EL ENIGMA DIATLOV: LA NOCHE DEL TERROR

pertenencias-de-los-miembros-del-equipo57 años de la misteriosa muerte de 9 exploradores en los Urales

Probablemente el denominado incidente del paso de Diatlov, es uno de los expedientes X, más extraños y aterradores, que podemos encontrar en el mundo del misterio. Después de 57 años son muchas las dudas e interrogantes que se ciernen sobre la enigmática muerte de 9 excursionistas en una gélida noche de los Urales. Pese a las múltiples hipótesis que se han esbozado para intentar explicar lo ocurrido en aquella fatídica jornada, hasta el día de hoy, no hay explicaciones convincentes que resuelvan todas las incógnitas que plantea esta misteriosa tragedia.

TRAGEDIA EN LA MONTAÑA DE LA MUERTE

La trama arranca, el 23 de enero de 1959, con la excursión emprendida por un grupo de 9 personas, 5 universitarios, 3 ingenieros, y un guía, que pretendían escalar una montaña llamada Otorten (1.234 metros) en los Urales. La expedición estaba dirigida por un consumado alpinista Igor Dyatlov (23 años). Lo acompañaban Zinaida Kolmogorova (estudiante del departamento de Radio, 22 años), Liudmila Dubinina (estudiante de economía, 21 años), Aleksandr Kolevatov (estudiante de geotecnia, 25 años), Rustem Slobodin (ingeniero, 23 años), Yuri Krivonischenko (ingeniero, 24 años), Yuri Doroshenko (estudiante de economía, 21 años), Nicolas Thibeaux-Brignollel (Ingeniero, 24 años) y Alexander Zolotarev, un experimentado guía de 37 años. Curiosamente el grupo lo componían originalmente 13 personas, pero uno de los estudiantes no llegó a tiempo y 2 tenían examen en la universidad por lo que no llegaron nunca a unirse a la expedición. Sin embargo hubo otra baja inesperada de última hora. Yuri Yudin, el 28 de enero, abandonó la expedición, al poco de iniciarse la marcha hacia la montaña, al encontrarse indispuesto por un resfriado, aunque otras fuentes aseguran que padeció un ataque de Radiculitis (es un dolor que se extiende a lo largo de la trayectoria de los nervios debido a la hinchazón de las raíces del nervio espinal. Es un trastorno que resulta de la degeneración de las raíces de los nervios espinales. Es principalmente una enfermedad Osteocondrosis de los discos intervertebrales).
Todo parecía ir a la perfección, hasta que el grupo, comenzó a retrasar su regreso. Igor Dyatlov, debería haber enviado un telegrama al Club deportivo del UPI (Instituto Politécnico de los Urales), y al Comité de Cultura Física, el 12 de febrero, confirmando el regreso de la expedición, sin incidencias, a la aldea de Vizhay. Alarmados por esta falta de información, los familiares comenzaron a preocuparse por los estudiantes. Tras la insistencia de familiares, amigos y compañeros, el 22 de febrero, se organizó una operación de rescate de los 9 excursionistas. El operativo estaba organizado por el coronel Georgi Semenovich Ortyukov, y en él, participaban, estudiantes, zapadores con detectores de minas, guardas forestales, guías locales pertenecientes a las tribus Mansi, operadores de radio y militares de la escuela de sargentos bajo el mando del Teniente Potapov, enviados por Ministerio del Interior. Todos participaron en una intensa búsqueda de los excursionistas perdidos. Pero, tras una batida por la zona, parecía que los estudiantes no se encontraban en las inmediaciones de la montaña Otorten. Parecía que se habían esfumado. Las tesis que se barajaba en aquellos primeros días de búsqueda, es que el grupo podría haberse extraviado o alguno de los miembros podría estar lesionado o enfermo lo que hubiera dificultado o retrasado su regreso. En aquellos momentos, todos los integrantes en la batida confiaban en encontrarlos con vida. Nadie podía presagiar el trágico destino de los 9 jóvenes. Aunque según algunas fuentes, los guías Mansi tenían un mal presentimiento sobre el destino de los excursionistas perdidos. El 26 de enero, dos voluntarios, Mikhail Sharavin y Yuri Koptelov encontraron unas huellas de esquíes en la nieve que podrían pertenecer al grupo.
Por causas desconocidas el grupo de alpinistas se había desplazado unos 14 kilómetros de su destino final. Los voluntarios llegaron hasta la ladera este de la montaña Jolat Siajl (un nombre Mansi que significa Montaña de la Muerte). A la mañana siguiente, el 27 de febrero, los rescatadores encontraron un escenario alarmante. Ante sus ojos apareció la tienda de campaña, destrozada, y casi caída sobre la nieve. Lo más extraño, es que la tienda presentaba numerosos cortes en su superficie. Sin embargo, tras una primera inspección, no había ni el menor rastro de los 9 excursionistas perdidos. Los exploradores se sorprendieron al comprobar que la ropa de abrigo e, incluso, las botas de los integrantes del grupo estaban en el interior de la tienda. Además al encontrar dinero en la tienda (710 rublos), los rescatadores, descartaron cualquier tipo de hecho delictivo relacionado con la desaparición de los jóvenes.
diatlov1En un primer momento se pensó que quizás una avalancha hubiera provocado el pánico de los excursionistas, y, que estos, asustados habrían huido a la carrera del lugar. Pero pronto se descartó esta tesis.
La poca inclinación de la ladera de la montaña, de apenas unos 20 grados, hacían inviable una avalancha de nieve. Las esperanzas de encontrar supervivientes se desvanecieron de manera fulminante, cuando a un kilometro y medio aproximadamente del campamento, encontraron los cuerpos de 2 estudiantes, semienterrados en la nieve. Se trataba de Krivonischenko (1. Orden en el que fueron encontrados) y Doroshenko (2) (A estos 2 cuerpos los denominaremos genéricamente como Grupo 1), descalzos, sin guantes y sin lesiones externas que evidenciaran las causas de su fallecimiento. Los cuerpos estaban casi desnudos e iban en ropa interior. Al parecer, habían intentado trepar a un árbol, un cedro, que había cerca, pero la rama cedió y cayeron al suelo. En el árbol había restos de sangre y carne humana. Junto al cedro había restos de una pequeña hoguera que habían hecho para calentarse. Cerca de allí, junto a unos pinos, aparecieron los cuerpos sin vida de Dyatlov (3) y Kolmogorova (4), hallada gracias a los perros rastreadores.
Según comentaron algunos de los rescatadores, el pelo de Zinaida Kolmogorova (cuyo cuerpo estaba cubierto por 10 centímetros de nieve) presentaba un color grisáceo y el color de su piel tenía una inexplicable tonalidad anaranjada. Posteriormente, el 5 de mayo, con ayuda de un detector de metales apareció el cuerpo de Slobodin (5), que estaba situado entre ambos (A estos 3 excursionistas los denominaremos Grupo 2), aunque algo separados a una distancia de 300, 480 y 630 metros de la hilera de pinos del bosque. Por su parte Rustem Slobodin tenía un agujero de 18 centímetros en el cráneo, que no aparentaba ser una herida letal, por lo que sospecharon que, al igual que sus compañeros, había muerte de hipotermia. Los 3 cuerpos del G2 estaban casi en línea con la tienda de campaña y sus cabezas estaban orientadas en dicha dirección. Las autoridades estaban algo desconcertadas por estos hallazgos. No se explicaban quién o qué había motivado que los excursionistas abandonaran la seguridad de la tienda en plena noche para adentrarse en el bosque. Todos los expertos en montaña, sabían que aquel gesto les condenaba irremediablemente a la muerte por hipotermia. Aquello era muy extraño. Las autoridades y familiares estaban completamente desconcertadas. Todos estaban esperanzados que las autopsias quizás pudieran arrojar luz a este inquietante enigma…

AUTOPSIAS DE LOS 5 PRIMEROS CUERPOS

Las autopsias de los excursionistas fueron realizadas el 4 de marzo de 1959, en la penitenciaría de la ciudad de Idvel, en la oficina regional de patología forense, por el Dr. Boris Alekseevich Vozrojdenniy y el Dr. Ivan Ivanovich Laptev.

Yuri Doroshenko (G1). Su cuerpo estaba en ropa interior, camiseta de manga corta y descalzo, cubierto con calcetines de diferente color. Tenía quemaduras en la sien y pie derecho. Sin fracturas o lesiones. Los médicos dictaminaron que su fallecimiento era debido a la hipotermia (La hipotermia ocurre cuando la temperatura corporal baja de los 35ºC, y los mecanismos compensadores del organismo para mantener la temperatura fallan. A medida que una persona desarrolla hipotermia, lentamente pierde sus habilidades para pensar y moverse. De hecho, es posible que incluso no sean conscientes de su gravedad. Alguien con hipotermia tiene la probabilidad de sufrir congelación). La muerte se produjo entre 6 u 8 horas después de la última ingesta de comida. Diagnóstico oficial; Murió de hipotermia.

George Krivonischenko (G1). Su cuerpo estaba apenas cubierto por una camiseta de manda larga, y pantalones de natación. Tenía heridas leves por el cuerpo y presentaba quemaduras en su pierna izquierda y dedos de las manos. Sin fracturas o lesiones. El médico forense determinó que la muerte de este estudiante «fue el resultado de la exposición a baja temperatura”. Diagnóstico oficial; Murió de hipotermia. Los expertos que han analizado el caso, indican que, probablemente, parte de la ropa que les falta a Doroshenko (G1) y Krivonischenko (G1) es debido, a que fueron utilizadas, una vez muertos, por sus compañeros, para intentar no morir congelados.

Zinaida Kolmogorova (G2). Su cuerpo estaba bien cubierto de ropa, aunque tampoco llevaba calzado alguno. La autopsia reveló que tenía varias lesiones por su cuerpo, que, según los expertos, se produjeron en vida, o en estado agónico, como resultado de caídas y lesiones sobre las rocas, el hielo o la nieve. Su muerte fue clasificada como hipotermia causada por un “accidente violento». En el costado izquierdo presentaba un moratón que podría haber sido producido por un golpe de bastón de escalada. Diagnóstico oficial; Murió de hipotermia.
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Igor Dyatlov (G2). Su cuerpo estaba parcialmente abrigado, llevaba doble pantalones y chaleco sin mangas sin abrochar. Sus pies estaban cubiertos por calcetines de diferente color. El reloj «Zvezda» que portaba en la muñeca se había detenido a las 5:31 horas (De acuerdo a los servicios de rescate los relojes se detenían en condiciones de muy bajas temperaturas usualmente 1 hora después de la muerte de una persona, por lo que se planteo que tal vez murieron entre las 7-8 de la mañana del 2 de febrero). No presentaba lesiones internas ni externas. Diagnóstico oficial; Murió de hipotermia.
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Rustem Slobodin (G2). Su cuerpo estaba bien arropado en comparación con sus compañeros. Descalzo. Llevaba una navaja plegable y su reloj se detuvo a las 8:45 horas. Presentaba una fractura importante en el cráneo efectuada por un objeto contundente. Además de múltiples arañazos por el cuerpo que fueron atribuidos a él mismo. Diagnóstico oficial; Murió de hipotermia.

LAS CONCLUSIONES DE LOS FORENSES

Pese a lo que hemos leído, para los forenses, los excursionistas del Grupo 1 y Grupo 2, habían muerto, por hipotermia. Destacando, de forma sorpresiva, que ninguno de los cadáveres presentaba signos de golpes agresivos externos, quemaduras térmicas o químicas, huellas de garras y/o dientes de animales, heridas de armas de fuego o cuchillos. Aunque, Krivonischenko y Doroshenko presentaban numerosas heridas en las manos, los forenses estaban seguros que fueron originadas cuando pretendieron escalar, de forma frenética, el cedro. Respecto a las quemaduras que presentaban, los doctores estimaron que fueron provocadas por la imperiosa necesidad de los excursionistas por entrar en calor. Tras hacer un pequeño fuego, tenían las extremidades tan congeladas (insensibles), que no notaron que se estaban quemando.
Por tanto se dictaminó que la muerte de los excursionistas correspondía exclusivamente a causas naturales, aunque los expertos no entraban a valorar que pudo producir aquella estampida en mitad de la gélida y mortal noche de los Urales. Tan sólo indicaron en su informe que, por motivos desconocidos, los excursionistas, mientras se encontraban cortando lomo para la cena antes de dormir, sobre las 19:00 horas del 2 de febrero de 1959, “algo” les había obligado a huir a la carrera sin procurarse calzado y ropa de abrigos, cosa que les impedía la supervivencia en la árida zona. La conclusión no podía ser más demoledora. Aquel repentino pánico, con su consiguiente huida les condenó a una muerte segura. El informe oficial dictaminó que los 5 jóvenes habían muerto por hipotermia (aquella noche la temperatura en la zona fue de alrededor de -25 ° a -30 ° C). No obstante, estas apreciaciones tuvieron que ser revisadas cuando examinaron detenidamente el cuerpo de Rustem Slobodin (G2) y se percataron que presentaba un “traumatismo craneal causado por un objeto contundente en el momento de la salida, que seguramente causó un estado de aturdimiento momentáneo, que contribuyó a la rápida congelación de Slobodin”. Además, Doroshenko (G1) tenía un edema pulmonar (El edema pulmonar es una acumulación anormal de líquido en los pulmones que lleva a que se presente dificultad para respirar. El edema pulmonar a menudo es causado por insuficiencia cardíaca congestiva. Cuando el corazón no es capaz de bombear sangre de manera eficiente, ésta se puede represar en las venas que llevan sangre a través de los pulmones. Sin embargo, el edema pulmonar también puede deberse a otras causas, como la toma de determinados fármacos, insuficiencia renal, daños al pulmón causados por intoxicaciones o infecciones, encontrarse expuesto a grandes alturas, un fuerte golpe, etc.) y contusión pulmonar como resultado de un traumatismo severo.

HALLAZGO DEL RESTO DEL GRUPO

El 5 de mayo de 1959 algunos integrantes del grupo de rescate encontraron varias prendas de los excursionistas junto a un barranco donde había un arroyo. Uno de los pantalones estaba quemado. Tras cavar en la zona encontraron los 4 cuerpos de los excursionistas restantes, Liudmila Dubidina (6), Zolatarev (7), Kolevatov (8) y Thibeaux-Brignolle (9) (G3) sepultados en la nieve, a unos 4 metros de profundidad. Los cadáveres apenas estaban separados por un metro de distancia, y se hallaban a unos 70 metros de Krivonishenko y Doroshenko (G1). Tanto el G1, G2 como el recién descubierto G3, estaban dispuestos, más o menos, en una línea recta desde la tienda de campaña hasta el arroyo del bosque donde aparecieron los últimos excursionistas perdidos.
diatlov4Nicolás tenía importantes daños en el cráneo, y Liudmila Dubidina tenía la cabeza echada hacia atrás, indicando que tenía el cuello roto. Le faltaban los 2 globos oculares y la lengua. Por su parte, Alexander Zolotarev (que estaba abrazado por la espalda con Kolevatov) tenía grandes fracturas en el pecho y le también le faltaban de los globos oculares. Su cabello presentaba una tonalidad grisácea y, algunos testigos indicaron que parecía envejecido. Las autoridades no entendían que había ocurrido allí. De nuevo, las autoridades confiaban que las autopsias aclararan esta tragedia inexplicable…

AUTOPSIAS DEL GRUPO PERDIDO

El 9 de mayo de 1959 el Dr. Boris Alekseevich Vozrozhdenni, junto con la experta criminalista Genriette Eliseeva Churkina (quien realizó el peritaje de los cortes producidos en la tienda de campaña), realizaron la autopsia de los 4 excursionistas.

Liudmila Dubinina (G3). Su cuerpo estaba bien cubierto, con doble pantalón y doble camisa. Sin calzado, aunque cubrió sus pies con tela de su suéter de forma improvisada para entrar en calor. La autopsia indicó que le faltaban los 2 globos oculares y la lengua (no se indica si rasgada, cortada o mordida). Tenía el cartílago de la nariz aplastado pero no tenía los huesos rotos. Su cuerpo tenía moratones y hematomas con hemorragias externas. El cuello estaba fracturado, por un fuerte golpe en la garganta o por estrangulamiento. También tenía varias costillas fracturadas, y presentaba signos de haber sufrido un edema pulmonar. El informe indicaba que la muerte de Dubinina fue producto de una extensa hemorragia interna en el ventrículo derecho del corazón, provocada por innumerables fracturas bilaterales de las costillas y una hemorragia abundante en la región torácica, resultado de una fuerza intensa ejercida sobre la cavidad torácica.

Alexander Zolotarev (G3). Su cuerpo estaba perfectamente cubierto, abrigo incluido y botas de cuero. Cuando fue encontrado por los rescatadores, Zolotarev tenía colgada una cámara fotográfica, aunque el informe oficial no indica que pasó con el carrete (además en total aparecieron en la zona 5 cámaras fotográficas, cuando en el inventario del grupo, sólo figuraban 3, las cámaras de Georgy Krivonischenko (60 fotos), la de Rustem Slobodina (12 fotos) y la de Thibeaux-Brignolles (17 fotos). Posteriormente se supo que una pertenecía a Dyatlov y la otra a Zolaterov)
Al cuerpo de Zolatarev le faltaban los globos oculares, tenía la nariz aplastada y el hueso parietal era visible. Tenía fracturas en las costillas y presentaba un fuerte hemotorax que le hubiese causado la muerte (El hemotorax es una acumulación de sangre en el espacio existente entre la pared torácica y el pulmón (la cavidad pleural). La causa más común del hemotórax es un traumatismo en el pecho (torácico)). También tenía un edema pulmonar grave. Su muerte fue resultado de los enormes daños corporales sufridos.
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Aleksandr Kolevatov (G3). Estaba bien vestido, pero sin abrigo para su cabeza o calzado para sus pies. Los forenses indicaron que le faltaban los tejidos blandos alrededor de los ojos y le faltaban las cejas. Además tenía la nariz rota y detrás de la oreja derecha presentaba una herida abierta de 3 centímetros por 1´5 centímetros. Algunas voces indicaron que el color de su piel tenía una tonalidad gris con algunas zonas en color púrpura. También tenía el cuello “deformado”. Además de evidentes daños y lesiones en las rodillas que probablemente fueron producidas durante la frenética huida nocturna. Aunque el aspecto más discutido de esta autopsia fue el hecho de que pese a existir una lesión importante en su cabeza, producida detrás de la oreja derecha por un fuerte golpe. Los facultativos indicaron que la muerte fue por hipotermia y no realizan ninguna otra conjetura.

Nicolas Thibeaux-Brignollel (G3). Su cuerpo era el que estaba más profundo enterrado en la nieve. Estaba bien abrigado, y con botas, por lo que se especula que tanto él, como Alexander Zolotarev (G3) podrían haber estado en el exterior de la tienda de campaña cuando ocurrió el misterioso evento. Llevaba dos relojes en su brazo izquierdo, los cuales se detuvieron a las 8:14 y a las 8:39 respectivamente. Su autopsia reveló que tenía una fuerte fractura en el cráneo que fue realizada por un objeto contundente (aunque no se realiza ningún tipo de valoración sobre el mismo). Una contusión en labio superior izquierdo y una hemorragia en el antebrazo derecho de 12 centímetros por 10 centímetros.

Liudmila Dubinina (G3), Alexander Zolotarev (G3) y Aleksandr Kolevatov (G3) presentaban las mismas lesiones agrupadas en la cara y nariz, le faltaban las cejas y los ojos, y el hueso del cráneo estaba expuesto por algunas partes.
Los informes de las autopsias de Liudmila Dubinina (G3), Alexander Zolotarev (G3), Aleksandr Kolevatov (G3) y Nicolas Thibeaux-Brignollel (G3), contraviniendo el protocolo de reglas instaurado en 1923 fueron presentadas sin la firma de los testigos. Así mismo, las paginas correspondientes al expediente de Dubinia (G3) y Nicolas (G3) presentaban correcciones y tachaduras, cosa que tampoco era legal en la época de su elaboración. Alexander Zolotarev llevaba su cámara fotográfica al huir de la tienda de campaña. Nunca se conoció el contenido del carrete de la cámara.

Yuri Doroshenko (G1), Rustem Slobodin (G2) y Aleksandr Kolevatov (G3) cuyas autopsias revelaron que habían fallecido por hipotermia, según algunos testimonios presentaban una tonalidad color purpura.
Al ser interrogado por el fiscal Ivanov sobre cómo se produjeron los graves daños observados en la autopsia de Nicolas Thibeaux-Brignollel, el 28 de mayo de 1959, el forense Vozrozhdenni dijo que serían: “como el resultado de una caída, pero no desde la altura de su estatura, como resultaría a consecuencia de tropezar y caer y golpearse contra un objeto duro. La extensa y profunda fractura de la cavidad y de la base del cráneo es fruto de un golpe igual en fuerza a ser impactado por un automóvil que se mueve a gran velocidad”. Sobre la semejanza de las lesiones de Dubinina y Zolatarev el forense respondió que: “Considero que el carácter de las lesiones de ambos… confirma que sucedieron mientras estaban vivos y son resultado de la acción de una gran fuerza, semejante a la que se aplicó sobre Thibeaux. Las lesiones indicadas, y la ausencia de daños en la integridad de los tejidos blandos de la cavidad torácica, son muy similares a un trauma producto de una onda explosiva en el aire”.
El informe oficial se limitó a indicar que los jóvenes estudiantes murieron causa de una “fuerza natural arrolladora”.
Para algunos expertos, al menos 6 de los estudiantes presentaban extrañas heridas que pudieron ser la causa de la muerte. El 28 de mayo de 1958, tras estas pesquisas, se concluyó la investigación sobre la extraña muerte de los 9 excursionistas.

CONCLUSION OFICIAL

El 28 de mayo de 1959 se dio por concluida la investigación sobre la muerte de los excursionistas ante la “ausencia de un componente criminal”. En su resolución final, el fiscal Lev Ivanov afirmó que la tragedia tuvo lugar en la noche del 1 al 2 de febrero, teniendo en cuenta las últimas fotografías de los estudiantes. El estudio de las huellas determinó que no había “rastros de lucha o de la presencia de otras personas». Por tanto: “Considerando la ausencia en los cadáveres de heridas corporales externas y de señales de lucha, la presencia de todas las pertenencias del grupo y, además, tomando en consideración la conclusión del peritaje forense sobre las causas de la muerte de los excursionistas, se debe considerar que la causa de su fallecimiento fue un fenómeno de la naturaleza que no estuvieron en condiciones de superar».

LOS ENIGMAS DEL INCIDENTE DE DIATLOV

La investigación del caso arrojó muchos datos contradictorios que elevaban aún más las incógnitas sobre la muerte de los 9 excursionistas.

1.- HUIDA FRENETICA
En un primer momento, el hallazgo de la tienda de campaña de los excursionistas intrigó sobremanera a los expertos. La tienda presentaba numerosos cortes, y las autoridades creían que estos incisiones fueran producidas por unos “vándalos” que sorprendieron a los excursionistas en mitad de la noche (aunque ni las pertenencias ni el dinero fueron sustraídos). Sin embargo, un descubrimiento imprevisto dio un vuelco inesperado a la investigación de este incidente.
diatlov6La tienda estaba colgada dentro de una gran sala, en el Departamento del Interior en Ivdel, para ser fotografiada, según relata Vladimir Korotaev, que en 1959 participó en el estudio del incidente. Un día, una mujer que casualmente estaba reparándole su uniforme, tras ver la tienda, advirtió a los militares, que aquellos cortes se habían producido desde el interior de la tienda de campaña. Ante esta inquietante observación, se encargó inmediatamente un análisis forense para corroborar esta tesis. El examen se llevó a cabo en el Laboratorio Forense de Sverdlovsk, entre el 3 y el 16 de abril de 1959 por la forense Henrietta Eliseevna Churkina. La especialista confirmó que los múltiples cortes fueron realizados desde el interior de la tienda, y que uno de los excursionistas realizó una gran abertura en uno de los laterales, para que todos pudieran salir al exterior, en lo que se intuía, una frenética huida provocada por un gran pánico. Además había otros pequeños cortes horizontales que pudieron ser realizados para ver o vigilar el lado de la caseta que estaba orientado a la ladera.

2.- HUELLAS EN LA NIEVE
La distribución de las huellas halladas en la zona arrojaba más dudas que certezas. Aunque no se documentó apropiadamente el hallazgo de las pisadas existentes alrededor de la tienda de campaña, algunos de los rescatadores indicaron que el grupo de excursionistas se agrupó a unos 15 o 20 metros de distancia de la misma. Allí extraviaron algunas pertenencias de pequeñas dimensiones, como zapatillas o gorros. A partir de ese punto, las huellas se agrupaban y bajaban en fila de 6 o 7 personas en perfecto orden. Al parecer, 2 de los excursionistas se desplazaron 40 metros por separado y luego volvieron a reunirse con el grupo principal. Los rescatadores incidían en el hecho de que las huellas mostraban que el descenso se produjo, según las propias palabras del investigador Alexei Rakitin “de manera organizada, es decir, sin que los excursionistas fueran presas del pánico”.

3.- ¿MILITARES EN LA ZONA?
El grupo de Dyatlov tenía un completo y exhaustivo inventario de todas las prendas, pertrechos, utensilios y víveres que llevaban para la excursión. Sin embargo los rescatadores encontraron algunos elementos que no cuadraban. En la tienda se halló unas polainas militares que ninguno de los familiares y amigos de los universitarios pudieron identificar. Del mismo modo, en la zona del hallazgo de los 4 cuerpos enterrados, entre las prendas amontonadas que había en la zona, encontraron otras polainas para botas de uso militar, lo que inquietó mucho al coronel Ortyukov.

4.- LA TARIMA QUE NO UTILIZARON
En el mismo barranco donde aparecieron los últimos 4 cuerpos (G3), a corta distancia, entre 6 y 10 metros, y a una profundidad de unos 2,5 metros, se halló una tarima, de unos 3 metros cuadrado, hecha con ramas de abedul y abeto recolectadas de los alrededores. Al
parecer los excursionistas habían realizado un laborioso trabajo, pero de forma inexplicable no utilizaron este suelo aislante. A no ser que admitamos que los cuerpos pudieron ser arrojados al arroyo una vez muertos…

5.- ATAUDES DE ZINC
Durante el traslado de los 4 cuerpos hallados junto al arroyo, los pilotos se negaron a transpórtalos de la misma manera que se hizo con sus compañeros, descubiertos tiempo atrás. En el anterior traslado, para evitar el proceso de putrefacción de los cadáveres, el coronel Ortyukov ordenó cubrir los cuerpos con ramas de abeto y envolverlos en lona. Pero, en esta ocasión, los pilotos exigieron que se utilizaran ataúdes de zinc para el traslado. Ni siquiera las fuertes amenazas de Ortyukov, a punta de pistola, consiguieron doblegar la voluntad de los pilotos. Al final los cuerpos fueron introducidos en los ataúdes de zinc. Algunos investigadores sospechan que esto se hizo para evitar la radiación.

HIPOTESIS PARA UNA TRAGEDIA

A lo largo de los años han aparecido numerosas teorías que han intentado explicar lo ocurrido aquella fatídica noche. Desde presos escapados desde una cercana prisión, operaciones de espionaje fallidas, crímenes rituales, infrasonidos, avalanchas, pruebas militares, yetis asesinos e incluso OVNIs… han sido algunas de las propuestas para aclarar este inquietante enigma…

ASESINOS MANSI
Durante su periplo el grupo de Diatlov atravesó territorio de las tribus locales Mansi, que eran muy protectores de sus tierras sagradas. Por ello, las autoridades soviéticas sospecharon que los Mansi podían estar involucrados en este trágico incidente. Ya que pensaron que algunos componentes de la tribu no vieron con agrado como aquellos jóvenes se introducían en sus bosques y por ello, decidieron asesinarlos. Esta hipótesis fue contemplada desde un inicio aunque no existía ninguna prueba que la corroborara. Ni siquiera los múltiples y duros interrogatorios que se efectuaron entre los Mansi lograron aportar ninguna pista. Además algunos estudiosos señalan que los excursionistas no llegaron en ningún momento a adentrase en territorio sagrado Mansi.

ESPIAS AL DESCUBIERTO
El investigador Alexei Rakitin, propuso una novedosa teoría en la que Alexander Zolotaryov, Alexander Kolevatov y Yuri Krivonischenko se convirtieron en agentes de la KGB en una misión secreta para descubrir una “célula de agentes de la CIA” que operaban en Rusia. Según Rakitin, aprovechando su excursión a un lugar remoto, debían de entregar “muestras radiactivas” a los espías norteamericanos y fotografiarlos para su posterior identificación. No obstante algo salió mal en esta misión, y los agentes de la CIA descubrieron el complot y decidieron acabar con todos los excursionistas.

INFRASONIDOS MORTALES
Algunos expertos han señalado que quizás el grupo de Dyatlov se vio sometido a un raro fenómeno natural
denominado “infrasonido” provocado por un ciclón que se produjo en la zona la noche del 1 al 2 de febrero de 1959. Al parecer las consecuencias de este fenómeno puede causar “el mal funcionamiento de los procesos cognitivos, el pánico, la sensación de ansiedad inexplicable y del inminente peligro”. Además los especialistas aseguran que: “estos sonidos de baja frecuencia pueden causar resonancias en las cavidades corporales, pudiendo lesionar los órganos internos”. Por tanto bajo los efectos de este “infrasonido” los excursionistas se vieron envueltos en una espiral de terror que les condujo a su fatal desenlace huyendo en mitad de la noche.

PRUEBAS SECRETAS: LA CONEXIÓN MILITAR
Desde un principio muchos familiares estaban convencidos, aunque no podían manifestarlo abiertamente, que las autoridades, y más concretamente los militares estaban encubriendo la verdad. Incluso el fiscal Lev Nikitich Ivanov, tenía ciertas sospechas de que la tragedia pudo haber sido provocada por la prueba de algún arma secreta en la zona. Para apoyar esta tesis contaban con el testimonio de varias personas que aseguraban haber visto un globo de fuego el 17 de febrero y el 31 de marzo. Por ello en mayo de 1959, se realizaron nuevas pesquisas en la zona, y el fiscal junto a E. P. Maslennikov, en las proximidades del bosque, descubrieron que una hilera de arboles presentaban quemaduras y las puntas parecían haber sido arrancadas. Con estos nuevos hallazgos, decidieron someter a los cuerpos a pruebas de radioactividad. Aunque los cuerpos no mostraban índices de radiactividad, varias muestras de sus ropas contenían algunas cantidades elevadas de sustancias radioactivas “que son emisoras de radiación beta”. En una camisa interior de Dubinina, en la parte inferior de unos pantalones y en una camiseta interior de Kolevatov. Pese a estos indicios, no se consideró que la contaminación tuviera un “significado decisivo en la muerte de los afectados”. Las investigaciones no llegaron a ninguna conclusión. Al menos de forma oficial.

BOMBAS PARACAIDAS
Siguiendo la tesis militar, el investigador norteamericano Keith McCloskey, autor del libro “Mountain of the Dead The Dyatlov Pass Incident” (2013), cree haber hallado la solución al enigma. Para McCloskey los excursionistas situaron su tienda de campaña muy cerca de una zona de pruebas donde se lanzaban “bombas con paracaídas”. Estas armas estallan a unos 40 o 50 metros de altura, provocando intensas lesiones interiores, como las observadas en los excursionistas, pero exteriormente, son casi inapreciables los daños. Estas bombas fueron arrojadas desde 2 bombarderos que sobrevolaron la zona aquella noche, y que pudieron dar pábulo a los avistamientos de luces en el firmamento. Posteriormente, el ejército ruso encubrió la muerte de los excursionistas, trasladando el campamento y los cuerpos varios kilómetros del lugar donde ocurrieron los hechos. De hecho, los excursionistas estaban fuera de su ruta planeada y la tienda de campaña estaba mal montada.
diatlov9Además entre las pertenencias de los jóvenes, según McCloskey, había algunas cosas que no pertenecían al grupo de excursionistas, como una linterna, un bastón de escalar y unas fundas militares.

ARMAS SECRETAS
Sin abandonar la hipótesis militar, algunos especialistas aseguraban que los jóvenes pudieron ser víctimas de algún tipo de experimentación secreta más allá de las balísticas; desde armas de microondas, psicotrónicas, hasta la dispersión de potentes gases “alucinógenos” en la zona que les condujeron a su fatal desenlace.

OVNIS: LAS LUCES DE LA MUERTE
Ante la extrañeza del caso pronto surgieron las hipótesis sobrenaturales para intentar arrojar luz al enigma. El investigador Alexei Rakitin, autor de un documentado libro titulado “Dyatlov Pass” (2013), comentaba los extraños avistamientos de luces inexplicables producidos en torno a este incidente: “En el año 1990 el investigador Iev Ivanov consiguió entrevistar a varios militares y meteorólogos que relataron que entre febrero y marzo de 1959 se habían divisado en la zona unas “esferas brillantes”. Para Ivanov esas esferas brillantes eran la clave del misterio. Entre los pocos documentos desclasificados sobre el caso existe uno que hace referencia a unos excursionistas que acamparon a unos 50 km de distancia de los nueve fallecidos. El informe decía que en la noche del 2 de febrero vieron “extrañas esferas luminosas de color naranja que flotaban en el cielo en dirección a Kholat-Shiyakhy, sobre las montañas de Otorten”. Pero también durante la búsqueda de los excursionistas se produjeron extraños avistamientos. El 31 de marzo sucedió un hecho completamente inusual dentro de las operaciones de rastreo. Cuando un grupo de rescatistas se encontraban en el valle del rio Lozva observaron un extraño fenómeno en el cielo: «Era temprano por la mañana y aun estaba oscuro. Viktor Meshcheryakov se encontraba de turno y salió de la tienda y observo cómo se desplazaba por el cielo un globo de fuego, por lo que despertó a toda la gente. Por unos 20 minutos observamos el movimiento del globo, o del disco, hasta que desapareció tras la montaña. Lo vimos al sureste de la tienda desplazándose hacia el norte. El fenómeno nos alarmó a todos. Estábamos seguros que la muerte de los excursionistas tenían que ver de alguna manera con eso». La descripción más exacta fue ofrecida naturalmente por Meshcheryakov, que observó el fenómeno durante más tiempo; “era un gran anillo de fuego que en el curso de unos 20 minutos se movió hacia nosotros, ocultándose posteriormente tras las montañas. Antes de ocultarse tras el horizonte, en el centro del anillo apareció una estrella, que comenzó paulatinamente a crecer hasta el tamaño de la Luna y comenzó a caer separándose del anillo. Este inusual fenómeno lo observamos todos. Pedimos explicaciones sobre este fenómeno y los riesgos asociados, puesto que en nuestras condiciones provocó mucha alarma».
La información sobre la aparición de misteriosos globos de fuego en la zona, seria confirmada por otros testigos, según el investigador Evgeni Buyanov, autor de libro «El secreto del accidente de Dyatlov«: «Todos estaban alarmados pero desde el cuartel los calmaron pues se decía que eran producto de pruebas con combustible de hidrogeno, que el objeto se desplazaba lejos del lugar de búsqueda y que no representaba peligro. Después de esto, los trabajos continuarían pero muchos rescatistas pensaban que esas bolas de fuego podían estar relacionadas con la muerte de los muchachos, en vista de la semejanza con la situación vivida, ya que los rescatistas también salieron corriendo de sus tiendas con lo que tenían puesto, exponiéndose al frio y, además, todos estaban muy asustados. Además, incluso, un grupo de excursionistas observó estas bolas de fuego en la mañana del 17 de febrero, cuando los trabajos de rescate aun no habían comenzado». Para muchos investigadores la presencia de OVNIs en la zona, es un claro indicio de que éstos, fueron los causantes, de alguna manera, de la tragedia sufrida por los excursionistas y de que las autoridades elevaran un férreo muro de censura sobre el incidente. Sin embargo Buyanov está convencido que el avistamiento del 2 de febrero fue provocado por el lanzamiento de varios misiles intercontinentales R-7, efectuados desde el cosmódromo de Baikonur, en dirección al campo de pruebas nucleares de Chyornaya Guba, en el archipiélago de Nueva Zembla. La trayectoria de los misiles cruzaba el cielo sobre la montaña Otorten…

LOS DATOS QUE NO ENCAJAN: LAS CLAVES DEL CASO

Como se ha podido comprobar, el paso de los años no ha hecho sino incrementar el número de conjeturas sobre lo ocurrido aquella noche. No obstante, tras analizar detenidamente muchos de los aspectos registrados en este evento, hay algunos datos que pueden ser altamente clarificadores para desechar o aceptar algunas de las hipótesis planteadas. Estas son las claves del incidente de Dyatlov:

1.- LA TIENDA DE CAMPAÑA
La huida en mitad de la noche, rasgando el interior de la caseta para escapar más rápidamente, puede tener varias lecturas. Para empezar, las huellas encontradas en la nieve no parecen indicar que la huida fuese ni mucho menos frenética ni descontrolada, por lo que había que replantearse el tipo de amenaza que lleva a los excursionistas a destrozar la tienda de campaña, pero que, por el contrario, no motiva una huida precipitada ni alocada en el exterior. Por tanto, a tenor de los hechos, independientemente que fuese rasgada desde el interior, no se puede descartar que la tienda de campaña fuese destrozada para que los jóvenes no volviesen a ella, y muriesen en el exterior.
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2.- LA “AMENAZA” EXTERIOR
¿Cuál fue la naturaleza de la “amenaza” que les obligó a huir en mitad de la noche?. ¿Por qué los excursionistas no utilizaron ni el hacha, ni el rifle, ni los 3 cuchillos que se encontraron en la tienda de campaña para repeler o contrarrestar esta “amenaza”?. Además hay otras interrogantes interesantes. Que los excursionistas hicieran fuego para intentar entrar en calor es indicativo de que la “amenaza” que les obligó a abandonar el confort de la tienda de campaña, había desaparecido al poco tiempo de huir de la misma. Ya que en mitad de la noche oscura, la luz de la fogata les hubiera delatado claramente. Además, como expusimos anteriormente, las huellas halladas tampoco indicaban que en la zona se había producida una vertiginosa huida en concordancia con los supuestos precipitados daños observados en la tienda para escapar. Algunos de los cortes observados en la caseta parecen que fueron efectuados para observar el lado que daba a la colina. ¿Qué estaban vigilando?, ¿cuál era la naturaleza de la amenaza?…

3.- LA POSICION DE LOS CUERPOS
Muchos especialistas están convencidos que los cuerpos fueron manipulados una vez muertos y colocados de una forma determinada en el lugar donde fueron hallados. Esto demostraría la presencia humana en la zona poco después de los acontecimientos.
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4.- LAS HERIDAS
Las heridas presentadas en algunos cadáveres pudieron ser consecuencia de los golpes efectuados por los “agresores” para acelerar la muerte por congelación.

5.- INTERVENCION MILITAR
Es muy factible que los militares rusos estuviesen implicados en este suceso. Ya sea como resultado de un experimento fallido, o como resultado de una letal confusión. Se dijo que los militares pudieron creer que los excursionistas fuesen presos escapados de una cárcel cercana o incluso espías. La investigadora Anna Matveeva, autora del libro “Le mystère Dyatlov” (2015) en una entrevista con el autor del presente reportaje afirmó que estaba convencida de la participación y culpabilidad de los militares rusos en este incidente: “Creo que en la noche del 1 o 2 de Febrero fueron probadas nuevas armas militares en la zona. Los excursionistas fueron testigos de lo que no debían ver”. Además añade que: “Es posible que aquella noche había alguien más junto a los jóvenes. Esto se demuestra por la existencia de los objetos que se encuentran en el campamento y que no pertenecían a ninguno de los chicos”. Ahondado en la implicación militar, Anna confirma que: “la hipótesis de la radiación es plausible. La falta de la lengua de Lyudmila Dubinina. La contaminación radiactiva registrada en las prendas de vestir y otros restos. El color amarillento de la piel, aunque no está confirmado, así lo indican”. La autora descarta de plano la teoría OVNI para explicar este evento aunque admite que: “las múltiples investigaciones han hecho este asunto aún más misterioso”…

6.- OVNIs
Pese a que, en un principio, parece una de las tesis menos factibles no es menos cierto que existen suficientes testimonios de calidad, como para aseverar que en la fecha del trágico suceso, así como en los días de búsqueda de los excursionistas se observaron extraños fenómenos en los cielos. Lo complejo sería determinar el grado de implicación que tendrían estos hechos en los acontecimientos.

¿QUE SUCEDIÓ AQUELLA NOCHE?

Es muy complejo establecer la cadena de acontecimientos que derivaron en los terribles hechos ocurridos aquella noche. Lo más probable, es que el resultado final sea la suma de varios factores (incluso independientes) que unidos y desencadenados de forma fatídica dieron como resultado la muerte de todos los excursionistas. Y evidentemente este resultado es muy difícil de encajar en una sola respuesta. Lo que sí parece estar claro, para casi todos los investigadores implicados en la resolución de este caso, es que las autoridades rusas tienen mucha más documentación de la que han revelado públicamente. Es muy sospechoso, por poner un ejemplo, que en los informes divulgados exista muy poca información o fotografías detalladas del escenario de la tragedia. Los expertos realizaron una descripción muy somera sobre los daños observados en los arboles cercanos, lo que podría haber sido una de las claves más importantes y trascendentales del caso. Sin embargo esta circunstancia es casi pasada por alto por los encuestadores. ¿Qué querían ocultar?…
Las conclusiones oficiales se limitaron a etiquetar la causa de la muerte de los 9 excursionistas como consecuencia de “una fuerza natural arrolladora”. Evidentemente, esta respuesta tan simple de las autoridades rusas para un caso de tamaña envergadura, se antoja demasiada vaga e imprecisa, y sobre todo, es una enorme ofensa y desprecio para los todos los familiares y amigos de la victimas que viven en la terrible incertidumbre de saber que ocurrió exactamente aquella noche. Ellos más que nadie, tienen el legítimo derecho de conocer la verdad sobre lo sucedido. Sin importar las responsabilidades o repercusiones que conlleve destapar la verdad. El misterio debe ser desvelado por la memoria de 9 jóvenes que encontraron la muerte de forma trágica e inesperada…

JOSÉ ANTONIO CARAVACA                    El Ojo Crítico nª 82