CAPITALISMO:UNA EMPRESA DE LADRONES COMUNES DISFRAZADA DE “CIVILIZACIÓN”

El robo capitalista, no es otra cosa que una vulgaridad criminal convertida en una abstracción. Es una simple operación matemática (robar al prójimo con la política y la guerra) que terminó convertida en una civilización: El sistema capitalista nivelado como «mundo único» a escala planetaria.

Resumido, el capitalismo no es nada más que una empresa de ladrones comunes, que niveló a escala planetaria un «sistema» (económico, político y social) para legalizar y legitimar con leyes e instituciones un robo masivo y planetario de trabajo social y de recursos naturales, disfrazado de «economía mundial».

Si yo quiero entender lo que está pasando con la economía del sistema capitalista ¿A quién voy a leer?

¿A un analista ideologizado de izquierda, que cada dos palabras dice «muera la derecha»?

¿A un analista de derecha que analiza la economía capitalista «sin el sistema» capitalista?

El cóctel seguramente terminará en una confusión: Voy a terminar creyendo que la economía en una ciencia de «derecha», sin nada que ver con la pobreza ni con el resto de los procesos de dominación del hombre por el hombre que se suceden en el mundo.

Hay una tercera alternativa:

Leer a los voceros de los dueños del circo capitalista. Los que cuentan la realidad del robo a través de sus propias contradicciones y lucha por los mercados y el poder.

En economía, el corazón estratégico del sistema capitalista, no existen ni la verdad ni la mentira (son sólo moralismos antitéticos para controlar cerebros), sino que existen situaciones objetivas e intereses comerciales que determinan el qué y el para qué de los procesos económicos.

Y hay que tener en cuenta un principio probado por la historia: La guerras militares no se hacen para matar (la muerte es solo un emergente del robo) sino para dominar países, apoderarse de sus recursos y sus mercados y robarlos con total impunidad. Toda la historia del capitalismo (y de los sistemas imperiales que lo precedieron) está marcada por esa dinámica (Ver: Operaciones psicológicas: Su mente está siendo controlada por expertos ).

Como definición el capitalismo no es solamente un modelo económico, sino un sistema de dominación mundial establecido como civilización única.

En el actual diseño de «economía mundial trasnacionalizada» no son (en forma práctica) los gobiernos ni los países quienes deciden cuánto se produce y para quién se produce a escala mundial, sino las corporaciones y los bancos trasnacionales que tienen el dominio sobre las tres estructuras económicas básicas del sistema capitalista: La estructura de producción, la estructura de comercialización y la estructura financiera.

Esta dinámica funcional arroja la primera contradicción histórica del sistema: El capitalismo solo produce para quien quien puede pagar por los bienes y servicios producidos. La producción (controlada por las corporaciones transnacionales) no está orientada por la búsqueda del bien social sino por la búsqueda de la rentabilidad empresarial capitalista.

Esta asimetría funcional (del trabajo social y la apropiación individual) es la clave determinante de la existencia de ricos y pobres, de incluidos y excluidos, de empleados y desocupados, dentro de la pirámide histórico funcional del sistema capitalista nivelado como «civilización única».

Es más, la llamada «civilización» capitalista, sus instituciones, sus sistemas políticos y jurídicos, su cultura, sus reglas morales, sus credos religiosos, su arte, su arquitectura, sus ciudades, sus universidades, sus construcciones filosóficas, fueron edificadas a partir del robo y la esclavización de seres humanos.

¿Dónde está el «curro»?

Todo en el sistema capitalista, nace y empieza por el robo. O sea, empieza por la economía. Y luego, como decía Hauser, viene la abstracción, política, social y cultural, para disfrazar el robo.

En la Argentina se dice popularmente ¿»Dónde está el curro» (que significa «dónde está el negocio»), para descubrir la estafa que subyace detrás del discurso abstracto y retorcido de la tecnocracia económica de la City económica.

Fuera del barniz «academicista» que se estudia en las universidades de economía (que forman a los teorizadores del robo), los procesos económicos están motorizados por los negocios y la especulación financiera de la más baja calaña intelectual.

Les grafico con una anécdota:

En la Argentina, el general Juan Domingo Perón, uno de los más brillantes cerebros estratégicos de América Latina, era un maestro en convertir en simple lo complejo (lleno de academicismo y prejuicio «culturoso»).

Después de tener entrevistas con tecnócratas de la economía, decía: «Ya hablaron los técnicos. Ahora tráiganlo a Miranda». Miranda, era su asesor principal, un genio autodidacta de la economía práctica. La única universidad que había cursado era su experiencia como comprador y vendedor de chatarra.

Miranda se encargaba de traducir, en números prácticos, la farragosa abstracción discursiva de los «macro» economistas, donde lo único que es real son los números, la diferencia matemática del robo capitalista, traducido en rentabilidad comercial del sistema empresarial y financiero que controla todo el sistema económico productivo.

La impunidad

Si el capitalista dijera la verdad abierta (su único mensaje efectivo y real que es el robo), las masas lo colgarían a los cinco segundos.

Así como al usurero lo protegen las leyes y la policía, la existencia impune del sistema capitalista solo se justifica por la existencia de los Estados imperialistas (con EEUU a la cabeza) con sus aparatos militares y sus arsenales nucleares rodeando como un anillo de muerte a países y recursos estratégicos.

Si las mayorías tomaran conciencia del macro-robo capitalista no habría refugio en todo el mundo para proteger a los empresarios y banqueros de la ira popular.

Por eso el capitalismo inventó y le dio identidad y escalas de «prestigio» a la cultura, a las universidades, y más recientemente a los medios de comunicación. Son los grandes ocultadores y legitimadores del robo capitalista ejecutado a escala masiva y con total impunidad.

Las fuentes

En este escenario, marcado por la abstracción del robo en niveles culturales y políticos, y para entender cómo funciona la economía capitalista no hay que ir a los medios alternativos sino a los representantes periodísticos más influyentes del sistema que controla la economía mundial desde Wall Street y las metrópolis financieras europeas.

Quien se interese en la investigación de sistemas y procesos económicos productivos (tanto de las potencias centrales como de los países periféricos) podrá comprobar que tanto los recursos naturales como los sistemas de producción y de comercialización a escala global están hegemonizados por no más de 200 bancos y corporaciones empresarias transnacionales cuyas casas centrales se encuentran en EEUU o Europa.

Estos gigantes «diversificados» e interactivos (ligados a través de infinitos vasos comunicantes) de la producción, el comercio y las finanzas mundiales, están liderados por los 30 primeros primeros consorcios trasnacionales que cotizan en el índice Dow Jones de Wall Street, el centro financiero del capitalismo a nivel mundial.

Dentro de esta lógica económica funcional del capitalismo, los Estados capitalistas (tanto del mundo imperial como del mundo dependiente) solo cumplen una función reguladora y ordenadora (elaboración de leyes, cobros de impuestos, gobernabilidad política y jurídica, etc) sobre la actividad económica desarrollada por las corporaciones privadas que hegemonizan las decisiones y el control sobre los recursos naturales, la producción y la comercialización de los bienes y servicios que consume la genéricamente llamada «humanidad».

Si yo quiero entender economía capitalista tengo que leer (razonadamente y separando los números reales del palabrerío) a los representantes periodísticos de los ladrones. Es decir a los analistas y medios económicos más «prestigiosos y creíbles» del sistema.

Por ejemplo: En The Wall Street Journal y The Financial Times están sintetizados las visiones macroeconómicas y financieras de las metrópolis imperiales dominantes: Wal Street, la eurozona y las metrópolis asiáticas.

Es más, en las páginas del financiero estadounidense y del británico, se puede hacer un seguimiento (identificando los grupos) de la guerra económica de EEUU y Europa por el control de los mercados y del sistema financiero.

El decodificador

En el sistema capitalista está todo a la vista. Los directorios los activos empresariales, las facturaciones, las ganancias y las fortunas personales están por Internet. Se pueden rastrear los procesos, verificar (en cifras numéricas) como bancos y empresas trasnacionales controlan el comercio interno, el comercio exterior y el sistema financiero de los países (tanto centrales como periféricos).

Con sólo leer y comparar los números, las «inversiones» y el saldo rentable, se puede verificar y hacer un seguimiento de la depredación económica (la transferencia de riqueza y de recursos) que realizan los conglomerados capitalistas multinacionales que controlan gobiernos y países.

Todos esos procesos (pasibles de ser estudiados y comprendidos lógicamente), permanecen ocultos y sin comprensión masiva por dos razones principales: Los analistas de derecha los deforman o los disfrazan, y los analistas de izquierda (salvo excepciones) no se dedican a los números sino a la ideología.

Y como el mundo capitalista se divide (antitéticamente) entre «izquierda» y «derecha», las mayorías quedan sin ninguna posibilidad de conocer como funciona el «gran robo» mundial del capitalismo legalizado y legitimado por las propias instituciones (culturales, políticas y mediáticas) que creó para ese fin.

Como dice un experto: El capitalismo es un libro abierto, sólo que hay que tener un decodificador y la voluntad para entender los procesos.

El nuevo sistema de dominio

Para cumplir con sus objetivos de dominación imperial (orientada a la depredación económica y a la conquista de mercados) el sistema capitalista utilizó históricamente (y sigue utilizando) dos técnicas básicas combinadas: El pensamiento individualista (como matriz de conducta social orientada a imponer la conciencia atomizada imperial por sobre la conciencia nacional de los países y sociedades conquistadas) y la desaparición de la frontera entre el dominador y el dominado (orientada a imponer al dominado el pensamiento y la ideología del dominador).

Mediante la publicidad comercial (la ideología del consumo) y la sociedad de consumo (la conducta consumista), el sistema capitalista niveló (en una fase de su desarrollo histórico) una «conciencia universal» basada y adaptada a los esquemas funcionales del mercado y a la búsqueda de rentabilidad comercial capitalista.

Los teóricos de la izquierda solo han llegado a la raíz «economicista» y «militarista» del sistema capitalista sin ahondar en el rol funcional que cumplen los medios de comunicación y la sociedad de consumo en el esquema del dominio sin el uso de las armas.

Hoy el sistema capitalista, masivamente y a nivel planetario, ya no domina con ejércitos militares sino con ejércitos mediáticos y técnicas de manipulación cerebral orientadas al direccionamiento de conducta masiva con fines de control político y social.

Destruido el Estado nacional (la barrera de contención territorial del capitalismo trasnacional) y sustituida la «conciencia social» por la «conciencia individual», se rompe toda escala de pertenencia de los individuos a una particular línea histórica de sociedad, familia, lengua, cultura, tradiciones y creencias (propias de un país y de sus fronteras geográficas) para convertirlos en terminales funcionales de una «conciencia universal» consumista del sistema capitalista nivelado a escala planetaria como «civilización única».

De manera tal que, durante la vigencia del capitalismo «transnacional», el esquema referencial de «socialización» de los individuos ya no se parametran en los «valores locales» sociales, históricos y culturales de cada país, sino en los «valores universales» expresados por formas del consumo de pensamiento social, modas, etc, enmarcados en la conciencia individualista.

Esta nivelación de conducta y pensamiento social individualista (que se puede confirmar en lo que reflejan a nivel planetario las grandes cadenas informativas y la propia Internet) permite alienar y «des-socializar» al individuo de su entorno natural y social (extrañamiento) y convertirlo en una pieza funcional destinada a consumir los diferentes productos y programas que el sistema capitalista utiliza para generar rentabilidad y dominar a escala planetaria.

El objetivo final es convertir y nivelar planetariamente al ser en una célula funcional del macro robo capitalista de la sociedad de consumo masificada también como «ideología única».

Comprar barato y vender caro

La economía del capitalismo empieza con dos frases: Compro barato y vendo caro.

Compro mano de obra barata (la explotación del hombre por el hombre), compro barato y controlo toda la producción (medios económicos), controlo todo el mercado (la comercialización), controlo todo el sistema financiero (la moneda), compro acciones baratas y las vendo caras (la especulación financiera) controlo todo el comercio exterior (el mercado internacional) evado o pago impuestos irrisorios (control de gobiernos), y luego vendo la producción al precio más caro (la hegemonía monopólica de la economía).

La diferencia matemática resultante de esta ecuación, es la ganancia capitalista (generadora de concentración de riqueza en pocas manos), producida por un sistema que no está orientado a satisfacer la demanda social colectiva sino a satisfacer la rentabilidad privada de los macrobancos y megaempresas que controlan todo el proceso económico.

El primer axioma funcional de un capitalista sionista (los padres del sionismo de Wall Street) es vender caro y comprar barato, lo que da como resumen la ganancia capitalista.

Eso exactamente es lo que hicieron los bancos y grupos financieros sionistas que controlan la Reserva Federal y las tasas de interés, con la «burbuja hipotecaria», primero, y con la «crisis hipotecaria» después.

Primero vendieron caro:

— Mientras la Reserva Federal mantenía la tasa de interés baja las empresas y bancos cosecharon multimillonarias ganancias con el «boom inmobiliario» en EEUU.

— Luego (en un frente de «multi-negocio financiero» a escala global) los mega-bancos y fondos de inversión de Wall Street y Europa colocaron esos bonos a valores altísimos en los mercados mundiales, generando una burbuja ganancial especulativa de billones de dólares.

Luego compraron barato:

Con los fondos financieros estatales de los «rescates» a grandes empresas y bancos, los mismos que produjeron la crisis con la «burbuja» compraron a precio irrisorio acciones y activos empresariales vendidos en masa por los perdedores de la crisis financiera desatada en los mercados globales.

O sea que, por la misma mecánica de comprar barato vender caro, las acciones así como los activos de las empresas fueron a parar a los bolsillos de los mismos grupos súper-concentrados que detonaron la «burbuja» y luego detonaron la «crisis», para apoderarse de activos y acciones empresariales a precio devaluado.

MANUEL FREYTAS

IARNoticias


(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

OBAMA, LA GUERRA FINANCIERA Y LA ELIMINACIÓN DE DSK

Imposible comprender la caída de Dominique Strauss-Kahn sin situarla en el contexto del proyecto que ese personaje representaba: la creación de una nueva moneda internacional de reserva prevista para hoy, 26 de mayo de 2011. Un proyecto paradójicamente muy esperado, tanto por los países emergentes como por los medios apátridas del mundo de la finanza, aunque rechazado por el complejo militaro-industrial israelo-estadounidense. Thierry Meyssan levanta el velo sobre el golpe bajo con el que la administración Obama trata de escapar a sus compromisos.

Estupefactos, los franceses han sido testigos del arresto en Estados Unidos del más popular de los líderes políticos de su país: Domique Strauss-Kahn.
Ex ministro de Economía, Strauss-Kahn se había convertido en el alto funcionario mejor pagado del mundo –con un salario básico anual de 461,510 dólares, sin contar primas y gastos de representación– y se disponía, según se dice, a presentarse como candidato a la presidencia de Francia. Este cálido personaje, de notorio apetito a la mesa y en la cama, acusado a veces de diletantismo en materia de política debido a su gusto por los placeres de la vida, ha sido acusado de haber violado a una mucama en un hotel de Manhattan.

Durante 6 días, los franceses se mantuvieron pegados a sus televisores viendo atónitos el ensañamiento judicial contra un hombre al que se habían acostumbrado a considerar como una opción posible después del catastrófico quinquenio de Nicolas Sarkozy. La caída de Dominique Strauss-Kahn representaba también el fin de las ilusiones de muchos franceses.

Hay algo de tragedia antigua en el espectáculo de este destino tronchado. Tanto que trae seguramente la frase romana «Arx tarpeia Capitoli proxima» que recuerda que la Roca Tarpeya, desde donde se lanzaba al vacío a los condenados a muerte, está muy cerca del Capitolio, símbolo del poder y los honores.

Independientemente de cualquier consideración sobre su inocencia o culpabilidad, el escarnio del que es objeto una personalidad de tanta envergadura no puede más que despertar angustia en el simple ciudadano: Si un personaje de esa categoría no logra defenderse, ¿qué sería de nosotros ante una acusación similar?

Ascenso y caída
Pero los franceses son un pueblo conocedor de la política, que –sin haberlo leído– ha crecido en medio de las lecciones de Maquiavelo, por lo que no tardaron en interrogarse sobre la veracidad de la acusación contra DSK. Según los sondeos de opinión, el 57% de los franceses no cree en la historia de bestia en celo que la prensa estadounidense se complace en divulgar. Algunos empezaron a imaginarse diversos escenarios de manipulación mientras que otros se preguntaban «¿Cui bono?», o sea ¿A quién beneficia el crimen?

El primer nombre que viene a la mente es el de Nicolas Sarkozy. ¿Cómo es posible no pensar en él cuando recordamos que logró convertirse en presidente de Francia acusando ante los tribunales a su principal rival, Dominique de Villepin, y ahogándolo en un escándalo de documentos falsos tan grotesco como este? ¿No sería entonces el caso DSK un nuevo complot destinado a eliminar a su nuevo adversario?

Poco importa entonces que Sarkozy y DSK se necesiten uno al otro para la preparación de los próximos encuentros cumbres internacionales, ni que los dos se hayan puesto al servicio del mismo amo estadounidense. Ya se sabe que los peores crímenes exigen precisamente la sangre de los amigos e incluso la de los propios parientes.

Los franceses ignoran en todo caso los vínculos de DSK [1], al igual que ignoraban los de Nicolas Sarkozy cuando lo eligieron presidente de la República [2]. La prensa nunca dijo a los franceses que en los años 1990, cuando atravesaba su mala racha como político, DSK fue contratado como profesor en la universidad de Stanford por una tal… Condoleezza Rice. Tampoco saben que DSK y sus lugartenientes Pierre Moscovici y Jean-Christophe Cambadelis asumieron el financiamiento del Partido Socialista francés y de la Fundación Jean-Jaures por encargo de la National Endowment for Democracy –fachada legal de la CIA [3]. Tampoco han seguido sus numerosos trabajos y contratos con los thinks tanks (centros o institutos de propaganda ideológica) atlantistas, como el German Marshall Fund of the United States [4] o el Grupo de Bilderberg [5]. Nada saben, en definitiva, de su compromiso a favor de la integración de Francia y de Europa en el seno de un gran mercado transatlántico bajo el dominio de Estados Unidos.

Los franceses no conocen tampoco los estrechos vínculos de DSK con Israel. Dentro del Partido Socialista francés, Dominique Strauss-Kahn dirige el Círculo Leon Blum, que lleva el nombre de un ex primer ministro francés judío. Este discreto y poderoso grupo de influencia se encarga de apartar de la escena política a todo el que cuestione el proyecto sionista. Y ha hecho caer unas cuantas cabezas, como la del politólogo Pascal Boniface que subrayaba el carácter electoralmente contraproducente del respaldo a Tel Aviv en un país donde el 10% de la población es de cultura árabe. Pero DSK no ocultaba su juego e incluso llegó a declarar abiertamente: «Yo considero que todo judío de la diáspora y de Francia debe aportar su ayuda a Israel. Es además por eso que es importante que los judíos asuman responsabilidades políticas. En pocas palabras, desde mis funciones y en mi vida de todos los días yo trato de aportar mi modesta contribución a la construcción de Israel.» Extraña declaración en boca de alguien que aspira a ser presidente de Francia. Pero no importa. ¡Es tan simpático!

A pesar de lo anterior, el ataque contra Dominique Strauss-Kahn, y contra sus allegados, ha sido brutal. Mientras se encontraba detenido y posteriormente durante su prisión preventiva y sin haber tenido nunca la menor posibilidad de dar explicación, el fiscal de Nueva York ordenó la entrega a la prensa de un acta de acusación pormenorizada.

El documento contiene la descripción, fríamente clínica, del crimen que se le imputa: «El acusado trató de tener, por la fuerza, una relación sexual anal y oral con una tercera persona; el acusado trató por la fuerza de tener relaciones vaginales con una tercera persona; el acusado forzó a una tercera persona a [mantener] un contacto sexual; el acusado retuvo a una tercera persona; el acusado obligó a una tercera persona a [mantener] un contacto sexual sin su consentimiento; el acusado, de manera intencional y sin razón legítima, tocó los genitales y otras partes íntimas de una tercera persona con el objetivo de deshonrar a esa persona y de abusar de ella, y con el objetivo de saciar el deseo sexual del acusado.
Esos delitos han sido cometidos en las siguientes circunstancias: el que suscribe declara que una persona conocida de las servicios del fiscal le informó que el acusado 1) cerró la puerta de la habitación e impidió a la denunciante salir de la habitación; 2) agarró el pecho de la denunciante sin su consentimiento; 3) trató de retirar por la fuerza el panty [Ropa interior femenina que cubre a la vez las piernas y el pubis. NdT.] de esa persona y de tocar sus genitales por la fuerza; 4) forzó la boca de la denunciante a tocar su pene por dos veces; 5) pudo cometer esos actos mediante el uso de la fuerza física.»

Todo eso se expuso durante días en el noticiero de las 20 horas, con lujo de detalles, bajo los ojos suspicaces de padres que regresaban del trabajo y ante niños atónitos que hundían la mirada en sus platos de sopa.

El choque cultural
No se sabe en este momento quién está más traumatizado, si el brillante economista que iba a salvar a la humanidad de la crisis financiera y se ve ahora degradado a la categoría de infame criminal, o el pueblo que aspiraba a un alivio y planeaba elegirlo como jefe y se ve ahora una vez más en el papel de testigo impotente de la violencia de Estados Unidos.

Al abordar el tema, los franceses buscan excusas para el sistema judicial anglosajón cuyos mecanismos están viendo en marcha. Es cierto que ya habían visto esa parodia de justicia en las series de televisión, pero no creían que aquello pudiera ser real. Y tampoco quisieron saber anteriormente del sistema extrajudicial, como tampoco quisieron saber de Guantánamo ni de las prisiones secretas. Algunos comentaristas [franceses] han tratado de explicar la rudeza de la policía estadounidense y del primer juez como un deseo de dar el mismo tratamiento a débiles y poderosos. Todos han tenido sin embargo la ocasión de leer los trabajos de ilustres sociólogos que demuestran que en ese inicuo sistema el dinero es dueño y señor y que la justicia tiene un carácter clasista.

Los franceses han aceptado también sin protestar los reproches de la prensa anglosajona. Se ha publicado que todo es culpa de la prensa francesa que, en nombre del respeto de la vida privada, no investigó la vida sexual desenfrenada del señor Strauss-Kahn. Los puritanos argumentan seguidamente que todo aquel que seduce a las mujeres de forma ostensible, llegando a hostigarlas y a veces a presionarlas, es un violador potencial. O sea, «¡Quien roba uno roba un ciento!» La portada de la revista estadounidense Time representa a DSK y a los que son como él con la imagen de puerco. Nadie ha señalado que el acusado dirigía el FMI y vivía en Washington desde hace 3 años sin que la prensa anglosajona, que tanto se preocupa ahora por dar lecciones de periodismo, se ocupara anteriormente de investigar sus supuestos vicios.

Como la acusación ya abrió el camino a la sospecha, todo el mundo se acuerda ahora –aunque un poco tarde– que DSK trató de forzar en 2002 a Tristane Banon, una bella periodista francesa. Ante una solicitud de entrevista, DSK la invitó a un apartamento particular, en el histórico barrio parisino conocido como Le Marais. Allí recibió a la muchacha en un piso de gran tamaño, que ni siquiera estaba amueblado, exceptuando una gran cama. Y como la bella no se entregaba al libertino, este último la golpeó. ¿Será que en Nueva York la violencia invadió al hombre galante transformándolo en criminal?

Nada permite imaginar ese escenario, sobre si se tiene en cuenta que DSK no es precisamente un solterón amargado. Está casado con una estrella de televisión, Anne Sinclair, que fue la periodista favorita de los franceses antes de dejar su profesión para acompañarlo, a él, en su carrera. Los franceses volvieron a verla en el tribunal, durante la presentación de Dominique Strauss-Kahn ante el juez, con unos años más pero tan bella y voluntariosa como siempre. Nieta de un gran comerciante de obras de arte, Anne Sinclair dispone de una confortable fortuna familiar. Llegó de París y pagó sin vacilación un millón de dólares de fianza, además de ofrecer una garantía bancaria suplementaria de 5 millones de dólares. O sea, esta mujer más que adinerada estaba dispuesta a todo por sacar a su esposo de las fauces de la justicia estadounidense, actitud que la hacía más admirable aún. La esposa que solía acompañarlo a La Chandelle, un club parisino de intercambio de parejas, no le hacía pagar sus infidelidades
Ninguna nación digna de ese nombre hubiese tolerado que una personalidad considerada aspirante a la presidencia de la República y a ser el máximo representante del país apareciera esposada entre los esbirros del FBI, que lo metieran en un vehículo policial como un vulgar delincuente y que lo exhibieran ante un tribunal sin haber ni siquiera la posibilidad de afeitarse. Lo más probable es que la gente asediara la embajada estadounidense cantando himnos patrióticos. Nada de eso ha sucedido en Francia. Los franceses sienten demasiada admiración por los «americanos». Los miran como el conejo hipnotizado por la cobra. Y les cuesta trabajo admitir que Francia no es el ombligo del mundo, que si hay un complot no tiene que ser obligatoriamente un complot tramado a orillas del Sena, sino en las riberas del Potomac.

El secuestro
¿Es DSK culpable de violación o víctima de un complot? La simple reflexión permite responder esa interrogante.

Se afirma que el acusado había pasado la noche en compañía de una call girl y que violó a la mucama en el momento del desayuno. Después se reunió tranquilamente con su hija, estudiante de la Columbia University, para almorzar con ella y finalmente fue a tomar el vuelo, reservado desde hacía varios días, para reunirse con la canciller alemana Angela Merkel en Berlín. Se hallaba confortablemente instalado en su asiento del vuelo de Air France cuando fue arrestado, 10 minutos antes del despegue.

Según la tripulación del avión, los policías de la Unidad de Víctimas (la misma de la serie de televisión La Ley y el Orden: Unidad de víctimas especiales) no recurrieron a sus colegas del aeropuerto para que hicieran el arresto sino que quisieron realizarlo ellos mismos, arriesgándose así a llegar demasiado tarde. Para evitar que alguien pudiera prevenir a DSK, solicitaron –eso sí– que se interfiera la señal de la telefonía móvil en esa zona del aeropuerto durante el tiempo necesario hasta que ellos llegaran al lugar [6]. Pero la posibilidad de interferir la señal de la telefonía móvil no entra en de las prerrogativas de una brigada de lucha contra el vicio. Así que en realidad se trata de un caso de seguridad nacional.

Durante la detención, el sospechoso fue privado de todo contacto con el exterior, con excepción de sus abogados, según lo previsto en el derecho estadounidense. Pero cuando la jueza Melissa Jackson lo puso en prisión preventiva, volvieron a privarlo de todo contacto con el exterior, ya de forma injustificada. Se explicó que la prisión preventiva era necesaria porque el acusado podía tratar de escapar hacia Francia, Estado con el que Washington no ha concluido ningún acuerdo de extradición y que protegió al cineasta Roman Polanski, acusado también de violación. La decisión no había sido tomada para aislar al acusado e impedirle influenciar a los testigos, pero la jueza decidió encerrarlo en Rikers Island, una de las mayores cárceles del mundo –con 14 000 detenidos– y también una de las más tenebrosas, un verdadero infierno terrestre. «Para su protección», lo metieron en una celda individual y lo mantuvieron incomunicado.

En definitiva, el director general del FMI estuvo secuestrado durante 10 días. El funcionamiento de la institución internacional estuvo bloqueado durante 10 días por falta de firma autorizada. Durante 10 días, los problemas del euro y del dólar, la quiebra de Grecia y muchas otras cuestiones quedaron en suspenso, esperando por la buena voluntad de policías, jueces y carceleros.

Según la jurisprudencia estadounidense, DSK –al no tener antecedentes penales y disponer de un domicilio en Washington– no debería haber sido puesto en prisión preventiva y sí debería haber sido puesto en libertad bajo fianza. Es probable que él mismo haya analizado rápidamente la situación. A través de uno de sus abogados hizo llegar al FMI una carta de renuncia. Al día siguiente, inesperadamente, un nuevo juez aceptó su solicitud de libertad bajo vigilancia. Ya era inútil mantenerlo entre rejos, porque el FMI había recuperado su capacidad de acción.

Se habla de Christine Lagarde, la ministra de Economía de Francia, quien hizo carrera en Estados Unidos defendiendo los intereses del complejo militaro-industrial [7], como presunta sucesora del acusado a la cabeza del FMI, a pesar de las vehementes protestas de Rusia y China.

Por cierto, el segundo abogado de DSK, Benjamín Brafman, no fue a verlo a la cárcel ni se presentó en su segunda comparencia ante el juez. La estrella del colegio de abogados de Nueva York había salido precipitadamente para Israel. Oficialmente, para celebrar en familia una fiesta religiosa en ese país [8]. Para ganarse sus honorarios, sin embargo, el abogado Brafman no se limitó seguramente a encender las velas del Lag Ba’homer sino que tuvo probablemente que negociar ayuda para su cliente.

El proyecto Zhu
¿Por qué entonces todo este despliegue medios dignos de una película de Hollywood para bloquear la actividad del FMI por 10 días? Son dos las posibles respuestas y pueden estar vinculadas entre sí.

En primer lugar, el 29 de marzo de 2009, el gobernador del Banco Central de China, Zhu Xiaochuan, había cuestionado el predominio del dólar estadounidense como moneda de reserva. Después de deplorar que el proyecto del economista John Maynard Keynes de creación de una moneda internacional (el Bancor) no hubiese llegado a concretarse al término de la Segunda Guerra Mundial, el señor Zhu propuso la utilización de los Derechos Especiales de Giro (En inglés Special Drawing Rights o SDR. Ndt.] del FMI para asumir ese papel [9].

El 2 de abril de 2009, en la Cumbre del G20 celebrada en Londres, Estados Unidos acepta que se tripliquen los recursos del FMI así como la emisión, por parte del propio FMI, de Derechos Especiales de Giro (DEG, siglas en español.) por valor de 250 000 millones de dólares. También aceptó, en principio, la creación de un Consejo de Estabilidad Financiera al que estarían asociados los grandes países emergentes.

La idea se discutió el 8 de julio de 2009, durante la Cumbre del G8 en Aquila, Italia. Adelantando un poco más el peón, Rusia propuso no conformarse con una moneda virtual y emitir realmente esa moneda. Dimitri Medvedved, que había dado orden de imprimir simbólicamente varios prototipos de dicha moneda, puso incluso varios de ellos sobre la mesa. Estos mostraban, por una cara, las efigies de los 8 jefes de Estado y, por la otra, la divisa en inglés «Unity in Diversity» [10].

El proyecto fue sometido a los expertos de la División de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU. El informe de dichos expertos, entre los que se encuentra el profesor Vladimir Popov de la New Economic School de Moscú, fue analizado el 25 de abril de 2010 en una reunión conjunta del FMI y el Banco Mundial [11].

Todo este proceso debía concretarse precisamente este 26 de mayo de 2011, durante la Cumbre del G8, en Deauville, Francia. El dólar hubiese cesado entonces de ser la moneda de referencia, lo cual habría tenido como telón de fondo la inminente cesación de pagos del gobierno federal de Estados Unidos. Washington habría renunciado así al financiamiento de su superpoderío militar a través de la deuda para consagrarse a su reestructuración interna.

El grano de arena
Desgraciadamente, durante los últimos meses de ese proceso, iniciativas militares y políticas perturbaron ese plan. Ciertos Estados –como Rusia y China– han sido engañados. El arresto de Dominique Strauss-Kahn demuestra que Washington venía actuando de mala fe y que sus concesiones no eran otra cosa que una forma de ganar tiempo.

Aunque son secretos los detalles de la estructura que Dominique Strauss-Kahn había montado para crear la nueva moneda de reserva vinculada a los Derechos Especiales de Giro del FMI, parece ser que Libia tenía en ello un papel clave ya que, de forma experimental, el Banco Central libio iba a basar su moneda, el dinar, en los mencionados DEG. El asunto era particularmente importante ya que el fondo soberano de Libia es uno de los más ricos del mundo –incluso más que el de Rusia.

Pero al entrar en guerra con Libia, Francia y el Reino Unido provocaron un congelamiento teórico no sólo de los fondos de la familia de Kadhafi, sino también de los fondos del Estado libio. Peor aún, París y Londres han enviado cuadros del banco HSBC a Benghazi para crear en esa ciudad un Banco Central libio de los rebeldes y tratar de apoderarse de los fondos de la nación [12]. No se sabe si Nicolas Sarkozy y David Cameron se dejaron arrastrar por su propio despliegue de fuerza o si actuaron por orden de sus amos de Washington, pero lo cierto es que la frágil estructura que Dominique Strauss-Kahn se ha venido abajo.

Según nuestros contactos en Trípoli, en el momento de su arresto DSK estaba saliendo para Berlín para buscar una solución con la canciller Angela Merkel. Posteriormente tenía que partir, en compañía de un emisario de la señora Merkel, a negociar con representantes del coronel Kadhafi –quizás directamente con este último–, cuya firma era indispensable para desbloquear la situación.

Estamos asistiendo ahora a una guerra financiera de proporciones nunca vistas. En momentos en que la situación económica de Estados Unidos se tambalea más que nunca y el dólar puede convertirse en cualquier momento en simple papel mojado, el acuerdo concluido con el G8 y avalado por en el G20, elaborado por el FMI en coordinación con el Banco Mundial y con los medios bancarios internacionales, cuyo campeón era DSK, está ahora en suspenso. El predominio del dólar sigue intacto, pero es más artificial que nunca. Se trata del dólar cuyo valor querían relativizar los Estados emergentes, pero que sirve de base al poderío del complejo militaro-industrial israelo-estadounidense.

En ese contexto, ¿qué valor tiene el honor de un hombre?

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 Thierry Meyssan

Intelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

RedVoltaire

Fuente: Komsomolskaïa Pravda (Rusia)
 

Notas:

[1] « Dominique Strauss-Kahn, el hombre de «Condi» en el FMI », por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 de noviembre de 2007.

[2] « Operación Sarkozy: Cómo la CIA puso uno de sus agentes en la presidencia de la República Francesa », por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de julio de 2008.

[3] « La NED, vitrina legal de la CIA », por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 11 de octubre de 2010.

[4] « Le German Marshall Fund, un reliquat de la Guerre froide ? », Réseau Voltaire, 5 de octubre de 2004.

[5] « Lo que Usted ignora sobre el Grupo de Bilderberg », por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 15 de abril de 2011.

[6] « Les derniers mots de DSK avant son arrestation », por Michel Colomès, Le Point, 19 de mayo de 2011.

[7] « Con Christine Lagarde, la industria estadounidense entra al gobierno francés », Red Voltaire, 29 de junio de 2005.

[8] « Strauss-Kahn’s lawyer to Haaretz : Former IMF chief will be acquitted », por Chaim Levinson, Haaretz, 22 de mayo de 2011.

[9] « La Chine commence à s’écarter du dollar », Réseau Voltaire, 22 de mayo de 2009

[10] « La Russie et la Chine proposent une monnaie commune globale », Réseau Voltaire, 11 de julio de 2009.

[11] « Plan de réforme du système financier international » (Extrait du rapport « World Economic and Social Survey 2010 : Retooling Global Development »), por Christina Bodouroglou, Nazrul Islam, Alex Julca, Manuel Montes, Mariangela Parra Lancourt, Vladimir Popov, Shari Spiegel y Rob Vos, Réseau Voltaire, 6 de julio de 2010.

[12] « La rapine du siècle : l’assaut des volontaires sur les fonds souverains libyens » y « Derrière l’attaque contre la Libye : les stratégies de la guerre économique », por Manlio Dinucci, Réseau Voltaire, 22 de abril y 2 de mayo de 2011.