas de victoria».
Aunque las culturas antiguas veneraban los cristales, se cree que el tallado
del cuarzo en forma de calavera es peculiar de América Central y el Himalaya.
La iconografía de las calaveras se utiliza con frecuencia en el budismo tibetano, el tantra hindú y entre los aztecas, mixtecos y mayas. Es posible que también se utilizara entre los olmecas, quienes precedieron a todas estas culturas mesoamericanas.
De hecho, la idea de que las calaveras de cristal están vinculadas a poderosos rituales tántricos hindúes y budistas parece estar bien fundada. Se dice que los monjes budistas e hinduistas miran con fijeza calaveras de cristal como parte de su meditación. La iconografía de las calaveras está muy extendida en el arte tibetano e hindú, y hay muchas representaciones de dioses que llevan collares, tocados y cinturones con calaveras en esculturas y pinturas thangka. Los collares se asocian en particular con Shivá, el dios creador y destructor y su irascible consorte Kali, a quien generalmente se la representa llevando uno alrededor del cuello. Los devotos de estos dos dioses aún usan estos collares en la actualidad, los que casi siempre están hechos con pequeñas calaveras talladas en huesos humanos o animales. El uso de abalorios con forma de calaveras en rosarios es común en Nepal, donde las cuentas a menudo sen tallan en huesos de yak. Los monjes tibetanos utilizaban calaveras humanas reales para hacer tambores sagrados y también copas llamadas kapala. Existían reglas escritas precisas acerca de cómo debían prepararse las calaveras para utilizarlas como vasos sagrados, y una vez santificadas se las usaba en diversas ceremonias. Una de las prácticas consistía en calentar dentro de las mismas elementos comunes de la vida cotidiana para mostrar de manera simbólica que la vida y la muerte humanas eran efímeras y que era mejor enfocarse en la iluminación espiritual.
En cuanto a estas calaveras del Himalaya y tibetanas, también las hay de jade, talladas en su totalidad en esta dura y valiosa piedra verde. Asimismo se hallaron esqueletos completos, íntegramente tallados en jade, supuestamente de Mongolia o de Tíbet, los que recibieron una gran dosis de publicidad en la Internet y en conferencias sobre piedras preciosas.
Un sitio de Internet (www.greatdreams.com) afirma que entre los años 2000 y 2001 «se halló una cantidad de calaveras de cristal en algunas cuevas en montañas remotas. Demandó dos años recuperar veintidós antiguas calaveras de cristal, conocidas en conjunto como “las calaveras de Pekín”, las que es posible que estén vinculadas a los dropa». Los dropa son extraterrestres de muy pequeño tamaño que se supone descendieron del espacio cuando su nave se estrelló en una remota área montañosa en la frontera entre China y Tíbet. Allí vivieron en cuevas y se dijo que se hallaron tumbas con sus extraños esqueletos y con ciertos discos que se presume contienen información codificada. No se supo mucho más sobre estas calaveras chinas de cristal, y todas las afirmaciones acerca de los dropa parecen requieren aún de mucha más investigación y verificación.
Richard Garvin, autor de The Cristal Skull (1973), libro que trata  acerca de la investigación que Frank Dorland hizo sobre la calavera de cristal de Mitchell-Hedges, cita a Dorland:

Es evidente que el culto a las calaveras o al menos su adoración fue en el
pasado una práctica mundial entre los pueblos antiguos», afirma Dorland.
«Desde las islas del Pacífico hasta el Tíbet, desde Egipto hasta México, la
adoración de calaveras se halla en cada rincón del globo. Y parece ser que
todas estas prácticas las tuvieron en muy alta estima. Fue objeto de culto,
adorada, conservada y venerada. La calavera como símbolo de una fea y
truculenta cabeza de muerto parece ser más propia de los últimos 1500
años.
Pero en ninguna otra parte del mundo la calavera tuvo una importancia
mayor que en las culturas ―tanto moderna como prehispánica― de
América Central. En estas culturas, este motivo aparece en una sorprendente variedad de formas. Por ejemplo, el centro del calendario azteca es un rostro descarnado; el dios azteca Xólotl, mellizo de Quetzalcóatl, tenía por cara una calavera; los náhuas hacían incrustaciones de mosaicos con calaveras y estas eran un motivo importante en los trabajos en oro de los mixtecos.
El motivo de la calavera es omnipresente en Mesoamérica, donde aparece en edificios como un elemento arquitectónico, en cerámicas, en esculturas, en artesanías y en pinturas. Una de las formas de arte más frecuente en esa región eran las máscaras. Estas se usaban en ceremonias religiosas y también como elementos decorativos, y la calavera era un motivo común. En particular eran muy populares las representaciones en las que la mitad de la cabeza tenía aspecto de calavera, y la otra mitad, la cara de un ser vivo. El Museo Británico tiene en su colección una máscara mexicana hecha con una calavera humana verdadera a la que llaman la «Máscara Turquesa de Oaxaca». El frente de la calavera está cubierto de mosaicos de turquesa y de lignito y la parte trasera se separó y se forró en piel. La mandíbula es móvil y está unida a la piel mediante una bisagra. Una interesante nota al margen es que esta máscara sirvió de inspiración al popular artista británico Damien Hirst, quien en 2007 produjo la pieza de arte moderno más costosa jamás realizada. Se trata de una calavera humana real del siglo XVIII que adquirió en Londres y cubrió con 8601 diamantes finos. La pieza central es un diamante rosado con forma de pera colocado en la frente. Se espera que la obra se llegue a vender en cien millones de dólares. Esta reluciente pieza es un interesante giro del concepto «calavera de cristal».
La fascinación mesoamericana por las calaveras persiste en la actualidad y su más famosa expresión se halla en el Día de los Muertos.
Desde la imposición del cristianismo, esta celebración tiene lugar el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre, pero ya en el tiempo de la conquista se vio que los aztecas tenían varias fiestas de los difuntos. Estas celebraciones se hacían en forma muy parecida a la festividad actual, en la que se ofrecen guirnaldas de flores, chocolate, frutas, dulces y otros alimentos a los ancestros familiares. Hoy en día a menudo se realizan excursiones a los cementerios y los niños reciben pequeñas calaveras de dulce para comer.
Las culturas mesoamericanas al parecer veían a la muerte como una parte natural del ciclo vital, como algo a lo que no se debía temer particularmente. El uso de las calaveras era solo un recordatorio del gran plan cósmico. El sitio mexicolore.com.uk cita un verso del poeta azteca Netzahualcóyotl que dice:

Aunque sea de jade se quiebra,
aunque sea de oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
solo un poco aquí.

Los aztecas creían en trece cielos y nueve niveles de infierno. La forma en que la persona moría establecía adónde iba su alma en el más allá, pero las almas en todos los niveles tenían obligaciones que cumplir para mantener la continuidad de la vida sobre la Tierra: ayudar a provocar la lluvia, proveer semillas para nuevas cosechas, curar enfermedades, etc. De manera que podemos ver que la temática de las calaveras estaba muy enraizada en las culturas de Mesoamérica, pero ¿qué hay de las calaveras de cristal propiamente dichas? ¿Quién las hizo y por qué? (sin mencionar ¿cómo?).  Diversas leyendas atribuidas a varias culturas indoamericanas
pretenden responder a estas preguntas. La más popular de estas dice que existen trece calaveras de cristal de tamaño real que forman cierta clase de conjunto especial que se activará cuando estén todas juntas — algo así como reunir todas las piezas de un sofisticado ordenador. Una versión de esta historia dice que las trece calaveras fueron fabricadas por una sociedad avanzada que vivió en el interior de la Tierra y que contienen información sobre la historia de esa raza, su relación con la nuestra y nuestro futuro. Las calaveras se repartieron por todo el mundo, para que fuesen halladas y  reunidas en una fecha posterior. Algunos afirman que esta raza era de  origen extraterrestre.
Otra versión de la leyenda se origina en la historia maya quiché de la creación, el libro llamado Popol Vuh. Según este relato, un chamán maya ocultó las trece calaveras en tiempos remotos para que fueran redescubiertas en una época de gran necesidad. Contienen información vital acerca del origen de la raza humana, el verdadero propósito de nuestra creación y nuestro destino. Cuando estemos preparados para recibir ese conocimiento se hallarán las calaveras y se las decodificará, lo que habrá de facilitar el progreso de la humanidad. Los autores del libro Mistery of the Cristal Skulls Revealed (1988), sostienen que las trece calaveras forman un conjunto y que en algún momento se las conservó debajo del palacio de Potala en el Tíbet. Sin embargo, su creación tuvo lugar en la Atlántida y se las utilizó en los Trece Templos de Sanación de la Atlántida. Estos investigadores creen que muchas de las calaveras de cristal que se conocen en la actualidad tienen entre 10.000 y 30.000 años. Una de las edades que se atribuye a la calavera Mitchell-Hedges es de 17.000 años.
Según estos autores, muchas calaveras de cristal se usaron en sacrificios humanos, razón por la que se «pervirtieron»; sin embargo, piensan que otras escaparon a ese terrible destino. Hay acuerdo entre los autores acerca de que las diferentes calaveras son de naturaleza extraterrestre. La mayor parte del material de su obra les llegó a través de médiums en estado de trance, por lo que es bastante sospechoso. Debido a la información que recibieron por medio de estos canales, los autores creen que «muchas de las calaveras de cristal se trajeron o se proyectaron aquí desde otras partes de nuestra galaxia… algunos de los ejemplares que conocemos se crearon en la Tierra, pero son copia de las trece originales, algunas de las cuales aún
pueden estar en el Tíbet».

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Cómo mencionamos anteriormente, varias calaveras de cristal se encuentran en exhibición en museos en toda Mesoamérica. En general,
estas son los ejemplos más pequeños de la variedad artística. Las más grandes comenzaron a aparecer a mediados del siglo XIX y se atribuyen en general a los aztecas. Aquí debe tomarse en cuenta que hay pruebas de que al menos dos de las grandes calaveras de cristal ―incluida la que estaba en exhibición en el Museo Británico como un artefacto azteca― eran falsas, talladas en una época muy posterior. En cuanto al origen de algunas otras, es todavía muy dudoso. Su belleza y su perfección dan alas a la romántica noción de que pudo haberlas tallado alguna civilización extraterrestre o de la Atlántida, de gran desarrollo tecnológico.
Mientras que se dice que muchas de las calaveras de cristal halladas en América Central son aztecas, debemos recordar que estos (también llamados méxicas) son una civilización relativamente reciente en América Central. Se cree que llegaron desde el norte en algún momento alrededor del año 1248. Cerca de trescientos años más tarde, en 1519, arribaron los españoles y conquistaron a los aztecas en 1521. Si bien muchos miembros de la realeza y sacerdotes aztecas poseyeron calaveras de cristal, estas pueden haber provenido de culturas anteriores y podrían tener cientos y hasta miles de años de antigüedad. El cristal de cuarzo es casi ndestructible, y los objetos de cristal en general pasan de mano en mano durante muchas generaciones hasta que se pierden o caen en manos de ladrones. Con cierto
esfuerzo, una calavera de cristal puede reducirse a miles de pequeños
fragmentos a fuerza de golpes, pero es muy probable que esto no haya ocurrido con frecuencia dado el alto valor de ese objeto y la dificultad para realizar semejante tarea.
De hecho, una de las grandes preguntas acerca de los aztecas y sus calaveras de cristal es si ellos tenían la tecnología y la habilidad requeridas para el tallado y el pulido de estas piezas (al menos, de las de mayor tamaño). Esta es una de las razones por las que se postula que se debieron hacer en la Atlántida: se requiere una civilización con alta tecnología y herramientas avanzadas para hacer dichos objetos.
También se utiliza un argumento similar para sugerir que las calaveras de cristal deben ser fruto del trabajo de seres extraterrestres: simplemente no pueden haber sido hechas por antiguas sociedades ―supuestamente primitivas― tales como los aztecas, mayas, mixtecos, zapotecas u olmecas.
A esta altura es necesario tener un panorama general de estas culturas. En mi referencia inmediata anterior las he listado en orden descendiente según su época de prevalencia en Mesoamérica, siendo los aztecas los más recientes y los olmecas los más antiguos. Como en todas las designaciones antropológicas, los límites de su hegemonía son de algún modo arbitrarios; las culturas pueden haberse superpuesto, y los sitios utilizados inicialmente por unos muy bien pueden haber sido conquistados y utilizados por otros luego. Incluso, los descendientes de un pueblo avasallado pudieron mantener algo de sus conocimientos y artes en un nuevo ambiente. Ya aclarado ese punto, mucho más al sur del territorio azteca estaba el de los mixtecos. Está en duda si alguna vez fueron conquistados por los aztecas, pero es sabido que comerciaban con ellos. La mixteca es una cultura anterior a la azteca, que se cree que desciende de la cultura mesoamericana más antigua, los olmecas. Los mixtecos utilizaban el motivo de la calavera, y es posible que algunas calaveras supuestamente aztecas hayan sido producto de un intercambio con los mixtecos. La cultura mixteca se puede remontar hasta el año 500 a.C., o aun antes.
Antes que los mixtecos estuvieron los zapotecas ―quienes también vivieron al sur de los aztecas en el área de Oaxaca―, a los que se reconoce como excelentes artesanos y constructores. Se creía que la escritura zapoteca se remonta al año 500 a.C. y que fue la base para la forma más antigua de escritura de Mesoamérica. Ahora se considera que la escritura zapoteca deriva de los primeros jeroglíficos olmecas y epiolmecas. Entre los impresionantes sitios zapotecas se encuentra Monte Albán, una montaña cuya cumbre fue cortada para permitir la construcción de una ciudad megalítica, y Mitla, otro lugar megalítico.
En lo que respecta al origen de los zapotecas, la versión en inglés de Wikipedia, la enciclopedia en línea, brinda esta curiosa información: «Los zapotecas cuentan que sus ancestros emergieron de la tierra, de cuevas, o que a partir de árboles o de jaguares se convirtieron en seres humanos, mientras que la elite que los gobernaba se consideraba descendiente de seres sobrenaturales que vivían en las nubes y creía que al morir volverían a ese estado. De hecho, el nombre con que se los conoce en la actualidad es el resultado de esa creencia».
Se cree que los zapotecas, al igual que los aztecas y los mayas, realizaban sacrificios humanos, y el motivo de la calavera a menudo se asocia con esta costumbre. De cualquier modo, no se sabe si el origen de las calaveras de cristal tiene algo que ver con los sacrificios humanos y su horrenda simbología.
Los artesanos zapotecas y mixtecos residían en la capital azteca de Tenochtitlán y se los conocía por sus trabajos en joyería y piedras. Muchas de las calaveras de cristal pueden haber sido realizadas por ellos. En Yucatán, Guatemala, Chiapas y más al sur, los mayas gobernaron durante miles de años y todavía viven en estas áreas en la actualidad. Se cree que las comunidades mayas más antiguas comenzaron en la región de Soconusco en la costa del Pacífico alrededor del año 1800 a.C., si bien es posible que, originalmente, dichas comunidades hayan sido olmecas y no mayas.
Se estima que la cultura maya floreció entre el año 1000 a. C y el 200 d. C, pero poco es lo que se sabe de ese periodo. Por lo general la civilización maya clásica se ubica entre los años 250 y 900 d.C., momento en que tuvo lugar un súbito colapso de la civilización y cientos de ciudades en las junglas de Petén en el norte de Guatemala y en la región de Yucatán en México quedaron abandonadas.
Los mayas continuaron viviendo en las montañas de Guatemala y en zonas remotas a lo largo del río Usumacinta, al igual que en lugares costeros lejanos en Belice, Quintana Roo y Honduras. Si bien los mayas fueron grandes constructores, existe la creencia generalizada de que no poseían medios de transporte basados en la rueda (tales como carretas o carretillas), poleas y ni siquiera herramientas de metal. Estas eran de obsidiana, jade, pedernal o basalto y las utilizaban como martillos, hachas, azuelas, taladros, o herramientas de desbastar y cosas por el estilo. A pesar de ello los mayas pudieron construir una amplia serie de pirámides, plazas, cisternas y caminos. Utilizaban una forma de cemento hecho con estuco de piedra caliza que se esparcía sobre los bloques de piedra y después, con frecuencia, se pintaba de colores vivos. Ahora, si los mayas no poseían herramientas de metal y otras formas básicas de tecnología, ¿podrían haber sido capaces de tallar y pulir un material tan duro y difícil de trabajar como el cristal de cuarzo? ¿Qué herramientas y de qué material pueden haber usado los mayas? Si tenían calaveras de cristal, ¿las habrían hecho ellos
mismos, o provendrían de alguna otra civilización, tales como las más antiguas y más avanzadas culturas olmeca y zapoteca?
Esto nos lleva a los olmecas. En mi libro The Mystery of the Olmecs, sostengo que ellos no eran únicamente la cultura más antigua de Mesoamérica, sino que eran también la más avanzada. En esencia, la civilización fue decayendo desde la época de los olmecas hasta el periodo de los aztecas, justo antes de la conquista española. Las calaveras de cristal ¿pertenecen en realidad al periodo olmeca, al que se define aproximadamente entre los años 1300 y 200 a.C.? Los olmecas no solo extrajeron y esculpieron grandes macizos de basalto de veinte toneladas de peso, transformándolos en cabezas colosales trabajadas con refinamiento (muchas de las cuales muestran rasgos negroides, lo cual en sí mismo es objeto de controversia) sino que también poseían herramientas de hierro con las cuales hacían sus excelentes obras.
En resumen, los olmecas al parecer tenían la tecnología para hacer calaveras de cristal de tamaño real, mientras que los posteriores mayas y
aztecas en apariencia no poseían las herramientas para hacer objetos de esa
clase. Los zapotecas y mixtecos de Oaxaca y del sur de México heredaron
su habilidad de los olmecas y pueden haber sido los últimos de esta casta
de expertos lapidarios.
Nadie sabe de donde vinieron los olmecas, pero las dos teorías predominantes son:
1. Eran nativos americanos, derivados del mismo grupo siberiano del que procede la mayoría del resto de los americanos nativos, en quienes se acentuó el material negroide que estaba latente en sus genes.
2. Eran forasteros que inmigraron al área de Olman por vía marítima,
probablemente como marineros o pasajeros de viajes transoceánicos que es posible que hayan tenido lugar a lo largo de cientos de años.

Los olmecas tenían numerosos similitudes curiosas con los mayas y otras culturas lejanas, tales como su atracción por el jade y las plumas exóticas, el uso de setas alucinógenas y otras drogas psicodélicas y la inscripción de jeroglíficos sobre estelas de piedras como hitos. En su libro The Olmecs: America´s First Civilization, Richard Diehl dice lo siguiente acerca de los artefactos que se hallaron en el sepulcro olmeca de Tlatilco:
Una mujer de clase alta yacía junto a 15 vasijas, 20 estatuillas de arcilla, 2
trozos de jade verde brillante pintado de rojo que podrían haber formado
parte de un brazalete, una placa de hematita cristalina, un fragmento óseo
con restos de pintura, y varias rocas. En otra sepultura se hallaron los
restos de un hombre cuyo cráneo había sido modificado deliberadamente
en la infancia y con los dientes recortados con diseños geométricos en la
adultez. Podría tratarse de un chamán ya que los objetos ubicados a su lado
parecían elementos relacionados con el uso de sus poderes. Entre ellos
había pequeños metates para triturar hongos alucinógenos, efigies de arci-
lla con forma de hongos, cuarzo, grafito, resina y otros artículos exóticos
que podrían haber sido utilizados en rituales de curación.
Los cristales de cuarzo y las setas psicodélicas formaban parte del conjunto de elementos que usaban los antiguos chamanes olmecas, y a este lo sepultaron con ellos. ¿Se habrá enterrado a algunos chamanes olmecas con sus calaveras de cristal? Se han hallado tan pocas tumbas olmecas que aún no lo sabemos.  Parece probable que las calaveras de cristal y su uso en rituales mágicos ya hubiesen comenzado para esa época. Para estas calaveras, casi indestructibles —excepto mediante fuertes golpes—, no
pueden establecerse una datación certera. Solo el estilo del tallado o el descubrimiento de un escondite secreto de estas cuyo origen y fecha pueda determinarse con precisión puede ayudar a establecer su edad. Aun así, si se hallaran y se dataran sitios con calaveras de cristal, eso no significaría que las calaveras se crearon en la misma época que el sitio —en realidad podrían ser cientos de años más antiguas y haber cambiado de manos durante generaciones.

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El enigma de las antiguas calaveras de cristal—quién las hizo y a qué época se remontan—es un misterio que se hace más profundo cuanto más lo estudiamos. Es posible que las calaveras de cristal de los aztecas sean reliquias más antiguas. Los mayas ¿hicieron calaveras de cristal? ¿Podrían haberlas hecho sin herramientas de metal? El cristal de cuarzo es tan duro que sería muy difícil tallar cualquier clase de escritura en ellas. Hasta donde sé, aún no se halló ninguna que tenga alguna clase de escritura como la que vemos en la estatuilla de Tuxtla.
Parece ser que el tallado del cristal y el uso de las calaveras de este material se remontan a los olmecas y fueron luego transmitidos a los zapotecas, quienes también heredaron la lengua y la escritura olmecas. Aún en tiempos aztecas, el arte de hacer las calaveras de cristal puede haber sido celosamente guardado por los zapotecas.
Algunas preguntas que nos podemos hacer ahora serían: ¿Cuán comunes eran las calaveras de cristal en el antiguo México? ¿Hubo alguna de tamaño real? ¿Tenían los emperadores aztecas alguna clase de colección de calaveras de cristal al momento de la conquista? De ser así ¿qué pudo haber sucedido con ellas? Ahora que tenemos cierta comprensión del origen de las calaveras de cristal (por pequeña que sea) podemos estudiar la fascinante afirmación de que los antiguos —y modernos— emperadores de México tenían una colección secreta de estos objetos: calaveras de magia y poder.

David Hatcher Childress

Extraído de EL ENIGMA DE LOS OLMECAS Y LAS CALAVERAS DE CRISTAL